Algunos Estados europeos están utilizando un lenguaje más crítico sobre la ofensiva genocida de Israel contra Gaza, distanciándose de la línea estadounidense. Pero su historial de complicidad dice más que sus palabras.
Notas publicadas en homeIzq
John Maynard Keynes advirtió que cuando la inversión real se convierte en un subproducto de la especulación, el resultado suele ser desastroso. Pero es difícil distinguir dónde termina una y empieza la otra.
El homenaje del nuevo papa a León XIII evoca la Rerum novarum, la encíclica de la Iglesia católica de 1891 que abordaba los trastornos sociales del capitalismo industrial. Sus advertencias sobre la economía actual sugieren un renovado interés por la justicia, el trabajo y el bien común.
El resurgimiento global de la extrema derecha no puede entenderse sin atender a sus obsesiones corporales, el goce que extrae de la crueldad y la producción sistemática de vidas desechables.
La distinción entre reforma y revolución sigue siendo central. Pero en lugar de clarificar el mapa de la izquierda, la categoría de «revolucionario» se ha vuelto una identidad abstracta y muchas veces sectaria. Es hora de pensarla de nuevo.
La nueva película mexicana 1938 narra la historia de la histórica expropiación de la industria petrolera del país. Su director, Sergio Olhovich, nos cuenta los pormenores de este proyecto tan esperado.
La confianza manifestada por Lula respecto de las próximas elecciones brasileñas podría ser temerariamente optimista. Porque la realidad es que su Gobierno se está debilitando, y no a la inversa.
Los más ricos de Estados Unidos ganan en horas lo que los trabajadores normales logran en su vida. Ahora que la reforma fiscal de Trump pretende perpetuar el saqueo de los superricos, «desigualdad» ya no parece una palabra lo suficientemente fuerte.
Una de las pocas innovaciones políticas del actual gobierno laborista es un giro hacia el rearme bajo un nuevo «keynesianismo militar». Esto significa más beneficios para los fabricantes de armas y más autoridad para los Estados capitalistas.
El kirchnerismo no representó una ruptura sistémica sino un proyecto de igualación dentro del capitalismo periférico. Sin embargo, incluso esa moderada redistribución bastó para abrir la puerta del odio clasista y el revanchismo.