El artículo que sigue es una reseña de Lawner, editado por Ricardo Greene (Bifurcaciones, 2022)
Se dice que todo proyecto social tiene una representación espacial, dado que las relaciones productivas que forjan la materia operan de forma similar a las fuerzas que organizan la sociedad, lo que se registra en el entorno construido (o destruido) (1). Esta situación implica que, quienes nos dedicamos al urbanismo, lidiamos a diario con la imaginación, visualización y evaluación de factibilidad empírica de otros futuros posibles.
Detrás del ejercicio cotidiano de la práctica urbanística, que es dar contenido material a nuevas ideas del habitar colectivamente los territorios, está la habilidad de responder a la pregunta más carenciada entre los proyectos políticos de izquierda en el mundo: ¿Qué alternativas hay al capitalismo? Es por eso que quienes tenemos afinidad con esos proyectos políticos sufrimos con la afirmación de que es más fácil imaginar el fin del mundo que una moderada transformación a las relaciones de poder bajo el régimen del capital (2) .
Sin embargo, en el pasado hubo proyectos políticos que avanzaron de forma coordinada entre obra social y construida, siendo la Unidad Popular en Chile uno de los más emblemáticos en la región, tanto por su impronta específica, su tragedia y también por su nostalgia actual. En esas tres fases de la Unidad Popular ha estado vigente la voz de Miguel Lawner, «el arquitecto de la memoria», como bien lo nombró Patricio Guzmán (3). Este libro que ha editado recientemente Ricardo Greene en editorial Bifurcaciones permite ampliar y perpetuar esa voz no solo para llegar a quienes nos interesa saber más de Lawner sino también para educar en el sentido cívico y solidario que debiese abrazar la práctica urbanística en América Latina.
Miguel Lawner no solo fue la mano que dibujaba de Salvador Allende, sino que también ha sido, y sigue siendo, un faro para la ética disciplinar en Chile.
Este libro es clave, en gran parte, porque Lawner es ampliamente conocido en Chile, pero la literatura que habla de su pensamiento y obras es dispersa. El libro viene a ordenar dicha dispersión de forma consistente. No es solo un libro sobre Lawner en sus propias palabras, sino que es también una evaluación progresiva de los contrastes entre el urbanismo social de los años sesenta en Chile y el urbanismo neoliberal imperante actualmente.
Para una audiencia más amplia en América Latina, es importante decir que hoy Miguel Lawner Steiman tiene 95 años de edad y sigue activo. En el año 2019 el Colegio de Arquitectos de Chile le entregó el Premio Nacional de Arquitectura por su invaluable aporte a la reflexión crítica de la disciplina y su contribución al avance de los programas de vivienda social y políticas habitacionales del Estado de Chile. Es una mente inquieta y productiva en torno a la reflexión disciplinar bajo el modelo neoliberal, siendo militante de causas sociales en favor es ciudades justas. Ha declarado ser un enemigo del sistema subsidiario de vivienda en Chile, su principal lucha en la actualidad, como él mismo ha planteado más de una vez.
El libro tomó cerca de 4 años en ser terminado, una tarea titánica al finalmente lograr constituir un cuerpo crítico de pensamiento urbanístico situado en la realidad chilena de los últimos 50 años (o más) compuesto por 397 páginas de experiencia, reflexiones e ideas para el futuro. Luego de una introducción realizada por sus pares y por el mismo Lawner, el libro se subdivide en cuatro unidades temáticas: Primeras Décadas, La Unidad Popular, Horror y Exilio para terminar con La Eterna Transición.
Primera Décadas relata la vida de Lawner antes de la Unidad Popular, con énfasis en sus años posteriores a la graduación de arquitecto en la Universidad de Chile, narrando en primera persona la historia de la población La Victoria, acaso el primer asentamiento informal en formalizarse por acción popular en América Latina, donde Lawner participó en la asistencia técnica de bases con los grupos de pobladores. En esta sección, aporta también la entrevista que realiza a Lawner el arquitecto Sebastián Gray, principalmente sobre el aporte gremial de Lawner en Chile; y la reflexión que aporta David Maulén sobre la relación intelectual del proyecto modernizador de la arquitectura en Chile con la Bauhaus.
La Unidad Popular es una unidad fundamental para entender el proceso histórico que lideró Lawner en el gobierno de Allende. Esta unidad temática se compone principalmente de entrevistas temáticas con énfasis en la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) que lideraba Miguel Lawner en esos años, antes de la dictadura y el exilio. Especialmente interesante a mi gusto es la entrevista que desarrolla Pía Montealegre, donde le pregunta a Lawner como fue que Pinochet desmantela la Corporación de Mejoramiento Urbano, ante lo cual Lawner explica el proceso e indica el rol que cumple el pensamiento de la escuela de Chicago en esta operación, liderado intelectualmente por Arnold Harberger, cercano colaborador de Milton Friedman.
También me ha parecido valioso para la reflexión disciplinar el capítulo en que Sol Pérez Martinez y Fernando Portal conversan con Lawner sobre la VIEXPO, instancia en la que participan grandes figuras del pensamiento crítico internacional como Manuel Castells, John Habraken, Martin Pawley, Monica Pidgeon, Aldo Van Eyck y Henri Lefebvre. La VIEXPO tuvo un gran valor pedagógico para avanzar en ideas que informen nuevos urbanismos que luego fueron truncados por el golpe de estado y la dictadura.
Horror y Exilio, justamente, narra la experiencia de Lawner al ser prisionero político al inicio del régimen de Pinochet. Se narra con especial interés su cautiverio en Isla Dawson, al sur de Chile. Lawner, dibujó toda su experiencia en Dawson, con croquis de gran valor histórico que son parte de esta recopilación (4) y que son parte del Museo de la Memoria de Chile. Sobre el exilio, el libro desarrolla la experiencia de vivir y enseñar en el estado de bienestar danés, donde Lawner y su esposa, Ana María Barrenechea, se incorporaron al Foreign Studies Department de la Escuela de Arquitectura de Copenhague. Esta experiencia les permitió viajar a diferentes naciones en el mundo, para realizar estudios situados en cada realidad de naciones que buscaban el desarrollo.
Algunos de los aprendizajes de esa experiencia se comparten en esta unidad temática, con énfasis en los problemas del subdesarrollo, compartiendo reflexiones que siguen siendo útiles como respaldo crítico frente al Chile neoliberal.
La última unidad temática se llama La Eterna Transición, y se centra en el proceso de transición democrática iniciado en 1990, que no ha logrado desmantelar la herencia subsidiaria y mercantilista que dejó diseñada la dictadura en materia de desarrollo urbano y políticas habitacionales. El capítulo se basa en diversas intervenciones públicas de Lawner sobre la materia, yendo desde los problemas que el régimen neoliberal impone para avanzar en el derecho a la ciudad, las contradicciones del sistema subsidiario de vivienda hasta las complicaciones que acarrean los procesos de financierización por fondos de inversión en materia de proyectos residenciales.
Estas reflexiones son actuales, pertinentes y propositivas. Lawner se caracteriza por realizar una estrategia narrativa basada en presentar evidencia empírica, generar una reflexión crítica y ofrecer alternativas a lo existente. La imaginación está en la mayoría de sus escritos, como si fuese un llamado a que la principal lucha que debemos entablar los profesionales del diseño está en romper las barreras de la estandarización de soluciones para ir más allá de lo supuestamente factible desde la perspectiva neoclásica de la economía. Esta unidad temática y el libro terminan con una conversación entre Greene y Lawner. Esta conversación logra recapitular lo que ha sido elaborar este robusto volumen, a modo de epílogo y desarrollando algunas ideas pendientes sobre las ciudades en Chile. Es una conversación refrescante que pondera algunos acentos a ciertas partes del texto donde, para Lawner, es importante hacer énfasis.
El libro es recomendable para cursos relacionados a la historia del urbanismo en América Latina, al igual que para estudios sobre ética profesional y políticas habitacionales. Se ha construido el mito del éxito de las políticas habitacionales en Chile, que hasta cierto punto es cierto desde una perspectiva cuantitativa, pero los efectos negativos de la experiencia chilena en materia habitacional no son fáciles de resolver ni son del todo conocidos fuera de círculos de expertos en el mismo Chile, menos aún en América Latina. Lawner a lo largo de sus capítulos explica por qué no es recomendable que otras naciones de la región sigan el ejemplo chileno en materia urbanística ni habitacional. Por esto último, este libro también puede ser de utilidad para expertos en derechos humanos y para desarrollar enfoques críticos de economía urbana.
Lawner fue activo promotor del proyecto constitucional que fue rechazado en Chile el 4 de septiembre de 2022. Aunque tenía algunos reparos, le parecía que era un avance fundamental hacia reorientar el modo de relacionarnos como sociedad y especialmente en materia de vivienda. Muchos quedamos desesperanzados al ver los resultados. No fue el caso de Lawner, quien a los pocos días del resultado ya estaba azuzando a que los más jóvenes siguiéramos en estado de alerta sobre lo que podría pasar, especialmente en materia de vivienda y ciudad.
El neoliberalismo en Chile no ha cedido su hegemonía y quizás esa es la fuerza que hace que Lawner no cese en su lucha. Este libro, en gran parte, presenta argumentos para seguir luchando. En la memoria de Miguel Lawner existen respuestas sobre un futuro posible que la izquierda muchas veces no tiene a mano para responder frente a la pregunta de qué alternativa oponer al capitalismo. El proyecto social de la Unidad Popular ya había imaginado diferentes futuros socialistas-democráticos. Los dibujos de cómo sería ese futuro siguen bajo la pluma de Lawner, frescos y listos para ser mostrados a audiencias ávidas de imaginación.
El libro puede servir también para retomar esos dibujos como plataformas de partida para no solo imaginar, sino también planificar una realidad socioespacial distinta a los resultados del proyecto neoliberal. La autodestructiva sociedad mercantilizada de la actualidad necesita con urgencia intervenciones de imaginación crítica para desarrollar maneras más solidarias de organizarse colectivamente en el espacio. El libro Lawner es un detonante para esa revivir esos procesos prospectivos, para evitar que toda esa rica historia urbanística que fue privatizada por la dictadura se pierda en la falacia argumental neoliberal del presente y que la memoria permita hacer ciudades más justas en un futuro no tan lejano.
Notas
1. Henri Lefebvre, La Producción Del Espacio (Captian Swing, 2014).
2. Slavoj Zizek, ‘Introduction: The Spectre of Ideology’, Mapping Ideology, 2012, 1–33 <https://doi.org/10.1016/S0074-7696(08)61919-1>; Fredric Jameson, Archaeologies of the Future, 2005.
3. Nostalgia de la luz, dirigida por Patricio Guzmán (Pyramide, 2010).
4. El año 2009 se presentó la película Dawson, Isla 10, del destacado cineasta nacional Miguel Littin, en la que el argumento se basa en el rol de arquitecto de Lawner en la restauración de una iglesia realizada por los detenidos políticos en dicha isla. Esta película, por su parte, está basada en el libro Dawson Isla 10 de Sergio Bitar (1987, Santiago: Pehuén Editores).