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Pedro Castillo, acompañado de su familia en su casa de Cajamarca, 2021. (Ernesto Benavides / AFP vía Getty Images)

Acerca de la izquierda en Perú

En el Perú de las últimas décadas hubo un fenómeno político que se le ha escapado a la mayoría de los analistas: la existencia de una corriente de izquierda rural, menos visible que su contraparte urbana, con un recorrido propio. Debemos rescatarla de las sombras y comenzar a analizarla, pues es precisamente de allí de donde proviene Pedro Castillo.

Por años, mientras otros países eran alcanzados por la llamada «marea rosa», Perú parecía renuente al cambio. Con la llegada de Pedro Castillo Terrones a Palacio de Gobierno, el 55% de los peruanos que se consideran perdedores del sistema económico instalado durante los años noventa parece haber encontrado una opción política que los represente. 

Pero no solo eso: la llegada al gobierno de Castillo Terrones significa un momento histórico en la política peruana, pues es la primera vez que un representante de izquierda obtiene el poder del Estado. Si bien como antecedentes se encuentran los gobiernos de Juan Velasco Alvarado y, más recientemente, el de Ollanta Humala, ambas experiencias resultan cuando menos polémicas para los militantes de esta opción política.

El gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas, encabezado entre 1968 y 1975 por el general Velasco Alvarado, tuvo como elementos centrales de su política dos tópicos que la izquierda reclamaba desde décadas atrás: el nacionalismo y el antimperialismo. Fue justamente ello lo que convirtió a la experiencia velasquista en una línea divisoria que marcó las diferencias entre los grupos de izquierda maoísta y de izquierda soviética (Adrianzén, 2009). Mientras el primero vio en la etapa inicial del gobierno de las Fuerzas Armadas un intento de frenar una revolución, el segundo, debido a sus promesas de cambios sociales, decidió apoyar el proceso.

Por su parte, Ollanta Humala, el último candidato antisistema elegido como presidente de la República en 2011, es recordado por la izquierda peruana que impulsó su candidatura como un traidor (Sosa, 2021). Su viraje a la derecha comenzó durante la segunda vuelta electoral, cuando —con el objetivo de convencer al gran sector de indecisos a apostar por su candidatura— reemplazó su programa de gobierno, denominado «La gran transformación», por una nueva propuesta que los medios bautizaron como «Hoja de Ruta». Cabe destacar que ninguno de los dos expresidentes se autorreconoció como parte de la izquierda, sino que más bien rechazaron insistentemente dicho rótulo. 

Con la victoria de Pedro Castillo, la izquierda se libra de dependencias y encuentra un referente político sin la necesidad de recurrir a actores externos. Su gobierno reúne, además, a las distintas corrientes de izquierda peruana que nunca antes habían logrado anteponer sus agendas de cambio sobre sus discrepancias ideológicas. El Frente Amplio, en 2016, fue el último intento fallido de reunir a las distintas agrupaciones políticas autodefinidas como izquierdistas, progresistas y socialistas bajo un mismo programa y una misma candidatura —la de Verónika Mendoza—; sin embargo, otros grupos de izquierda se mantuvieron fuera de la alianza y esta se desarticuló tan solo un año después. 

Pero no todo es esperanzador para la izquierda en su primera vez en el gobierno. Las críticas de los grupos de poder (económicos, políticos y mediáticos) han sido especialmente duras y ya empezaron a calar en la población. Al gobierno de Pedro Castillo se lo tilda de violento, senderista, dogmático e irracional.

Esta situación es especialmente delicada, pues dichos adjetivos se les atribuyen exclusivamente a los actores provenientes de la alianza electoral entre la facción del magisterio liderada por Pedro Castillo y el partido político Perú Libre, creando tensión entre estos dos grupos impulsores originarios del proyecto político Perú Libre y los aliados de otros colectivos de izquierda que se incorporaron durante la campaña de segunda vuelta. Asimismo, estas críticas han hecho que el gobierno pierda el apoyo que, en un inicio, le brindaron otras fuerzas políticas que apostaban por la gobernabilidad. 

La izquierda peruana

La identidad política de la izquierda peruana, partícipe de la política nacional, se remite a la década de los noventa, en la que sucesos globales y locales —la caída del muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, por un lado, y el alzamiento de Sendero Luminoso y el inicio del gobierno de Alberto Fujimori, por el otro— motivaron que las fuerzas de izquierda abrazaran un discurso democrático a favor del pluralismo político y la vía electoral. Esta nueva identidad sustituyó al conflicto como factor central de la política por el del consenso. Así, las fuerzas de izquierda se mimetizaron con las demás agrupaciones políticas e hicieron suyo el paradigma de la democracia deliberativa que dominó al escenario político-nacional desde el término del gobierno de Alberto Fujimori.

Para la izquierda, la adopción de la política del consenso da lugar a rasgos centrales de su actual identidad política. En primer lugar, el antifujimorismo como contradicción central de su hacer político. El rechazo y combate de las prácticas políticas del fujimorismo hizo que la izquierda se sumara al «acuerdo sin exclusiones entre todas las fuerzas democráticas» (Adrianzén, 2009), dejando de lado las luchas ideológicas del pasado aún después de culminado el gobierno de Alberto Fujimori. En segundo lugar, la incompatibilidad de fondo del marxismo-leninismo, el comunismo y la lucha de clases con una política de concertación hizo que la izquierda se aparte de las que antes fueron sus categorías centrales, que poco a poco adquirieron una valoración negativa. 

En tercer lugar, la política del consenso hizo que la izquierda rechazara cualquier vinculación con Sendero Luminoso. Aquello se expresa en el deslinde y repudio no solo del accionar de los grupos subversivos sino de cualquier proyecto político de emancipación y en la negación en términos históricos de un pasado común con los grupos que se alzaron en armas durante las décadas de los ochenta y noventa. Así, para las actuales fuerzas de izquierda, la única relación con Sendero Luminoso fue de combate.

Estas particularidades significaron el repliegue político de la izquierda y la concentración de su activismo en las ONG, en columnas de opinión y en la universidad. Los nuevos espacios de acción pusieron de relieve un nuevo sujeto político: la sociedad civil. La articulación de un discurso político centrado en la sociedad civil termina siendo una derrota programática de la izquierda tradicional, pues significa el distanciamiento del cambio total e inminente.

Es con la aparición de la candidatura de Ollanta Humala, en 2006, que se reaviva un discurso anti establishment que había quedado relegado de la política nacional. La plataforma política de Humala Tasso es de un nacionalismo progresista, en sus bases ideológicas hace suyas a figuras de izquierda como José Carlos Mariátegui y reclama el antiimperialismo, el antineoliberalismo, el republicanismo democrático, el latinoamericanismo y el «socialismo andino-amazónico» (Ortiz de Zárate, 2011). 

En su segunda postulación, en las elecciones presidenciales de 2011, su partido político, el Partido Nacionalista Peruano, suscribió la alianza Gana Perú con distintas agrupaciones de izquierda el PCP-Patria Roja, el Partido Socialista del Perú (PS), el Partido Socialista Revolucionario (PSR), el Movimiento Político Voz Socialista (MPVS) y un sector del movimiento regional Lima para Todos. Es a partir de ese momento que la izquierda tradicional retornó al escenario nacional, primero como aliados y luego como opositores. En las siguientes elecciones generales presentaron una agenda programática progresista y reformista que, desde entonces, ha representado a la izquierda a nivel nacional.

Pero durante todo el periodo, desde los noventa a la actualidad, ha habido una corriente de izquierda que no ha sido estudiada a profundidad. Son pocos los autores que la han reconocido y han intentado comprenderla. El politólogo Yerel Vásquez se ha referido a esta como la «izquierda rural» (Vásquez, 2021), mientras que Carlos Meléndez la reconoce como parte de lo que denomina «post senderismo», que describe como

Un legado ideológico de los años del terror en el Perú. Antes que desaparecer, ha entrado en la disputa del campo de la izquierda peruana, adquiriendo un discurso populista, dicotómico, maniqueo, con reminiscencias de divisiones clasistas, pero donde superpone a la división elite versus pueblo otras capas politizadas previamente por SL (andinos versus criollos) y otras capas de reciente politización (identidades étnicas). Busca revertir el orden establecido desde una interpretación arbitraria de la soberanía popular. Su eje de acción política ya no es la lucha armada, sino la participación popular masiva, plebiscitaria. Ha perdido la centralidad de la violencia revolucionaria, pero ha mantenido: el afianzamiento del conservadurismo moral (vínculos con el totalitarismo senderista), la concepción mayoritaria del ejercicio del poder (en contraposición con la pluralista), y el empoderamiento revanchista del campesinado, aduciendo una vigente discriminación racial y social. (Meléndez, 2021)

Compartimos con Vásquez Cerna el reconocimiento de una izquierda rural frente a una urbana, con dinámicas políticas localizadas en movimientos regionales y sindicatos, con miembros con características culturales y étnicas provenientes centralmente del ande peruano. Por su parte, reconocemos, al igual que Meléndez, otra valoración del conflicto armado interno y de Sendero Luminoso por parte de esta vertiente de izquierda (mas no apoyamos la tesis de que esta esté conformada únicamente por exsubversivos buscando otras formas de hacer política). 

Nuestra hipótesis es que esta izquierda rural, durante los años noventa, tuvo una experiencia y transición política diferente a la de su par partícipe en la política nacional. No abandonó el discurso revolucionario y miró con ambigüedad el accionar de los grupos subversivos durante el conflicto armado interno. Esta izquierda, en un país con una descentralización mal ejecutada, rechaza la institucionalidad y sigue entendiendo a la política en función de antagonismos y contradicciones. Además, su desarrollo localizado en el interior del país la ha conducido a hacer frente a una realidad que se pretende ignorar y hasta criminalizar desde el quehacer político nacional: la convivencia con quienes en el pasado se levantaron en armas. Su mirada a los exsubversivos no es de repudio, y existe un pragmatismo que le permite incorporarlos en su proyecto político.

Analizar esta izquierda en profundidad resulta fundamental porque es precisamente de allí de donde proviene el gobierno de Pedro Castillo. En la actualidad, este es criticado duramente no solo por los sectores opositores, sino también por otras agrupaciones políticas con una tendencia en pro de la gobernabilidad y por los medios de comunicación, en gran parte no únicamente por una incomprensión de sus códigos y formas de hacer política, que han entrado en pugna con las de la política nacional tradicional.

Bibliografía 

Adrianzén, C. (2009). La izquierda peruana y los impasses de su redefinición política (1978-2006). (Tesis de Licenciatura). Pontificia Universidad Católica del Perú.

Adrianzén, C. (2008). Izquierda y postpolítica en el Perú. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Disponible en http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/becas/20200219041125/adrianz.pdf

Bazán, S. (12/09/2017). La izquierda y Sendero Luminoso. La República. Disponible en https://larepublica.pe/politica/1097643-la-izquierda-y-sendero-luminoso/

Grupo de análisis político 50+1. (2021). Ganadores vs Perdedores (de los últimos treinta años). Autor. Disponible en https://sim.macroconsult.pe/wp-content/uploads/2021/05/501-AP-05-21.pdf 

Meléndez, C. (22/09/2021). Post-Senderismo. La Tercera. https://www.latercera.com/opinion/noticia/post-senderismo/YMGKLWWCHRFD5BSSEKP2SKBJJ4/

Mouffe, C. (2003). La paradoja democrática. Barcelona. Gedisa

Ortiz de Zárate, R. (2011). Biografías Líderes Políticos: Ollanta Humala Tasso. Barcelona Centre for International Affairs. Disponible en https://www.cidob.org/en/biografias_lideres_politicos_only_in_spanish/america_del_sur/peru/ollanta_humala_tasso#3 

Roca, D. (2015). ¿Dónde está la izquierda?. Revista Ideele. 249. Disponible en https://revistaideele.com/ideele/content/%C2%BFd%C3%B3nde-est%C3%A1-la-izquierda 

Sosa, M. (2021). La derrota del Perú de las elites. Nueva Sociedad. Disponible en https://nuso.org/articulo/castillo-elites-peru-izquierda-fujimori-comunismo/

Ubilluz, J.C. (2021). Sobre héroes y víctimas: ensayos para superar la memoria del conflicto armado. Penguin Random House. 

Vásquez, Y. (2021). Las izquierdas y Pedro Castillo. ¿Qué posibilidad hay de mantener la unidad? en Asensio, R. (Ed.). El profe. Instituto de Estudios Peruanos.

 

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