En tiempos de derechización generalizada, los socialistas debemos convivir. Pero para que la consigna sea algo más que una frase bonita es necesario que hasta las estrategias más históricamente escindidas aprendan a entrelazarse: reforma y revolución.
Notas publicadas en Estrategia
Las formaciones de izquierda en Europa han combinado la vía electoral con la movilización extraparlamentaria. A pesar del fracaso de Syriza, es posible radicalizar estos movimientos desde dentro, superando el impasse entre reformismo y leninismo tradicional.
La izquierda global se ha alejado de la clase social como identidad organizativa, lo que ha permitido a la derecha vender una política de identidad de la clase obrera desvinculada de la perspectiva socialista.
Con un llamado a la movilización popular, Petro responde a la amenaza de un golpe contra su gobierno.
En la última década, Brasil ha retrocedido de manera alarmante, con un apoyo creciente al bolsonarismo y una peligrosa fragmentación de la clase trabajadora. La derrota electoral de Bolsonaro está lejos de ser una derrota política definitiva.
A medida que el pensamiento liberal progresista ha avanzado para reconocer las fallas del capitalismo, algunos sostienen que ha alcanzado al marxismo. Sin embargo, solo el marxismo nos proporciona las herramientas necesarias para superar el capitalismo.
La historia estadounidense de mediados del siglo pasado muestra que un fuerte movimiento obrero fue fundamental para la unidad social y el avance de los derechos civiles. Aunque la nostalgia pueda parecer una vía muerta, el pasado encierra valiosas lecciones para el futuro.
Lula ha apostado a las concesiones a las élites del agronegocio como elemento necesario para avanzar en su proyecto redistributivo. Sin embargo, esas mismas élites pueden poner un freno a todo su programa.