Al aferrarse a la primacía estadounidense mediante la fuerza y la intimidación, Donald Trump está, irónicamente, socavando el poder global de Estados Unidos. Un saboteador interno difícilmente podría hacerlo mejor que él con su incompetencia absoluta.
Artículos publicados por: Branko Marcetic
Redactor de Jacobin Magazine y autor de Yesterday’s Man: The Case Against Joe Biden (Verso, 2020).El comandante saliente del CENTCOM, Michael Kurilla, lleva años con Irán en el punto de mira como parte de una visión más amplia que busca mantener a China fuera de Oriente Medio y presionarla en un eventual conflicto.
Menos de medio año le bastó a Donald Trump para incumplir sus promesas de campaña y sumir a Estados Unidos en otra guerra estúpida y potencialmente sangrienta en Oriente Medio que nadie quiere.

Donald Trump cimentó su imagen política sobre el odio público hacia las guerras interminables de George W. Bush. Ahora, mientras miente de manera sistemática para entrar en guerra con Irán, se prepara para asumir el legado de Bush como propio.
Donald Trump está al borde de una guerra con Irán, un conflicto que sería perjudicial para Israel, para Estados Unidos, para los civiles de todas las partes e incluso para el futuro del propio mandatario estadounidense.
Elon Musk fue expulsado de la Casa Blanca de Trump. Pero Musk siempre estuvo llevando a cabo la agenda del autor del Proyecto 2025, Russell Vought, que sigue teniendo mucho poder.
Los primeros 100 días de Donald Trump han demostrado lo que realmente significa hacer un uso intensivo del poder ejecutivo. Pero, además de paralizar de forma permanente el Estado, es difícil ver qué ha conseguido realmente con ello.
Los comentaristas liberales instan a los demócratas a no hablar de las medidas ilegales de Trump para desaparecer gente en un calabozo salvadoreño. Esto no solo es incorrecto por una cuestión de principios, sino que además es un error político.
El errático despliegue de aranceles de Donald Trump parece que va a aumentar la dependencia mundial respecto de China y a ahuyentar a las inversiones para la reindustrialización de Estados Unidos, socavando los objetivos declarados de su propia administración.
Donald Trump le dijo al mundo que su administración acabaría con la censura de la cultura liberal «woke». Pero su mandato muestra una de las peores represiones a la libertad de expresión en la historia reciente de los Estados Unidos.