Press "Enter" to skip to content
Ilustración por Patricio Bascuñán.

La alegre rebeldía de Luis Emilio Recabarren

En el centenario de su muerte, un texto de Luis Emilio Recabarren, fundador del Partido Comunista de Chile, nos recuerda que el socialismo es felicidad y también organización rebelde contra la tiranía del capital.

Introducción por
Martín Arboleda

El 2024 se siente como un año en el que hay mucho en juego. La victoria electoral de Trump en Estados Unidos se suma como el último hito en el giro reaccionario global que está instalando un nuevo y preocupante sentido común en amplias capas de la población. Mientras el progresismo latinoamericano abandona su orientación estratégica socialista, la derecha logra impresionantes conquistas políticas al construir partidos audaces y con capacidad táctica, adueñarse de las banderas del progreso y de la libertad y emplearlas para hablarle clara y directamente a la clase trabajadora.

En este mismo año, sin embargo, también se cumple el centenario de la muerte de dos figuras emblemáticas del movimiento obrero: V.I. Lenin y Luis Emilio Recabarren. Pese a los diferentes contextos en que se encontraban (el primero en Rusia y el segundo en Chile), tanto uno como otro lograron construir proyectos emancipatorios que fueron estratégicamente consistentes y además atractivos para las mayorías.

El texto que sigue es un fragmento de «El socialismo», un panfleto publicado originalmente por Recabarren en 1915 en el diario El despertar de los trabajadores. En este escrito, Recabarren introduce una poderosa gramática para la reinvención orgánica y programática del movimiento obrero. De acuerdo con Jaime Massardo, autor de una de sus más célebres biografías, Recabarren es una figura fundacional para la cultura política de las clases subalternas en Chile por su capacidad de articular de manera atractiva y consistente tres matrices de pensamiento político: la corriente libertaria, la republicana o nacional-popular y el socialismo revolucionario. A estas tres corrientes se debería añadir el feminismo que, como plantea la historiadora Carolina Fernández-Niño, aparece de manera consistente en sus escritos y en la organización de su propia acción militante.

El particular sincretismo político de Recabarren inauguró un humanismo optimista y revolucionario que dejó huellas profundas en la sensibilidad popular y la cultura política del país hasta 1973, cuando fue expugnado por la dictadura militar a través del terror estatal. La felicidad, el progreso humano y la organización partidaria fueron los pilares sobre los cuales se asentó la idea de socialismo propugnado por Recabarren en este texto. 

Obrero tipógrafo y con una impresionante capacidad oratoria y de organización, Recabarren fundó diversos diarios, mancomunales y organizaciones, incluyendo el Partido Obrero Socialista en 1912, que luego se transformaría en el Partido Comunista de Chile en el año 1922 (hoy en día, uno de los más grandes del país en cantidad de militantes).

Como plantea Georg Lukács en su texto de 1923 «El problema de la organización», el partido no solamente es una infraestructura material para la conquista del poder político por parte de la clase trabajadora. Ante todo, es un instrumento para la educación sentimental: es decir, la forma-partido se erige en una fuerza desintegradora de la sentimentalidad de la sociedad burguesa y su fundamento normativo en el individualismo atomístico y posesivo.

El partido comunista, argumenta Lukács, es entonces la forma organizacional que le permite a la clase trabajadora emprender su preparación consciente en el camino hacia la libertad. Como ha señalado Jodi Dean más recientemente, hay algo que es intrínsecamente bello y liberador en la disciplina partidaria; en compartir sueños y tareas comunes y en saber que no estamos abandonados a nuestra suerte.

Uno de los aspectos más llamativos del humanismo de Recabarren, en efecto, es precisamente el rol que allí cumple no solamente la organización, sino la autoeducación popular, el arte y la cultura en la lucha del pueblo por su emancipación. «Amar a la humanidad así, engrandeciendo a todos sus seres, llenando de belleza la vida», nos dice Recabarren, «eso es ser socialista». Con este sugerente texto, Recabarren nos ofrece entonces algunas claves para volver a plantear preguntas que son trascendentales en el actual momento histórico: ¿cómo construir una estrategia socialista con vocación de transformación y de movilización de masas? ¿Cuál es el partido que necesita la clase trabajadora hoy?

Afiche conmemorativo del natalicio de Luis Emilio Recabarren para las redes sociales de las Juventudes Comunistas de Chile, 2024. (Cortesía de Darío Quiroga)

El socialismo: ¿qué es el socialismo ¿Cómo se realizará el socialismo?

Al lector.

Este pequeño folletito tiene por objeto iniciar a sus lectores en la doctrina socialista. Bien se puede comprender que en unas pocas páginas, no es fácil condensar toda una doctrina, con la cual se puede transformar totalmente el sistema de vivir de la humanidad. Pero, por lo menos, se dará a comprender el principio de todo lo que es esencial en el socialismo.

Alguien cree que el socialismo es una idea que solo se desarrolla entre los pobres, lo cual es un error. El socialismo es la aspiración al más hermoso bienestar y felicidad por lo tanto puede y debe tener sus adeptos entre todos los seres buenos que quieren la felicidad para la humanidad. Otros creen que el socialismo se mantiene estacionario, con pocos adeptos.

¿Qué es el socialismo?

Ningún obrero, ningún empleado pobre, combatiría al socialismo si primero procurara saber qué cosa es el socialismo. Pero no sucede así. Hablan contra el socialismo sin saber que es, o hablan tomando por base cualquier mentira propalada.

¿Qué es el socialismo? El socialismo es solamente el progreso llevado a todas partes donde sea necesario el progreso. Se busca primero para los pobres, porque son los que necesitan más que otros del progreso. El progreso es bienestar y comodidad; es salud y alegría. Por eso queremos el progreso para las clases pobres; por eso llevamos la propaganda socialista hasta el corazón del pueblo. 

Queremos que los obreros, los empleados, las familias pobres, todas las gentes de buenos sentimientos se ocupen de investigar sí efectivamente el socialismo traerá el bienestar presente y futuro de todas las gentes. Nosotros aseguramos que sí. El socialismo es el progreso para todos. Por lo tanto es bienestar para todos. No es justo que se pretenda sustraer al bienestar a nadie. Todos tienen derecho al bienestar.

***

¿Que el socialismo es un imposible? Eso lo dice quien no conoce el socialismo y quien no quiere el progreso y el bienestar para todos. ¿Y cómo se irán imponiendo las ideas socialistas? Poco a poco, como lo vayan permitiendo los acontecimientos. Una sola circunstancia, entre otras, dará paso triunfal definitivo al socialismo, y al pueblo: la instrucción y la cultura. Por eso el Partido Socialista reparte instrucción, ilustración y cultura por medio de su prensa propia, de conferencias, de teatro socialista, con libritos educativos.

Y como la acción de la educación progresa a pesar de todo, el socialismo penetra poco a poco entre el mundo sin que ningún inconveniente pueda detener su progreso. Hasta hoy el socialismo ha progresado en todos los países del mundo. El socialismo no es un imposible, desde el momento en que solo significa progreso y bienestar. Su realización va verificándose sin que nada ni nadie lo impida. El socialismo para ir realizándose agrupa a los proletarios en sociedades que tengan por objeto la conquista del bienestar económico, político y social. Dos formas de lucha adopta el socialismo para el mejoramiento de los pueblos: lucha económica y lucha política.

La lucha económica se desarrolla en dos formas distintas: por el mejoramiento del salario y por el abaratamiento de la vida. Estamos seguros que todos los obreros y los empleados aspiran a tener mejor salario o sueldo y alimentación y demás medios de vida más baratos, pero esto no se podrá conseguir mientras obreros y empleados permanezcan alejados de las filas socialistas.

Es necesario agruparse. Es necesario afiliarse al Partido Obrero Socialista para ir formando la fuerza que dé el bienestar a los pobres. Y mientras los pobres resisten o posterguen la formación de esa fuerza, no habrá bienestar. Organizados los obreros dentro del Partido Socialista, podrán conseguir mejoría en sus salarios. Fuera del Partido Socialista solo ganarán explotación. Organizados los obreros, en número abundante, dentro del Partido Socialista podrán conseguir el abaratamiento de la vida, estableciendo almacenes, panaderías y mercados que influyan para disminuir la carestía de la vida. Fuera del Partido Socialista sólo habrá carestía y escasez.   

La lucha por el mejoramiento económico es para el Partido Socialista de toda preferencia. Pero sus resultados no podrán ser eficaces mientras seamos unos pocos los que nos unimos y batallamos. Acerquemos, pues, las relaciones fraternales de los obreros, para tener la fuerza suficiente que es necesaria para realizar el mejoramiento proletario.

Si la humanidad ha luchado tantos años por mejorarse y progresar y no lo ha conseguido con todos los ideales puestos en lucha, preciso es abrir camino a este nuevo ideal que constituye una nueva estructura económica industrial y comercial, totalmente diferente a lo que ha sido costumbre hasta la fecha y que suprime la explotación del hombre por el hombre, que es la causa de todas las miserias, de todos los vicios, de todas las ignorancias y de todos los crímenes que sufrimos.  

En el triunfo de las ideas económicas del socialismo se cifra todo el bienestar social y moral de la humanidad. La forma de la organización económica del socialismo es el principio de la organización futura de la humanidad. La constancia y la perseverancia en esta obra será la base del triunfo. La lucha por el mejoramiento económico es el todo del socialismo. Por eso los obreros y los empleados, de preferencia, deben estudiar estas cuestiones para decidirse a cooperar a la construcción de la fuerza socialista que ha de implantar las teorías económicas del socialismo.

La lucha política solo tiene valor transitorio y secundario para el socialismo. No tiene otro objeto que hacer que las leyes no continúen oprimiendo y explotando al pueblo y trabajar para su derogación. La acción política del socialismo es para colaborar a la labor que los obreros hagan en sus organizaciones.

¿Qué es el socialismo? Repetimos nuestra pregunta. El socialismo es la realización de todo progreso, tanto en el individuo como en la sociedad. Donde no haya progreso no habrá socialismo. Y como nadie, absolutamente nadie, puede considerarse enemigo del progreso, si nadie es enemigo del progreso, nadie es enemigo del socialismo. Lo que falta es solamente comprender el socialismo, darse cuenta de su acción, de sus medios de lucha y de la transformación que va poniendo en práctica. 

Si el socialismo es el progreso, es bueno entonces y deba ser investigado. Todos quisiéramos evitar los sufrimientos y los extravíos humanos, pero solo se conseguirá por la acción del socialismo y mientras más se retarde la humanidad en comprenderlo, más se prolongará los horrores del sufrimiento y los errores en que vive.

¿Qué es el socialismo? Socialismo es abolir la miseria, la ignorancia, la explotación, la tiranía, el vicio y todos los defectos humanos que el buen sentimiento y la educación puedan suprimir. Abolir todos estos defectos es progreso y eso es socialismo. No es imposible abolir todos esos defectos y que es fácil abolirlos probaremos en las cortas páginas de este folletito.

¿Qué es el socialismo? Es el progreso, es el bienestar, la alegría, el amor, la justicia, la comodidad, en fin todo aquello que ayuda a constituir el verdadero progreso del individuo y de la sociedad. Y, ¿cómo llegaremos a alcanzar una vida así tan llena de belleza? ¿Cómo se realizará el socialismo? Eso es lo que explicaremos enseguida en la confianza de que todos nuestros lectores leerán juiciosamente.

¿Cómo se realizará el socialismo?

Hemos dicho que el socialismo es el progreso en su marcha permanente y el progreso llevado a todo lo que sobre el mundo existe y pueda existir. Mientras haya un pobre no habrá progreso, y mientras haya un pobre querrá decir que hay explotación y opresión y esto no es progreso. ¿Cómo llegaremos al más avanzado progreso? Organizándose los proletarios en la siguiente forma:

En cada pueblo, ciudad o faena se organizarán en una asamblea o sección todos los obreros y empleados que quieren hacerlo, aunque sean pocos, porque todas las cosas principian en pequeño. Si el grupo organizado es pequeño, reasumirá en sí todas las siguientes aspiraciones: mejoramiento del salario y condiciones generales del trabajo, de manera que el proletario trabaje en condiciones humanas y de justicia; abaratamiento de la vida creando con ese fin cooperativas, según le permitan los recursos de que dispongan los grupos. Tomando parte en las elecciones de municipales y congresales para alcanzar una representación que le sirva para influir en el mejoramiento económico social del pueblo.

Si los agrupados tienen la esperanza de ser numerosos, por vivir en una ciudad industrial más o menos poblada, el grupo seguirá la siguiente marcha: primero agrupará reunidos todos los que se incorporan en una sola organización, pero cuando haya más de diez afiliados de una misma profesión, nombrarán una comisión administrativa para atender sus necesidades económicas y gremiales a fin de mejorar cuanto antes el salario y las condiciones del trabajo. Así se hará con todos los oficios que vayan teniendo más de diez afiliados.

La recaudación de las cuotas que cada afiliado debe pagar se hará por el tesorero de la comisión administrativa que nombre cada sección gremial que se constituya, y de esta cuota el 33 por ciento pasará a la caja central de la respectiva organización del Partido Obrero Socialista. Es decir de la cuota que se fije será un tercio para la caja electoral y de educación y dos tercios para las necesidades sociales y económicas.

Esta forma de organización por oficio, que surgirá del seno mismo del partido, tiene como programa de trabajo y por misión inmediata:

  • unir el mayor número de obreros del mismo oficio, siendo a la vez cada afiliado miembro del Partido y de la sección gremial;
  • educar a los afiliados por medio de conferencias continuas, libros, manifiestos, diarios, etc., en lo que es exactamente el socialismo, en la misión que desempeñan estos organismos y en las ventajas graduales que se conquistan con la educación y con la organización;
  • mejorar el salario según sea el costo de la vida;
  • dignificar la condición del productor, como el artífice supremo de la humanidad elevándole su cultura y su ilustración, pues en el progreso de la cultura y de la educación de los individuos cifra el socialismo toda su base de triunfos. Sin cultura no puede haber socialismo.
  • mejorar las condiciones de trabajo, de manera de hacer desaparecer toda forma de explotación, de opresión y de abyección;
  • obtener que en cada faena solo trabajen obreros afiliados a la sección gremial del Partido, para garantizar así el progreso permanente que vaya conquistando la organización;
  • y dedicarse en forma permanente a todo aquello que eleve y dignifique al ser humano, desarrollando un programa ilimitado de labor educativa.

Todo esto puede ser un programa que se realice tanto en pequeño como en grande y sus beneficios pueden usufructuarse gradualmente progresivos. De esta manera, el Partido Obrero Socialista organizado en una ciudad cualquiera, podría llegar a componerse de varias secciones (tantas como grupos gremiales se constituyan), sin perjuicio de las organizaciones de educación, teatro, etc. Cada grupo gremial tendrá una comisión administrativa compuesta de individuos de su mismo gremio.

Los grupos, secciones o sociedades gremiales (como quieran llamarlos) se ocuparán de todo aquello que afecte al mejoramiento económico de su oficio y a la vida de la familia; pero cuando la acción económica tenga necesidad de la cooperación de varias otras secciones profesionales, como para actos políticos, se reunirán como si fuera el partido socialista, bajo la acción del comité administrativo del partido. Cuando el número de secciones de oficio pase de dos, cada grupo debe nombrar dos delegados que los represente en el comité administrativo, central del Partido Obrero Socialista para cooperar a la labor administrativa y educacional que los comités desarrollarán y ejecutarán.

Con esta nueva forma de organización el Partido Socialista vendrá a ser una verdadera federación de sociedades gremiales, fundadas y alentadas desde su propio seno, de tal manera que el comité administrativo de una agrupación central socialista, vendría a ser a la vez la mesa directiva del comité de la federación gremial de cada localidad.

La caja del Partido Obrero Socialista se formará como lo determine cada organización según sean sus necesidades y desarrollo, pero siguiendo más o menos el rumbo indicado: es decir, la tercera parte de la cuota a la caja de gastos políticos y las otras dos terceras partes a la caja social, que será para atender las acciones económicas en que se empeñe la acción gremial. Si los grupos agregan otra clase de beneficios, como socorro para enfermos o para desocupados, deben agregar la cuota correspondiente para esos fines. Con esta teoría habrá una sola clase de organización obrera en cada pueblo o región, pues estimamos innecesaria y aún dañina toda otra forma de organización que aparezca en duplicidad, por cuanto la división de organismos esteriliza la labor emancipadora de los obreros.

Si el Partido Socialista en estas condiciones desarrolla eficazmente su acción contra el actual sistema industrial, y con una organización así tan esencialmente democrática, es lógico que todos los obreros le presten su activa cooperación, para verificar la redención de los oprimidos.

Esta forma de la organización socialista, marchando de progreso en progreso, perfeccionando de época en época su propia forma de organización, su forma de acción, sus conquistas en el terreno de la lucha, ha de ir poniendo al productor (al obrero) en posesión absoluta de su producto, o sea el fruto de su trabajo, hasta llegar por la marcha de esos progresos a la abolición de toda forma de explotación u opresión.

De la misma manera que el ser humano tiene que pasar por un proceso de muchos años en que el organismo progresa, desde el día que nace hasta que adquiere el mayor desarrollo de su conciencia, este mismo proceso porque el ser humano pasa para alcanzar el mayor progreso personal, y llega a conseguirlo, ese mismo proceso es indispensable para las agrupaciones de individuos que buscan el mejoramiento humano. Si vemos en el hombre el progreso inevitable en el desarrollo de su propio organismo —pues nace sin saber hablar, ni andar, ni alimentarse, ni trabajar, y sin embargo todo esto lo adquiere en cualquier clase social que viva y en el desarrollo de su organismo—, así también cuando unidos un grupo de obreros, damos vida nueva a un organismo colectivo, si cuidamos su desarrollo como se cuida el desarrollo del niño, alcanzaremos inevitablemente su progreso como el caso anteriormente citado.

¿Qué es la edad? Las distintas fases del individuo. El niño es primero que el hombre, en un mismo ser. Al niño, lo reemplaza el joven. Al joven lo reemplaza el hombre. Al hombre lo reemplaza el anciano. Por todas estas fases pasa un mismo ser. Así también por la acción progresiva de los organismos socialistas la explotación del trabajo desaparecerá, como desaparece el niño, cuando surge el joven, como desaparece el joven cuando avanza el hombre. Y al desaparecer la explotación desaparecerá con ella la clase patronal capitalista (en cuanto clase) para ser reemplazada (como el hombre reemplaza al joven) por la nueva estructura social que el socialismo ha creado con sus secciones profesionales de oficios, destinadas a actuar en el perfeccionamiento y progreso de las relaciones entre obreros y patrones.

La creciente acción de las secciones gremiales de oficios, fundadas en el seno de cada asamblea socialista y organizada por ciudades o regiones, la creciente educación de estos mismos organismos cuya fuerza de cultura influirá sobre la misma clase capitalista en que actúe, las crecientes conquistas económicas que obtenga por mejoramiento del salario y por participación proporcional de las utilidades, llegarán a anular toda forma de explotación y de opresión.

Razonemos lógicamente

Como dentro y cerca del elemento proletario siempre hay críticos que solo sirven para fomentar desalientos, para dificultar la unificación obrera y para hacer creer que los inconvenientes son más graves que lo que en verdad son, se hace preciso responder a las siguientes preguntas que ojalá cada lector se dedicara a su vez a razonar. ¿Tendrá algún valor, podrá servir de fuerza emancipadora o redentora, la acción gremial y cooperativa, sin llevar en su seno la doctrina socialista? ¿Qué misión desempeñaría el gremio y la cooperativa sin socialismo?

Nosotros consideramos que sin doctrina socialista, la acción gremial y cooperativa no reportarían ningún beneficio a los obreros organizados. Al contrario, sobrevendría el cansancio. Sostener el gremio para pedir siempre aumento de salarios; sostener y creer cooperativas para abaratar un poco la vida, no nos libraría jamás del régimen de explotación y opresión. Si el gremio no lleva por finalidad de su acción abatir la clase patronal para reemplazar el régimen actual de explotación por un régimen de cooperación, si la cooperativa no lleva por propósito monopolizar industrias y comercios a fin de suprimir la explotación y la miseria, si gremio y cooperativa no llevan estos propósitos, será inútil luchar, porque las conquistas que pudiéremos hacer hoy las perderíamos mañana por la falta de una doctrina precisa.

Si gremio y cooperativa no llevan en su seno doctrina socialista, ¿qué doctrina llevarían? Volved, pues, lector, a leer detenidamente, estas pocas páginas hasta que vuestra inteligencia se dé cuenta cabal de la importancia de la acción socialista para determinar el bienestar completo de la humanidad. Hemos dejado claramente explicado (como es posible dentro de tan pocas páginas) lo que es el socialismo, «su porqué» y cómo se realizará. Ahora solamente falta que los lectores de este folleto puedan comprenderlo bien. Quien bien lo comprenda debe ayudar al progreso de la organización socialista, porque no basta reconocer la bondad de las ideas y aceptarlas, es preciso llevarlas a la práctica como queda indicado en las páginas anteriores.

El socialismo es una doctrina que puede ser abrigada por todos los seres humanos, sean obreros o no. Corresponde primeramente a los obreros organizarse para realizar todo el programa de este ideal. Pero los que no son obreros pueden también cooperar muy eficazmente a tan hermosa obra de redención humana. Aumentar la dicha debe ser toda nuestra acción. Hemos de advertir que no culpamos a la clase capitalista por su creación esclavizadora, porque estimamos que obra a impulsos de fuerzas heredadas del pasado, y por eso nuestro afán perfeccionador.

Amar a la humanidad, amarla por el progreso y por la educación de todos los seres humanos, sin excluir a la mujer, al extranjero, al niño ni al anciano; amar a la humanidad trabajando para que el amor suprima al explotador, al verdugo y a la víctima, al tirano y al tiranizado; amar a la humanidad así, engrandeciendo a todos sus seres, llenando de belleza la vida, eso es ser socialista.

 

[*] La versión completa del texto se encuentra disponible en la página web de Memoria Chilena.

Cierre

Archivado como

Publicado en Chile, Fragmento, Historia, homeCentro, homeCentro2, homeCentro5, Ideas and Partidos

Ingresa tu mail para recibir nuestro newsletter

Jacobin Logo Cierre