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El candidato presidencial peruano Pedro Castillo habla durante un debate con su oponente de derecha Keiko Fujimori, en Chota, Perú, el 1 de mayo de 2021. (Cesar Bazan / AFP vía Getty Images)

«Si gana Castillo, la derecha intentará desestabilizar»

Si hoy gana Pedro Castillo, la derecha va a ensayar muchas estrategias para desestabilizar y tratar de frenar los cambios de fondo. Es necesario articular a la izquierda e impulsar una fuerte movilización popular.

Por Emilio Tellez Contreras

Hoy domingo presenciamos unas elecciones históricas en Perú, donde se enfrentan en segunda vuelta Pedro Castillo, un popular maestro izquierdista, y Keiko Fujimori, la representante de uno de los momentos más violentos del neoliberalismo en el país. La gran sorpresa es, sin duda, Castillo, quien llega al frente de las encuestas y tiene aterrorizada a la derecha nacional e internacional, así como a los medios de comunicación.

En vísperas de las elecciones Jacobin entrevista a la socióloga Anahí Durand Guevara. En la primera vuelta Anahí se desempeñó como Jefa del plan de gobierno de Juntos por el Perú y continúa como secretaria de relaciones internacionales del partido Nuevo Perú de la excandidata Verónika Mendoza.  También es integrante del equipo técnico de Perú Libre del candidato Castillo

ETC

¿Qué representa Castillo en términos políticos y sociales? ¿Y cómo fue posible su irrupción, que fue una sorpresa para todo el mundo?

ADG

Yo creo que esta segunda vuelta ha dejado más claro lo que Castillo expresa y representa. Creo que representa a grandes mayorías del país que están descontentas con cómo se ha manejado la política, la economía y la sociedad peruana en los últimos años. Es la expresión del malestar y del rechazo a la clase política. Pero, a la vez, también es la esperanza de que alguien como cualquier persona, un profesor, un campesino, alguien del pueblo, pueda llegar al gobierno. Y la confianza de que esa persona, por ser quien es, pueda hacer los cambios que los anteriores gobiernos no se atrevieron a hacer.

Entonces, por un lado, expresa este efecto de rechazo al régimen, al establishment. Venimos, además, de una crisis muy profunda, una crisis societal general. Y ahí entra la otra pregunta, esta candidatura no se explica sin el terremoto de Odebrecht y la crisis de corrupción que destapó y por la cual renunció el expresidente Kuczynski. Esto fue un terremoto político.

Por otro lado, el otro terremoto que hemos vivido es la pandemia. Hace días se actualizaron las cifras y vemos que uno de cada 200 peruanos hemos perdido un familiar o alguien muy cercano, dentro de quienes me incluyo. Es terrible, aquí prácticamente nadie tiene alguien que no haya muerto. Y junto a ello están las consecuencias económicas que todo esto implica.

Esta candidatura explica lo que hemos vivido, el rechazo a este manejo desastroso y la identificación con alguien que corporiza y expresa todo este malestar. Y creo que ahí radica la diferencia con candidaturas más programáticas como la que tratamos de organizar en Juntos por el Perú, muy enfocados en las propuestas y en cómo desarrollarlas, frente a un pueblo que no quería escuchar eso en estos momentos, sino que querían a alguien como ellos, que camine como ellos, que esté cerca de ellos, que diga: “esta pandemia nos está matando de hambre”, y salga a hacer su campaña a pie o en caballo. Creo que eso no vio la derecha, ni los grandes medios…ni un buen sector de la izquierda más bien urbana.

Es un fenómeno muy interesante que tiene antecedentes en nuestra historia reciente, ya que desde el 2006 hay un voto crítico al neoliberalismo, al sistema que se impuso en 1992. Ese voto crítico se orientó a Humala en el 2006, con un 20/21%, insistió con Humala en 2011, cuando consiguió ganar y traicionó, y aún así en el 2016 también se expresó en Verónika Mendoza, que contó con casi un 19% de los votos. Este 2021 este voto se orientó a Castillo que pasa a segunda vuelta con un 19%. Entonces, hay un voto consistente contra el modelo que ha estado ahí y en estas circunstancias de crisis generalizada, de malestar, de tragedia, apuesta por el candidato más antiestablishment.

ETC

La campaña de la derecha contra Castillo es muy agresiva ¿Ha tenido resultados?

ADG

Yo creo que estas elecciones también han evidenciado la desconexión de la derecha peruana con el país. Ellos ya venían de una crisis muy fuerte; fueron divididos en cuatro candidaturas. Los grupos de poder no se imaginaron que Keiko iba a ser la candidata, la peor candidata para la segunda vuelta por el anti-voto que tiene. Otra historia sería que ahora estuviera Hernando de Soto. Esa era la apuesta principal de las clases dominantes. O Forsyth, un chico joven, nuevo, a quienes veían, más o menos, como el Bukele peruano. Pero no, la que pasó fue Keiko con muy pocos votos.

Entonces yo creo que no sólo fue Keiko su peor representante en la segunda vuelta, sino que tampoco vieron a Pedro Castillo, mientras estaban enfocados en atacar a Verónika Mendoza, con una contra-campaña brutal, creyendo que ella era la candidata que pasaba al balotaje.

La primera vuelta fue muy dura, todos los medios se alinearon contra Vero, mientras Castillo iba avanzando en la zona rural. Es una subida que se da en las últimas semanas. Y creo que la derecha no lo vio y todavía lo está procesando. Su desconexión con el mundo popular, con las demandas de la gente de abajo los ciega y alimenta todos sus fantasmas, porque es un maestro rural y va como candidato de un partido regional que se autodenomina marxista leninista como Perú libre. Para ellos es la encarnación de todos sus miedos. Y ahí creo que lejos de abrirse a dialogar, a entender qué está pasando han optado por lo que sabe hacer la derecha peruana, que es bastante torpe: estigmatizar y vincular a todos los opositores con el terrorismo de Sendero Luminoso. Eso sí, con mucho dinero y con mucha presencia de la derecha internacional. Tenemos aquí ahora a Leopoldo López hace ya casi una semana.

Y bueno, hay una guerra desatada en toda línea, con todos los poderes alineados, usando el comunismo como la expresión de todos los males posibles. Esa ha sido su estrategia: como acusar de chavismo o terrorismo ya no funciona mucho, entonces encontraron en el comunismo, ese “significante vacío” en el cual identificar todos los males. Entonces, el comunismo es la expropiación de tu puesto de comidas, la expropiación de tus pensiones, que mandarán a tus hijos a Cuba y Venezuela, y eso lo difunden en los sectores populares, es lo que dicen los medios, todos los días.  Entonces, sí, hay un despliegue muy brutal.

ETC

¿Cómo se reparte regionalmente el voto a Keiko Fujimori y a Pedro Castillo?

ADG

En las últimas décadas, regiones del sur andino como Cusco, Puno, Arequipa, Tacna han votado consistentemente por las opciones de cambio, por las opciones críticas del modelo. Ello se explica si se tiene en cuenta el impacto del patrón de crecimiento extractivo en el país: estas zonas son donde se encuentran los recursos naturales que exporta el Perú (el cobre, el gas, por ejemplo) y son las más empobrecidas. Entonces tienes ahí una contradicción evidente y que la población asume como injusta y que debe ser cambiada. Yo creo que ese voto crítico del sur andino tiene su base en la redistribución de los recursos en el despojo a las comunidades campesinas. Hubo movilizaciones muy fuertes contra la contaminación minera por ejemplo en Cuzco, en Arequipa contra el proyecto minero Tía María, en fin… esta es la zona que concentra el voto duro por Castillo. En el oriente, en la Amazonia también es un poco esta regularidad. Donde se centra más el voto de Keiko Fujimori y de la derecha es en Lima, lo que cual es preocupante porque Lima, junto con las ciudades del norte, es de las que concentran mayor población.

Entonces ese es un poco la situación: las ciudades del norte más grandes -Lima Chiclayo, Trujillo, Piura- centros urbanos que han concentrado mucha población migrante, son más permeables también a los discursos de los medios de comunicación que es donde más ha estado la ilusión de crecimiento vía consumo. Además, si miramos las encuestas el voto de Keiko es un voto duro “con conciencia de clase”, son los sectores A y B principalmente. Y hay un sector que es el que está en disputa en las ciudades que es el sector emergente, que depende mucho del crecimiento macroeconómico, vía consumo, economía de servicios, etc., y que ahora tiene miedo de lo que pueda cambiar, aunque ha sido golpeado por la pandemia. Entonces creo que esa es la distribución territorial del voto y la disputa abierta por las ciudades que concentran mayor población. Ahí ha estado la lucha en estas semanas, en estos meses, sobre todo en la segunda vuelta, en cómo disipar los miedos del electorado limeño urbano y del norte del país.

ETC

¿Cómo respondió la izquierda en general, y el espacio en torno a Verónika Mendoza en particular, a la sorpresa que significó Castillo y qué actitud tuvieron frente a la convocatoria a la unidad?

ADG

En Nuevo Perú sabíamos que había un bolsón electoral a la izquierda nuestra, digamos más “izquierdista”, no en términos ideológicos, pero sí con una impronta más popular que no estaba contenida en nuestros electores. En el 2016, Verónika sacó el 18% y otro candidato, Gregorio Santos, sacó 4% y nos dejó fuera de la segunda vuelta. Ya teníamos esta experiencia y sabíamos que, además, en el contexto de crisis se necesitaba una articulación amplia de izquierda. No podíamos ir en tres o cuatro partidos, ya la derecha iba así de fragmentada y nos sumaba mucho ir articulados por ejemplo en torno a la demanda de Asamblea Constituyente.

Desde el 2018/19, empezamos un diálogo con Perú Libre, con Juntos por el Perú, también con distintas fuerzas sociales, para poder hacer un bloque electoral común. Lamentablemente la unidad no se dio la unidad por cuestiones básicamente administrativas y fuimos en tres candidaturas de izquierda, Vero que se veía con más expectativa, Perú Libre con Pedro Castillo y el Frente Amplio con Marco Arana que quedó reducido a su mínima expresión. Una vez que se dan los resultados retomamos la comunicación, partiendo de la evaluación de que coincidimos con Pedro Castillo en este horizonte de cambios profundos que incluye el proceso constituyente. Coincidimos en ese punto y también en cuestiones programáticas, por ejemplo, el cambio del modelo económico, la nacionalización de los recursos, la redistribución, la reforma de la tributación, entre otros. En este marco Finalmente Verónika y Pedro Castillo firman acuerdo que lo redactamos en conjunto, en un evento muy bonito y unitario. A partir de ahí quedamos en colaborar en en esta segunda vuelta. Todavía no hemos hecho ningún acuerdo de gobierno, el objetivo es ganar en este momento, cerrar el paso al neoliberalismo, y llevar adelante estas propuestas de cambio.

ETC

Si Castillo ganara ¿cuál sería el papel tanto de esta izquierda, que todavía no tiene un acuerdo pleno de gobierno con Castillo, como de los movimientos sociales?

ADG

Hay varios temas en tu pregunta. Por ejemplo, en los movimientos sociales está el tema del feminismo, el género ha sido un punto bastante álgido en la confluencia, porque Castillo y Perú Libre no se han caracterizado por su postura crítica frente al sistema patriarcal. Castillo es una persona del pueblo con todo lo que implica, tiene una familia evangélica, es conservador en ese aspecto … creo que hay una tarea ahí, de la izquierda, de asumir que este va a ser un proceso de diversas disputas y el triunfo de Castillo no va a asegurar todos los cambios que quisiéramos.

Hay que dejar claro que hay muchos intereses en juego y va a haber varias estrategias de la derecha para detener este proceso de cambio. Yo creo que van a intentar cooptarlo, como lo hicieron con Fujimori, salvando las diferencias, así como el mismo Humala que también entró muy radical, aparecía en fotos con Lula y Chávez y a los seis meses ya estaba alineado con la cámara de empresarios. Entonces, yo creo que una estrategia de la derecha si gana Castillo va a ser buscar cooptarlo. Sino puede va a intentar el boicot, fuga de capitales, bloqueo en el Parlamento aprovechando que la izquierda no tiene mayoría. Va a ser un escenario difícil, la derecha va a ensayar muchas estrategias para desestabilizar y tratar de frenar cambios de fondo. Por eso es  importante una articulación de fuerzas progresistas, que puedan sostener ese proceso de cambio, que puedan conectar con la población, porque se va a necesitar una población movilizada y comprometida.

Un primer eje en esa línea va a ser el tema constituyente. La población ha entendido que muchos de los cambios están amarrados a la Constitución, porque aquí lo que hizo el neoliberalismo fue constitucionalizar el modelo, al igual que en Chile. Entonces yo creo que ese primer paso de la Asamblea Constituyente vía referéndum puede movilizar a las fuerzas democráticas y progresistas y a la vez abrir un debate ciudadano.

ETC

La última pregunta, un poco especulativa, ¿cómo visualizarías el papel de Perú en América latina, si hubiera una victoria de Castillo?

ADG

Yo creo que geopolíticamente hablando lo que pase en Perú es clave. Tuvimos el triunfo de Arce en Bolivia, nos devolvió un poco la esperanza de que podía consolidarse nuevamente un bloque latinoamericanista. Luego los resultados favorables a la derecha en Ecuador nos demostraron que todavía es un escenario de disputa. En este marco, un triunfo de Keiko te alinea nuevamente a la derecha y un triunfo de Castillo te abre otra vez esa posibilidad de un escenario regional más progresista, menos supeditado a los mandatos de Washington, con una mirada continental, con México y Argentina.

Estas elecciones podrían reconfigurar bastante la región y yo creo que así lo están entendiendo también las derechas. Ese es el motivo de la presencia de Leopoldo López y las voces de Vargas Llosa en España con sus aliados.  Lo que pase en Perú puede ser determinante para lo que pase en Colombia que tiene elecciones el próximo año y en Chile que tiene elecciones en noviembre, donde se observa un proceso bastante esperanzador en términos de una Constituyente plurinacional, paritaria, con unas fuerzas de cambio progresista con mucha presencia.

Perú es un país que ha estado junto con Colombia alineada con Estados Unidos y el neoliberalismo, aquí tenemos ocho bases militares estadounidenses excusadas en el argumento de la lucha contra el narcotráfico. La posibilidad de ganar abriría la posibilidad de tener mucho más margen de soberanía, de integración, que nos ayudaría a resolver problemas tan concretos como la vacunación enormemente retrasada en Perú. Castillo por ejemplo ha conversado con el presidente de Argentina y con Rusia la posibilidad de tener una estrategia de vacunación internacional no supeditada a temas ideológicos, a diferencia de lo ha hecho Carlos Neuhas quien dijo que solo confiaba en la ciencia occidental, y nos dejó sin la vacuna Sputnik. Entonces, sí, creo que en lo geopolítico se está jugando bastante aquí los países deben estar atentos a lo que ocurra el domingo.

Sobre el entrevistador

Emilio Tellez Contreras es licenciado en Filosofía por la UNAM y miembro de la dirección política de la CONUR (Coordinadora Nacional de Usuarios en Resistencia).

 

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