Milei encara el cuarto intento de reorganización neoliberal, y el ajuste que propone augura una guerra contra el pueblo. Pero para evaluar si se trata o no de un viraje histórico habrá que aguardar al inicio de su mandato y conocer qué respuesta popular encuentra.
Notas publicadas en Argentina
Frente a la desazón de la militancia, es fundamental una rápida reacción. Ante el riesgo de que la aplicación de la «doctrina del shock» en la Argentina propine una derrota histórica a sus fuerzas populares, urge entender qué pasó en las elecciones y qué escenario se abre.
A partir de ahora estamos en terra incógnita, con la obligación de ir construyendo un nuevo mapa político y nuevas herramientas para el próximo período. Un resultado electoral no es suficiente para derrotar a los sectores populares. Tenemos por delante una gran batalla social y política.
Del análisis del voto de Milei emergen dos determinantes, uno es la asociación de su voto con la informalidad laboral, el otro la crisis del voto peronista.
Este domingo el resultado del ballotage resolverá un aspecto de la situación política, sin duda muy importante, pero más allá del 19, aunque Milei saliera derrotado, persistirán las consecuencias de la crisis del peronismo.
La mayoría de la izquierda socialista optó por la abstención en Argentina, con el argumento de que Javier Milei no es expresión de un movimiento fascista. Pero esa no es razón suficiente para eludir la tarea de enfrentar a la ultraderecha.
Varios periódicos internacionales han etiquetado a Milei como un liberal radical en lugar de un representante de la extrema derecha global. Sin embargo, la realidad es precisamente lo contrario.

Durante una entrevista, Milei recurrió al Teorema de Arrow para esquivar la pregunta de si creía o no en el sistema democrático. Pero no lo asiste la lógica.
Es posible que el gobierno de Milei tome la forma de un «thatcherismo» puramente destructivo, sin la base económica que benefició a Thatcher. Es decir, un momento de caos muy intenso, acompañado de una creciente violencia por abajo, con destino incierto.
El candidato oficialista Sergio Massa comanda un ajuste y un giro conservador, pero su adversario, Javier Milei, auspicia mayores agresiones con sostén represivo. La consigna para la izquierda ante la segunda vuelta electoral en Argentina es votar contra la derecha.