En Israel, el equipo más orgullosamente racista es el que gana.
Notas publicadas en Deporte
El deporte de la clase obrera es y siempre ha sido también el de la mujer trabajadora.
Cómo la globalización, el neoliberalismo y la financiarización del fútbol está afectando la competitividad de los equipos y selecciones latinoamericanos.

La selección de Marruecos y sus hinchas revolucionaron un Mundial que pretendía ser una mera exhibición de poder estatal y empresarial. Desde la solidaridad con Palestina a la celebración de la identidad bereber, los jugadores de Marruecos dejaron un mensaje importante.
En los barrios obreros de Nápoles, Diego Maradona es mucho más que un astro del fútbol: es un hijo del pueblo que trajo dignidad y redención.
En los años 1970 y 1980, Sócrates, futbolista brasileño, utilizó el deporte como un instrumento para cuestionar la dictadura militar y defender la democracia. Este Mundial nos recuerda cuánto necesitamos jugadores como él.
En 1978, la Junta Militar argentina, que asesinó a decenas de miles de personas, fue anfitriona del mundial y utilizó el evento para renovar su imagen. Conversamos con una detenida que vio los partidos junto a sus torturadores.
El Mundial de Catar representa la culminación de décadas de fútbol capitalista, una victoria de las grandes empresas y de los regímenes represivos y una tragedia para los hinchas y los trabajadores que hacen posible el juego.
En 1914 nació la Sociedade Esportiva Palmeiras. Se suele silenciar el hecho de que en su fundación, además de asociaciones culturales y clubes de barrio de italianos, participaron militantes anarquistas, antifascistas, sindicatos radicales y deportistas negros.
Si hay algo que prueba que el fútbol se convirtió en una enorme mercancía global es la elección de Qatar como sede de la Copa del Mundo. Pero el deporte puede —y debe— promover otros valores.