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La presidenta del Partido Finlandés, Riikka Purra, asiste a la reunión del Eurogrupo en Bruselas, Bélgica, el 15 de julio de 2024. (Simon Wohlfahrt / Bloomberg vía Getty Images)

¿Podrá la «ola roja» detener la austeridad en Finlandia?

Traducción: Pedro Perucca

Las elecciones celebradas hace unos días en Finlandia supusieron una gran derrota para el partido de extrema derecha Finns Party. Su líder calificó los avances de los partidos de izquierda como una «ola roja», pero no está tan claro que esto vaya a frenar los programas de austeridad.

Finlandia es considerada por muchos en Europa occidental y Estados Unidos como un paraíso progresista. En realidad, el Gobierno de coalición de centroderecha que se encuentra en el poder desde junio de 2023 impuso medidas de austeridad de gran alcance, lo que provocó un aumento de las personas sin hogar y recortes en la prestación de servicios sanitarios locales. Sin embargo, también hay indicios de que este periodo podría estar llegando a su fin.

El gobierno de coalición, liderado por Petteri Orpo, dirigente del proempresarial Partido de la Coalición Nacional, parece haberse visto debilitado por el colapso de los votos de su principal socio, el Partido Finlandés, de extrema derecha, en las elecciones municipales y regionales celebradas el pasado 13 de abril. Esto apunta a la probabilidad de que, tras las próximas elecciones generales, que se celebrarán a más tardar en la a mediados de 2027, se forme un gobierno liderado por el Partido Socialdemócrata (SDP), de centroizquierda.

La presidenta del Partido Finlandés, Riikka Purra, admitió la derrota la misma noche de los resultados y habló de una «ola roja» que arrasaba a Finlandia. En general, el Partido Finlandés (antes los «Verdaderos Finlandeses») bajó un 6,8% con respecto a las elecciones municipales de 2021, mientras que el Partido Socialdemócrata (encabezado por Antti Lindtman, que sustituyó a la primera ministra saliente, Sanna Marin, en 2023) ganó un 5,3% y obtuvo el mayor porcentaje de votos en general. Por su parte, la Alianza de Izquierda, de tendencia socialista democrática, aumentó sus votos en un 1,3%, superando al Partido Finlandés y situándose justo detrás de la Liga Verde, con la que a menudo forma un pacto rojo-verde. Es importante destacar que, aunque el SDP aumentó su porcentaje de votos, los rojo-verdes no se vieron afectados, como ocurrió en elecciones anteriores. En esta ocasión, el SDP le quitó votos al Partido Finlandés tras convertir las elecciones locales en una especie de referéndum sobre las medidas de austeridad del Gobierno de coalición.

No obstante, esto tiene sus límites. El SDP se desplazó más hacia el centro desde 2021, cuando Marin era primera ministra, periodo durante el cual le otorgó a miembros de la Alianza de Izquierda y de la Liga Verde importantes cargos en el Gobierno. Por el contrario, los socialdemócratas de Lindtman aprobaron varios de los recortes gubernamentales en seguridad social como parte de su presupuesto alternativo y mostraron su disposición para formar una futura coalición con la centroderecha.

Esto sitúa a la Alianza de la Izquierda como la auténtica oposición de izquierda, que deberá obtener buenos resultados en las próximas elecciones generales para ganar influencia sobre el centro. Le envié un correo electrónico a varios políticos del partido para conocer las tendencias que habían percibido en la campaña local y comprender mejor cómo podrían avanzar.

Olli Kohonen, enfermero de salud mental afincado en la ciudad norteña de Oulu, que ganó escaños tanto regionales como municipales, cita como temas importantes de la campaña a la salud mental, los tiempos de espera y la atención a las personas mayores: «Cuestiones básicas que están muy cerca de la vida cotidiana».

Ville Kellokumpu, investigador postdoctoral que también se presentó en Oulu, afirma: «La coalición actual fue muy austera y exigió con dureza a las regiones responsables del bienestar que equilibren rápidamente sus presupuestos, lo que provocó un deterioro de los servicios sanitarios y de la seguridad social en particular. El avance de la Alianza de Izquierda en las encuestas es una respuesta a ello».

Al parecer, la izquierda avanzó simplemente prometiendo apoyo a los trabajadores y unos servicios que funcionen. La antigua líder de la Alianza de la Izquierda y actual diputada al Parlamento Europeo, Li Andersson, sostiene que, aunque el Partido de los Finlandeses prometió que no recortaría los servicios —alegando defender a la clase trabajadora finlandesa—, una vez en el Gobierno apoyó una política de recortes drásticos. «El Partido de los Finlandeses intentó presentarse como una especie de voz de los trabajadores. Y creo que ahora vemos un enorme contraste entre lo que dijeron y lo que hicieron en realidad», comenta. Andersson considera estas elecciones como un «voto de desconfianza al Gobierno de derecha».

¿Perdieron entonces ese voto de confianza? El Partido Finlandés fue rechazado. Sin embargo, es probable que el principal partido en el poder, la Coalición Nacional, considere que su política de austeridad resultó exonerada: de hecho, el partido del primer ministro Orpo aumentó su porcentaje de votos municipales en un 1,2%, aunque esto sólo logró situarlo en segundo lugar en la clasificación general. Además, aunque muchos esperan que tarde o temprano se forme un gobierno liderado por el SDP, no está claro si se inclinará hacia los partidos de izquierda o hacia la centroderecha. Mientras tanto, aunque el Partido Finlandés está en declive, también hay que reconocer que sus votantes suelen acudir en mayor número a las elecciones generales (la participación en las elecciones de esta semana fue solo del 54% en las municipales y del 51% en las regionales). En estos resultados, las contradicciones y las incertidumbres superan a las reglas claras.

El mejor camino para la Alianza de la Izquierda puede ser seguir tendiendo puentes con los trabajadores, con mensajes sencillos para atraer a los finlandeses trabajadores hacia la izquierda: «¿Quieres una asistencia sanitaria asequible y rápida? Nosotros también», «¿Quieres un futuro seguro para tu familia? Nosotros también», etc.

Como me dijo por correo electrónico la líder de la Alianza de Izquierda, Minja Koskela, «muchos están hartos, y con razón, de que sus condiciones materiales empeoren notablemente. Los más afectados son los que ya tienen bajos ingresos, la clase trabajadora, los estudiantes, las familias monoparentales, las personas con discapacidad y los ancianos con pensiones bajas».

Si se logran tender puentes con los oprimidos y los descontentos, tal vez Finlandia pueda convertirse en el faro de esperanza que muchos en Occidente imaginan que es, con la Alianza de Izquierda desempeñando una vez más un papel clave en el Gobierno. El partido de Koskela parece estar avanzando en esta dirección, basándose en el trabajo de Andersson en la coalición de Marin. No es la primera vez que la esperanza llega de la mano de las mujeres que lideran a la izquierda finlandesa.

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