Entrevista por
Santiago Mayor
La guerra en Ucrania ha generado debates y posiciones diversas de las fuerzas políticas a nivel mundial. La polarización se ha agudizado, sobre todo en Europa, llegando al extremo de censurar todo «lo ruso», desde medios de comunicación hasta producciones culturales.
En ese contexto, la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD), fundada en 1945 y que nuclea a 150 organizaciones de todo el mundo, se ha posicionado por el «fin de la última operación militar» de Rusia sobre Ucrania «así como de todas las agresiones que ya se estaban produciendo antes de los últimos acontecimientos». Por eso exigen «el fin de la guerra imperialista» y rechazan «cualquier escalada de la tensión».
No obstante señalan la responsabilidad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), responsable de promover «el golpe de Estado neofascista de 2014» y «utilizar» a Ucrania «como una marioneta en la estrategia de cercar a Rusia». Aritz Rodríguez, presidente de la FMJD, remarca la «necesidad y urgencia de la lucha antimperialista y la lucha por la paz». «Porque posiblemente este auge de las tensiones derive en mayor agresividad», reflexiona.
Frente a las operaciones militares dirigidas por Rusia, es esencial destacar que este conflicto no ha comenzado hoy. Durante mucho tiempo, Estados Unidos, la OTAN y la UE han utilizado a Ucrania en su enfrentamiento contra Rusia. pic.twitter.com/9ER1zvIMWP
— WFDY-FMJD (@wfdy1945fmjd) February 25, 2022
Independientemente de su posición sobre el conflicto, la FMJD se ha visto directamente afectada luego de que fueran detenidos por el gobierno ucraniano Mikhail y Aleksander Kononovich, de la Unión de la Juventud Comunista, organización adherida a la Federación. Se los acusa de ser espías rusos y hasta el momento se desconoce su paradero. Rodríguez sostiene que «el motivo que hay detrás no es otro que la persecución política de los camaradas». De hecho, en febrero de 2018, los hermanos Kononovich ya habían sido atacados por militantes neonazis en Kiev. Uno de los agresores filmó todo y lo subió a sus redes sociales.
https://twitter.com/Herbert_Keg/status/1500718128506056705?s=20&t=VrEhIX9agKpwM0n_kxAynw
Este accionar se inscribe en la prohibición de las organizaciones comunistas en 2015 en todo el territorio ucraniano y la expulsión de 32 diputados del parlamento. La aprobación de una «ley de descomunización» promovida por el gobierno surgido del Euromaidán de 2014 censuró todos los símbolos asociados al comunismo y hasta promovió el cambio de nombre de 22 ciudades. Las mayoría de las organizaciones de izquierda fueron obligadas desde entonces a actuar en la clandestinidad.
SM
Hace pocos días denunciaron desde la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD) que los dirigentes comunistas ucranianos Mikhail y Aleksander Kononovich fueron detenidos por el gobierno de ese país ¿Tienen alguna información de su paradero y su estado de salud? ¿Existe alguna acusación en su contra?
AR
La información que tenemos al respecto de la detención de Mikhail y Aleksander es completamente fiable, en tanto que la fuente que manejamos es una publicación del servicio de seguridad del régimen neofascista de Ucrania que se jactaba de haberlos arrestado.
Las acusaciones se dividen en dos. Por un lado, los señalan como espías al servicio de la República de Bielorrusia y la Federación de Rusia, algo totalmente infundado y que no tiene base alguna. Y la segunda acusación es por ser «propagandistas». Eso pone sobre la mesa el verdadero motivo que hay detrás, que no es otro que la persecución política de los camaradas.
Es una persecución que se viene dando desde el golpe de Estado orquestado por la Unión Europea, los EE.UU. y la OTAN en 2014 que llevó a este régimen neofascista al poder. El riesgo es por su integridad física, que puedan ser torturados por estas falsas acusaciones. Pero a pesar de esta difícil situación estamos dando una respuesta unitaria de la juventud de todo el mundo que nos permita ejercer presión por todas las vías posibles para garantizar su vida y su liberación.
SM
Tras el derrocamiento del presidente ucraniano Victor Yanukovich en 2014, grupos de ultraderecha ocuparon puestos clave en el gobierno y perpetraron la masacre de la Casa de los Sindicatos de Odessa. Incluso en 2015 se aprobó una ley de «descomunización» del país. ¿Cómo ha impactado esto?
AR
El impacto del golpe de Estado es clave. Se materializa, en primer lugar, en la propia ilegalización de la organización de nuestros camaradas, que los lleva a actuar desde la clandestinidad sufriendo distintos casos de represión y vulneración de sus derechos políticos, humanos y sociales.
SM
Durante estas semanas se ha visto un incremento de la carrera armamentista en Europa y discursos cada vez más conservadores en la dirigencia de varios países. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, llegó a afirmar que la Unión Europea es un «jardín a la francesa» y el resto del mundo «una jungla». ¿Cuál es tu mirada sobre el rol de la alianza europea en este conflicto?
AR
El papel que está jugando la Unión Europea respecto al conflicto en Ucrania es la constatación de lo que venimos denunciando hace tiempo desde la FMJD y que en ocasiones sectores autoproclamados progresistas y de izquierda ponen en tela de juicio: el carácter imperialista y antipopular de la Unión. Y, por lo tanto, la necesidad de luchar contra ella y el derecho de los pueblos a salir de esta alianza imperialista si así lo consideran necesario.
Por primera vez en su historia, la Unión Europea va a destinar parte de su presupuesto de forma explícita y pública a financiar y entregar armas a un país en guerra. Encima de forma cínica: para esta cuestión van a usar 450 millones de los fondos «para la paz». Entonces, además del carácter imperialista y antipopular de esta alianza, es escandalosa la poca vergüenza que tiene al usar esos fondos para financiar una guerra y convertirse en parte beligerante de un conflicto como el de Ucrania. Por eso tenemos que articular una lucha antimperialista que también debe ser atravesada por la necesaria lucha contra la Unión Europea en tanto alianza al servicio de las clases dominantes europeas.
SM
Las sanciones contra Rusia han empujado a Moscú a tomar medidas para acercarse más a China, y algunos analistas plantean que este conflicto puede ser un punto de quiebre geopolítico donde se reconfiguren por completo las relaciones internacionales. ¿Considerás que es así? ¿Qué papel tiene para jugar la juventud ante este escenario?
AR
Está claro que el conflicto de Ucrania pone sobre la mesa una cuestión clave del contexto en que vivimos. Estamos ante un momento que evidencia que el trinomio que ha venido dominando el mundo en los últimos años —EE.UU., la Unión Europea y la OTAN— empieza a perder ámbitos de influencia ante la emergencia de otras fuerzas que comienzan a ganar relevancia y tejer sus propias alianzas. Esto genera tensiones en países que dejan de ser títeres de la OTAN, y en esta pugna es donde se sitúa la cuestión de Ucrania.
Aquí la juventud tiene que jugar un papel clave. Reivindicar la actual necesidad y urgencia de la lucha antimperialista y la lucha por la paz. Porque posiblemente este auge de las tensiones derive en mayor agresividad, mayores escenarios de conflictos. Y nuestra apuesta por una paz duradera, que solo será posible cuando construyamos un mundo libre de explotación y cualquier tipo de opresión, se vuelve más vigente que nunca.
Ese es el papel que debemos jugar, asumiendo que la lucha contra el imperialismo comienza en nuestros propios países. Es decir, no basta únicamente con luchar en abstracto, sino que hay que luchar contra la responsabilidad que tienen las clases dominantes en nuestros países en el actual escenario. Y en ese sentido ir avanzando y construyendo países libres de intereses imperialistas que sirvan como ejemplo a otros pueblos para que vean que la lucha antimperialista es posible, es necesaria y cuando la ejercemos de forma unitaria y con toda la fuerza de la juventud y los pueblos se consiguen los objetivos.
Sobre el entrevistador:
Santiago Mayor es periodista e integrante del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).