Entender el fascismo implica analizar tanto su discurso sobre las mujeres como la forma en que se dirige a ellas. Toda teoría crítica del fascismo debe partir del «antifeminismo femenino» producido por la supremacía masculina.
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La fijación en los particulares tiene un remedio: el concepto, que es general. En consecuencia, puede declinarse en configuraciones históricas distintas. Mientras no se conceptualice, el fascismo seguirá siendo una evocación histórica no extrapolable.
Vivimos en una época de insurrecciones, solo que la insurrección es algo que puede ocurrir en ambas direcciones.
Aprovechando los vacíos de la resistencia y la revolución, crece una nueva forma de fascismo «de la ambigüedad», que busca el embotamiento de los sentidos y los significados.
Al igual que sus predecesoras del siglo XX, la extrema derecha contemporánea anhela las supuestas glorias del mundo antiguo al tiempo que fetichiza la tecnología moderna.
El Partido Comunista Italiano se enfrentó desde su fundación a una violenta represión. Mientras las élites empresariales y los políticos liberales apoyaban a Mussolini, ningún partido resistió más a los fascistas que el PCI.
Con la llegada de Donald Trump al poder, varias facciones del Partido Republicano compiten por imponer su dominio. Entre ellas están los «Groypers», el ala más derechista de la coalición, que busca que el partido adopte una agenda abiertamente nacionalista blanca.
A mediados de la década de 1930 el secretario general del Partido Comunista de Italia, Palmiro Togliatti, elaboró lo que sigue siendo el mejor análisis de la aparición en Italia del fenómeno del fascismo, un régimen reaccionario de masas.
Detrás de la confusión y los debates en torno al fascismo subyace una simple verdad: se trata de un juego de poder dirigido por las élites económicas. Los comunistas reconocieron que la fisonomía del fascismo está determinada por la dinámica de clases.
La victoria de Donald Trump en las urnas inevitablemente reabrirá el «debate sobre el fascismo». Pero, ¿encaja realmente en el perfil fascista un populista cuyo atractivo es transversal a diversos grupos?