El contexto actual se avizora extremadamente complicado para la supervivencia del proyecto político iniciado en Cuba en los años 1960. Pero eso no es óbice para implementar las reformas que reaviven la maltrecha economía de la isla. ¿Cuáles deberían ser esas reformas?
Notas publicadas en Políticas
El autoritarismo es consustancial al modelo que defiende Milei. Se trata de un ataque contra las formas de Estado y las instituciones que condensan compromisos sociales y democráticos conquistados por las luchas populares.
Chiapas, el estado más meridional de México, cuna de los zapatistas y antaño una zona mucho más segura, ha experimentado en el último tiempo un dramático aumento de la violencia. Las causas se encuentran en el conflicto entre cárteles y el exceso de armas.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, está batallando por aprobar un amplio paquete de reformas laborales que proteja a los trabajadores y restaure los sindicatos tras décadas de violencia y represión. Las fuerzas conservadoras están decididas a impedirlo.
En tanto modelo económico, el neodesarrollismo se circunscribe a un momento y una relación de fuerzas específicos. La posibilidad de reeditar aquella experiencia depende tanto del vaivén de la economía global como de elementos políticos y geopolíticos.
Milei señala hacia dónde se dirige la ideología de libre mercado en medio de la crisis cada vez más profunda del neoliberalismo. El cisma entre los neoliberales moderados y el libertarianismo parece estar cicatrizando, y su reencuentro no augura nada bueno.
Milei busca impulsar una reforma laboral y consolidar en Argentina un modelo neoliberal semejante al chileno o al colombiano. Pero para lograr ese objetivo necesitará pasar por encima de sindicatos, movimientos sociales y organizaciones democráticas.
La crisis medioambiental no es el resultado inevitable de que los individuos persigan su propio interés en un mundo de recursos finitos. Es producto del robo y la privatización de los bienes comunes con fines lucrativos.
Los políticos quieren mejorar nuestra cada vez peor salud mental con iniciativas psiquiátricas. El problema de este modelo, afirma la historiadora de la neurociencia Danielle Carr, es que ignora las bases estructurales del sufrimiento mental generalizado.