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Retrato de Alexander Bogdanov tomado en 1903 (via Wikimedia Commons)

Bogdanov, revolucionario y pionero de la ciencia ficción

Traducción: Florencia Oroz

Alexander Bogdanov fue una figura clave del movimiento socialista ruso en los años previos a la revolución de 1917. Y también un pensador extraordinariamente creativo, que escribió una novela de ciencia ficción sobre una civilización socialista en Marte.

Alexander Bogdanov fue uno de los pensadores más versátiles y creativos de la Rusia de la época revolucionaria. Además de activista político, fue un prolífico escritor sobre filosofía, economía, educación y cultura. Entre sus obras se cuenta incluso una novela de ciencia ficción acerca de una civilización socialista en el planeta Marte.

Sin embargo, debido a su conflicto con Vladimir Lenin, fue casi totalmente eliminado de los registros históricos. Cuando se mencionaba a Bogdánov en la época soviética, era exclusivamente desde el punto de vista leninista. Solo recientemente la vida y las obras de Bogdanov se han convertido en objeto de estudio académico. Bogdanov merece ser recordado como una de las figuras más fascinantes del movimiento socialista ruso en una época turbulenta.

Vida temprana

«Bogdanov» era el seudónimo de Alexander Alexandrovich Malinovsky, que nació en el pueblo de Sokółka, en la provincia de Grodno, el 22 de agosto de 1873. Su infancia y juventud transcurrieron en Tula, ciudad cercana a Moscú, donde su padre era inspector escolar. En 1892, Bogdánov ingresó en la Universidad de Moscú para estudiar ciencias naturales especializándose en biología, pero dos años más tarde fue expulsado por su presencia en una manifestación estudiantil y desterrado a su ciudad natal, Tula.

Al ser un centro industrial, Tula albergaba a un gran número de trabajadores, algunos de los cuales habían organizado grupos de estudio. Bogdanov fue invitado por uno de los obreros a dar una clase de economía. De esta clase de economía surgió la primera publicación de Bogdánov: su Curso popular de economía política, publicado en 1894.

El Curso popular es una exposición de las ideas económicas de Karl Marx, aunque esto no se diga explícitamente en el libro. El enfoque es histórico, comenzando con el colectivismo de la sociedad primitiva y avanzando a través de la sociedad esclavista y el feudalismo hasta la era capitalista. En ediciones posteriores de su libro, Bogdánov añadió refinamientos inspirados en sus escritos filosóficos.

Un ejemplo importante de ello fue la concepción de que, a medida que la sociedad progresaba, no  dejaba de ser diferenciada, sino que se dividía en dos grupos básicos: los que daban las órdenes y los que las cumplían. En periodos históricos posteriores, la sociedad se dividió aún más al surgir oficios y profesiones, cada uno con su propio fondo particular de experiencia.

Bogdanov preveía que, con la creciente mecanización de la industria, las máquinas realizarían las operaciones rutinarias, dejando a los obreros desempeñar principalmente funciones de supervisión. De este modo, el trabajador adquiriría las características de un organizador además de las de una persona que ejecuta órdenes. En consecuencia, se superaría la antigua división de funciones.

Teorizando en el exilio

Aunque se le prohibió retomar sus estudios en la Universidad de Moscú, Bogdánov pudo obtener permiso para estudiar medicina en la Universidad de Kiev y obtener el título de médico. Por realizar propaganda socialista entre los obreros, fue detenido en noviembre de 1899. Tras seis meses de prisión en Moscú, fue exiliado primero a Kaluga y luego a Vólogda, donde pasó tres años.

El exilio de Bogdánov en Vólogda fue un periodo importante en su desarrollo intelectual. En el proceso de debate con otros exiliados políticos de allí, en particular con Sergei Berdyaev, formuló algunas de sus ideas más características. Una de ellas fue la concepción del socialismo como un estado de desarrollo continuo, visión que incorporó a su novela de ciencia ficción Estrella roja.

Publicada en 1908, Estrella roja describía una civilización socialista altamente tecnológica situada en Marte a través de los ojos de su narrador, un científico y revolucionario ruso que es llevado al planeta por un emisario marciano. Inspiró a posteriores escritores de ciencia ficción, tanto en la Unión Soviética como en Occidente.

Durante su estancia en Vólogda, Bogdánov escribió también el primero de los tres volúmenes de su principal obra de la época, Empiriomonismo. El segundo volumen apareció durante la revolución de 1905 y el tercero en 1906.

La formación de Bogdánov como científico natural y médico reforzó su convicción de que la filosofía debía incorporar los dos descubrimientos científicos más importantes de la época: la teoría de la selección natural y la conservación de la energía. Encontró inspiración en las obras de los escritores que habían adoptado este enfoque, como Richard Avenarius y Ernst Mach.

Bogdánov tomó la Crítica de la Experiencia Pura de Avenarius como punto de partida para el desarrollo de sus propias ideas filosóficas. Pero consideraba que una deficiencia de la obra de Avenarius era que abordaba la cuestión del conocimiento desde el punto de vista del individuo humano, y no del de la sociedad en su conjunto.

Para Bogdánov, el criterio de la verdad objetiva era su «validez social». La idea del colectivo humano era el punto de vista desde el que debía juzgarse la validez del conocimiento. El corolario de este argumento era que el punto de vista del individuo aislado daba una visión fragmentada de la realidad y engendraba todo tipo de fetichismo, incluido el fetichismo de la mercancía en el sentido que Marx daba al término.

Bogdánov y Lenin

El II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), con su división en facciones bolchevique y menchevique, había tenido lugar mientras Bogdánov se encontraba en su exilio de Vólogda. Sin embargo, pudo mantenerse al corriente de los acontecimientos a través de la correspondencia con Lenin. En la primavera de 1904, visitó a Lenin y a su esposa en Ginebra.

Bogdánov se puso del lado de los bolcheviques porque consideraba que los mencheviques estaban equivocados por haber desacatado las resoluciones del Congreso. Aunque no estaba de acuerdo con la concepción que Lenin había avanzado en su ¿Qué hacer?, según la cual los obreros eran incapaces de llegar al ideal socialista sin la ayuda de la intelectualidad socialista. En opinión de Bogdánov, era la intelectualidad revoltosa la que necesitaba el aporte de disciplina que podían proporcionar los obreros.

En el momento de la visita de Bogdánov, Lenin estaba aislado políticamente, pues los mencheviques se habían hecho con el control de las instituciones del partido y de su periódico, Iskra. Bogdanov ayudó a Lenin a convertir a los bolcheviques en una fuerza política seria encontrando financiación para un periódico que Lenin pudiera editar, reclutando a sus contactos para que contribuyeran con artículos y organizando un Tercer Congreso del Partido, al que solo asistieron bolcheviques.

Al estallar la revolución en enero de 1905, mientras Lenin estaba en Ginebra editando el periódico Vpered (Adelante), Bogdanov se encontraba en San Petersburgo dirigiendo la organización bolchevique en Rusia. Aunque las circunstancias exigían una dirección centralizada, Bogdánov insistía en que ésta debía seguir sometida al control democrático de los miembros del partido, es decir, debía existir lo que él denominaba «centralismo democrático».

Como miembro del Comité Ejecutivo del Soviet de San Petersburgo, Bogdanov fue detenido en diciembre de 1905 y no salió de la cárcel hasta mayo de 1906. La creciente represión política del régimen zarista hizo necesario que Bogdánov y Lenin abandonaran Rusia para dirigirse a Europa Occidental a finales de 1907.

Entre dos revoluciones

Tras la revolución de 1905, surgieron graves desacuerdos entre Bogdánov y Lenin. Bogdánov creía que los factores que habían provocado la revolución de 1905 seguían actuando y que no tardaría en surgir una nueva oleada revolucionaria. Esto significaba que los cuadros de trabajadores debían formarse en las escuelas del partido como preparación para la futura revolución.

Lenin, en cambio, sostenía que el periodo revolucionario había llegado a su fin. La mejor táctica a emplear ahora era el parlamentarismo, aprovechando el parlamento (Duma) que el gobierno zarista se había visto obligado a conceder. Bogdánov objetó que la participación en la Duma no debía ser la única táctica de los bolcheviques y que no debía permitirse que la fracción de la Duma del POSDR actuara desafiando la política del partido. Exigió que se diera un ultimátum a la fracción: o se adhería a la política del partido o sería expulsada de la Duma. Lenin, por su parte, acusó a Bogdánov de las herejías del «destitucionismo» y el «ultimatumismo» y de crear una base política en la escuela del partido que organizó en la isla de Capri.

Para socavar la posición de Bogdánov como filósofo, Lenin publicó en 1909 la polémica obra Materialismo y empiriocriticismo. Allí no enfrentaba directamente a las ideas de Bogdánov, sino que atacaba a pensadores que, según Lenin, habían influido en Bogdánov, principalmente Mach y Avenarius. En su intento de demostrar que Bogdánov era un idealista y no un marxista, Lenin atribuyó a Bogdánov ideas que él no sostenía. En respuesta, Bogdánov publicó el folleto «Fe y conocimiento», que señalaba las distorsiones de Lenin y también la actitud casi teológica que tanto Lenin como Georgii Plejánov tenían hacia los escritos de Marx y Friedrich Engels.

Aunque Bogdánov se mantuvo firme en el debate teórico, Lenin pudo derrotarle políticamente. En una reunión especialmente convocada del Centro Bolchevique en junio de 1909, Lenin y sus colaboradores expulsaron a Bogdánov de la fracción bolchevique del POSDR. Aunque la medida era ilegítima, el esperado congreso del partido en el que podría ser revocada no llegó a materializarse. A partir de entonces, Bogdanov permaneció al margen de cualquier partido político.

Respuesta a la guerra

Aprovechando la amnistía concedida en 1913 con motivo del tricentenario de la dinastía Romanov, Bogdanov regresó a Rusia y se instaló en Moscú. Cuando estalló la guerra en 1914, fue movilizado al Ejército como médico subalterno. Le conmocionó el hundimiento de la II Internacional y la propensión de la clase obrera a sucumbir a la fiebre de guerra que envolvía a los países beligerantes.

Lenin explicó célebremente este fenómeno en términos de la presencia en el seno del proletariado de una «aristocracia» que se beneficiaba de los beneficios del imperialismo. Para Bogdanov, sin embargo, la reacción de los obreros a la guerra significaba que habían sido arrollados por la fuerza de la cultura burguesa. Creía que existía en embrión una cultura proletaria colectivista, pero que necesitaba desarrollarse considerablemente para resistir el ambiente individualista fomentado por la burguesía.

Un tema recurrente en los escritos de Bogdánov es la fragmentación del conocimiento humano provocada por la división del trabajo y la aparición de oficios y profesiones. Su obra principal es Tectología: la ciencia universal de la organización, que comenzó a escribir en 1913. Trata de superar esta fragmentación revelando pautas que trascienden las disciplinas y son igualmente aplicables a las cosas, las personas y las ideas.

Para Bogdánov, ejemplos de estos patrones eran la «Selección» y la «Ley de los mínimos». En el caso de la primera, sostenía que el principio de selección era aplicable no solo en biología, sino en todas las esferas de la existencia, ya que todo sistema sobrevivía o perecía en función de su relación con el entorno según su capacidad o incapacidad de adaptación.

La Ley de los mínimos también tenía una aplicación universal: en cualquier sistema, el todo dependía del más débil de sus elementos componentes. La fuerza de una cadena venía determinada por su eslabón más débil; una escuadra solo podía navegar tan rápido como su barco más lento; una cadena lógica de argumentación se derrumbaba si uno de sus eslabones no soportaba la crítica. Bogdánov veía la Tectología como una enciclopedia proletaria, una obra que integraba el conocimiento y la experiencia de la forma que necesitaría una futura sociedad colectivista.

Aunque muchos socialistas eran optimistas respecto a que surgiría una sociedad socialista de las economías de guerra centralizadas que se establecieron en los países beligerantes durante la Primera Guerra Mundial, Bogdánov no compartía esta opinión. Consideraba estas economías como una forma de «comunismo de guerra» y un síntoma de una economía en declive.

Revolución cultural

Cuando el régimen zarista se derrumbó en febrero de 1917, Bogdanov esperaba que ello diera paso a un nuevo orden democrático en Rusia. Sin embargo, vio en los bolcheviques los mismos rasgos autoritarios que habían caracterizado al zarismo. El remedio, en opinión de Bogdánov, era una «revolución cultural», un movimiento que al menos escolarizara a la sociedad rusa en la democracia.

En 1918, Bogdanov rechazó una invitación para unirse al nuevo gobierno soviético, por considerarlo demasiado autoritario y carente de «cooperación camaraderil». No obstante, hizo una importante contribución al sistema soviético en 1921 al formular los principios de la planificación económica soviética.

Bogdánov sostenía que, puesto que todas las ramas de la economía eran interdependientes, debía mantenerse un equilibrio entre los distintos sectores. De acuerdo con la Ley tectológica de los mínimos, aseguraba que el crecimiento de una economía estaba limitado por el tamaño de la más atrasada de las ramas básicas de producción. Era a estas ramas a las que había que dar prioridad dirigiendo hacia ellas los recursos y la fuerza de trabajo. Estos principios sustentaron la planificación económica soviética hasta que Iósif Stalin renunció a ellos en 1929.

Entre 1918 y 1920, la influencia de Bogdanov estaba en su apogeo. Sus escritos eran las obras de referencia sobre teoría socialista y marxista, mientras que su novela Estrella roja contenía la única visión de una sociedad socialista de que disponían los bolcheviques.

Sus ideas inspiraron el Proletkult, una organización popular con ramas en toda la república soviética y que contaba con una sección internacional. En 1920, Lenin se las ingenió para acabar con la independencia del Proletkult subordinándolo al Comisariado de Educación. Ese mismo año, lanzó una campaña contra Bogdánov personalmente, organizando la reedición de su libro Materialismo y empiriocriticismo con una introducción que denunciaba la Tectología y otras obras teóricas de Bogdánov.

Esta campaña culminó con la detención de Bogdanov por parte de la Administración Política del Estado (GPU) en septiembre de 1923. Se sospechaba que tenía conexiones ideológicas con el grupo opositor Verdad Obrera, pero logró convencer de su inocencia a Félix Dzerzhinsky, jefe de la GPU. En total, Bogdanov pasó cinco semanas en prisión y se consideró afortunado de haber escapado con vida. Tras este incidente, a Bogdanov le resultó más difícil publicar sus escritos o participar en cualquier actividad académica.

Legado

Estas restricciones dejaron a Bogdanov con la investigación médica como su principal esfera de actividad. A sugerencia suya, el Comisariado de Salud soviético creó un Instituto de Hematología y Transfusión de Sangre en 1926 y nombró a Bogdanov director del mismo. En aquella época, el procedimiento de transfusión sanguínea se encontraba en sus primeras fases y aún se desconocían muchas cosas sobre las características de la sangre.

Para Bogdanov, la transfusión de sangre tenía un significado especial, ya que la consideraba una forma de integración social y así la había descrito en Estrella roja. En marzo de 1928, Bogdánov intentó realizar un intercambio de sangre con un estudiante de la Universidad de Moscú, procedimiento habitual en el instituto. Sin embargo, incompatibilidades en la sangre de Bogdanov y del estudiante, que no podían preverse en aquel momento, hicieron fracasar la operación. Bogdánov sufrió quince días de dolorosa enfermedad y murió el 7 de abril de 1926.

Bogdánov fue una figura destacada de la historia del movimiento revolucionario ruso y de los primeros años del Estado soviético. Como pensador socialista, sus obras revisten un interés permanente. Debido a que cayó en desgracia ante Lenin y se convirtió en un no-personaje a partir de 1920, su existencia apenas ha sido tenida en cuenta por los historiadores.

En los últimos años, sin embargo, se ha empezado a redescubrir el legado intelectual de Bogdánov y a reconocer su papel como pionero de la teoría de sistemas. Pero aún queda mucho por hacer para que ocupe en la historia moderna de Rusia el lugar que realmente merece.

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