La tradición socialista se ha asociado durante mucho tiempo con el materialismo, una visión que ha sido objeto de críticas en las últimas décadas. Sin embargo, el materialismo es una base legítima y necesaria para la política de izquierda.
Notas publicadas en Teoría
Puede parecer así, pero la libertad y la democracia verdaderas no son compatibles con el capitalismo.

Del pensamiento de Marx surgieron múltiples marxismos, cada uno con su propio énfasis entre historia y lógica, intervención y sistema. Bruno Bosteels explora esa tensión y los riesgos de convertir la crítica en doctrina.
Los abolicionistas de la familia suelen verla como el corazón palpitante de la reproducción social capitalista. Pero esta visión malinterpreta tanto la estructura de la reproducción capitalista como la complejidad de cómo las personas sobreviven dentro de ella.
Bruno Leipold en su libro sobre Marx y la tradición republicana muestra cómo su crítica del capitalismo y su proyecto comunista surgieron de un diálogo con las ideas de libertad política, autogobierno y oposición al poder arbitrario.
Algunos pensadores de izquierda argumentan que el capitalismo está mutando hacia una forma de «neofeudalismo». Pero lo que realmente estamos presenciando es un gran cambio dentro del capitalismo y no una transición desde él.
Si queremos evitar que el tren desbocado del capitalismo nos lleve al desastre, no podemos conformarnos con cambiar patrones insensibles por patrones con sensibilidad, ni gobiernos malos por gobiernos menos malos.
El sociólogo británico Simon Clarke propuso uno de los análisis más sofisticados acerca de cómo y por qué los sistemas capitalistas caen en crisis. Su trabajo sobre las contradicciones del capitalismo es una guía valiosa al enfrentarnos a una nueva era de agitación económica global.
Cuando los socialistas hablamos de igualdad, nos referimos a democratizar la economía y equilibrar el poder, no a repartir todo por igual.
Los defensores del capitalismo a menudo lo justifican destacando las virtudes del mercado. Pero el capitalismo no se define por la existencia de mercados sino por la dominación de los trabajadores por parte de los capitalistas.