El autoritarismo es consustancial al modelo que defiende Milei. Se trata de un ataque contra las formas de Estado y las instituciones que condensan compromisos sociales y democráticos conquistados por las luchas populares.
Notas publicadas en Conservadurismo
Tras dos años al frente del ayuntamiento de Graz, la comunista Elke Kahr fue nombrada recientemente mejor alcaldesa del mundo. El Partido Comunista espera ganar en Salzburgo y demostrar que Austria no está condenada a girar hacia la extrema derecha.
Lecciones leninistas para el combate contra la extrema derecha.
El pasado domingo el bolsonarismo hizo una poderosa demostración de fuerza en las calles, en una movilización con pocos antecedentes. La izquierda debe luchar por la condena de Bolsonaro y de los generales golpistas y dar una disputa en la conciencia popular contra la extrema derecha.
Milei señala hacia dónde se dirige la ideología de libre mercado en medio de la crisis cada vez más profunda del neoliberalismo. El cisma entre los neoliberales moderados y el libertarianismo parece estar cicatrizando, y su reencuentro no augura nada bueno.
Las nuevas derechas se encuentran embarcadas en una auténtica «guerra santa» contra todo lo que les huela a «marxismo cultural». Desde allí, buscan avasallar los derechos humanos, de las mujeres y de las minorías al mismo tiempo.
Milei priorizó en su campaña las cuestiones económicas sobre las culturales, a diferencia de Bolsonaro. Pero ambos reflejan el espíritu destructivo del neoliberalismo en su fase nihilista.
Napoleón, de Ridley Scott, toma una de las épocas más interesantes y complejas de la historia moderna y la convierte en una moralina conservadora sobre los peligros de la turba. Y lo que es peor, ni siquiera es convincente.
A partir de ahora estamos en terra incógnita, con la obligación de ir construyendo un nuevo mapa político y nuevas herramientas para el próximo período. Un resultado electoral no es suficiente para derrotar a los sectores populares. Tenemos por delante una gran batalla social y política.
La mayoría de la izquierda socialista optó por la abstención en Argentina, con el argumento de que Javier Milei no es expresión de un movimiento fascista. Pero esa no es razón suficiente para eludir la tarea de enfrentar a la ultraderecha.