El kirchnerismo no representó una ruptura sistémica sino un proyecto de igualación dentro del capitalismo periférico. Sin embargo, incluso esa moderada redistribución bastó para abrir la puerta del odio clasista y el revanchismo.
Notas publicadas en Argentina
La gravedad de la confirmación de la condena de Cristina Fernández no reside solo en el hecho de proscribir de por vida a la principal dirigente opositora. Reside en su intención de inhibir la reorganización del campo empancipatorio.
¿Qué hay en la historia de Juan Salvo que la convirtió en un mito nacional inmediato cuando se editó en formato historieta en 1957 y en un éxito mundial hoy, con la versión dirigida por Bruno Stagnaro para Netflix?
Javier Milei, el atraso cambiario y la esperanza de que «esta vez sea diferente».
Las mayores estrellas del fútbol argentino, desde Maradona hasta Messi, se iniciaron en los omnipresentes clubes deportivos de barrio del país.
El gobierno de una ultraderecha cada vez más autoritaria y antidemocrática nos exige nuevos análisis y estrategias. Y existen recursos sociales de resistencia para la conformación de un frente antifascista que son alentadores.
Los cortometrajes del premiado cineasta Francisco Lezama captan cómo la inflación y la especulación financiera han deformado la sociedad argentina, creando una división distópica entre quienes pueden y quienes no pueden escapar de la pobreza utilizando dólares estadounidenses.
Las críticas se multiplicaron después de que el presidente argentino anunciara su decisión de sacar al país de la OMS, siguiendo la línea de Donald Trump. La polémica decisión implica mucho más que un obsecuente maniobra política coyuntural.
El regreso al poder de Donald Trump es un estímulo moral para políticos de extrema derecha como Viktor Orbán, Javier Milei y Giorgia Meloni. Tras ser pioneros en muchas de las ideas reaccionarias asociadas al trumpismo, ahora aspiran a la hegemonía global.
De Donald Trump a Javier Milei, los principales referentes de la extrema derecha contemporánea son asociados de manera deliberada a los villanos más disfuncionales del cine. Si fuera ficción, quizás sería divertido. Pero no lo es.