Entrevista al historiador francés François Dosse, dedicado a la historia intelectual, sobre la relación de la Historia y la Memoria. La historia como tema político de primer orden en una actualidad signada por el presentismo y la indeterminación.
Notas publicadas en Chile
La derrota del proyecto constituyente en Chile dio lugar a un nuevo proceso de reforma constitucional tutelado por las fuerzas tradicionales.
La rechazada Constitución chilena no era «demasiado de izquierdas». Más bien exaltaba un conjunto de perspectivas y causas particularistas que durante demasiado tiempo se han disfrazado de política radical.
El neoliberalismo no se borra de un plumazo. En tanto proyecto de sociedad y máquina de reproducción de instituciones y subjetividades, superarlo se parece mucho más a desmontar una pared bloque a bloque que a derribar un castillo de naipes.
Traducir el triunfo del Rechazo en Chile como un giro conservador sería incurrir en un error histórico. Es tiempo de hacer política con audacia, sin soltarle la mano al pueblo y evitando el chantaje de las narrativas de la derrota.
La derrota del proyecto de nueva Constitución de Chile es un gran golpe. Pero el apoyo a la sustitución del documento de la era Pinochet sigue siendo fuerte, y la necesidad de acabar con el neoliberalismo es más vital que nunca.
¿Cómo explicar que una inmensa mayoría de chilenos le diera la espalda a esta propuesta constitucional, considerada por numerosas organizaciones sociales como un avance histórico?
Aunque más del 80% del electorado se había pronunciado a favor de reemplazar el texto pinochetista, la derecha hizo lo imposible por avivar ciertos temores e impedir la aprobación de la nueva Constitución.
La nueva Constitución de Chile pretende reemplazar el Estado subsidiario por un «Estado social y democrático de derecho». Pero, ¿qué tan fácil será deshacer uno de los pilares institucionales del neoliberalismo chileno?