Comparte características con el fascismo, pero su pariente ideológico más cercano en este momento es el orbanismo.
Notas publicadas en Estados Unidos
Las crueles políticas fronterizas de Donald Trump provocaron una oleada de compasión popular hacia los migrantes que los demócratas convirtieron en un elemento central de su plataforma de 2020. Ahora, el Gobierno de Biden y la campaña de Kamala Harris han hecho suyas las premisas xenófobas de Trump.
La derecha siempre ha albergado una tendencia hostil a la democracia. En When the Clock Broke, el escritor John Ganz sostiene que esa fuerza reaccionaria floreció en la década de 1990 y está detrás del surgimiento del populismo de derechas al estilo Donald Trump.
En el debate de anoche, Kamala Harris insistió, con razón, en que gran parte de Estados Unidos está agotado de Trump y listo para pasar página. Pero es necesario algo mejor y más sustancioso que lo que Harris ofreció.
La historia estadounidense de mediados del siglo pasado muestra que un fuerte movimiento obrero fue fundamental para la unidad social y el avance de los derechos civiles. Aunque la nostalgia pueda parecer una vía muerta, el pasado encierra valiosas lecciones para el futuro.
Un tuit viral que condenaba la idea del trabajo se convirtió en un meme que celebra la cultura individualista de los influencers y la vida de los ricos ociosos. Pero para liberarse realmente de la monotonía del trabajo es necesario construir un mundo más allá del capitalismo.
En 2018, Alexandria Ocasio-Cortez fue anunciada como la sucesora millennial de Bernie Sanders. Pero no pasó mucho tiempo para que sectores crecientes de la izquierda comenzaran a tener dudas sobre ella.
En su discurso del martes ante la Convención Nacional Demócrata, Bernie Sanders abordó sus temas habituales y pidió un alto el fuego en Gaza. Pero su justa rabia populista se sintió fuera de lugar en un partido dominado por los intereses corporativos.
El golpe de timón demócrata para apoyar la candidatura presidencial de Kamala Harris logró emparejar unas elecciones que Donald Trump ya parecía tener ganadas. Final abierto para una votación de fuerte impacto en América Latina.
El discurso de Obama en la Convención Demócrata de anteayer mostró su talento retórico. Pero también fue un recordatorio de su liberalismo gradualista, ciego ante los profundos problemas a los que se enfrenta la mayoría de la clase trabajadora.