No hay «liberalismo» sino «liberalismos», con diversas tácticas, doctrinas y enemigos coyunturales, además de una gran capacidad para sellar una «unidad estratégica» que les permita llevar adelante sus planes de agresión sistemática contra la sociedad.
Notas publicadas en #11
Aunque no representen a las mayorías sociales, las guerras de género que motorizan las nuevas derechas les permiten generar activismo y movilización, construyendo así una base social.
Álvaro García Linera y Sandro Mezzadra examinan la vigencia del pensamiento de Nicos Poulantzas y analizan las claves del capitalismo contemporáneo, desde los cambios en la economía mundial y el auge de la extrema derecha hasta los horizontes posibles de una transición poscapitalista.
Así como las oligarquías han utilizado a los países latinoamericanos como laboratorios políticos posdemocráticos al servicio del capitalismo financiero, de la misma manera el pueblo no ha dejado de ensayar estrategias emancipatorias. En ese sentido, Colombia es un adelanto de lo que puede ser.
El avance de la extrema derecha exige a la izquierda un delicado equilibrio: forjar alianzas amplias para enfrentarla sin entregar su conducción al centro liberal. Debe librar una doble batalla: contra la extrema derecha y contra las tendencias adaptativas de sus aliados moderados.
Estimado colectivo editorial: Leí con mucho interés el número 10 de Jacobin. Me parece acertada la crítica al modelo de los soviets como forma de Estado democrático-revolucionario. No solo porque implican la supresión del sufragio universal, sino también porque, en mi opinión, distan mucho de encarnar una forma de «democracia directa». Es cierto que los…
La derecha aprendió del siglo XX que los golpes espectaculares corren el riesgo de desembocar en fracasos igual de estrepitosos, precisamente por la intensidad de las respuestas que pueden provocar. Lo que ensayan hoy, en consecuencia, es un proceso más lento de erosión democrática, impulsado entre bastidores, donde poca gente mira.
Los primeros meses del segundo gobierno de Trump confirman una profundización de sus aspectos más autoritarios. Esta reconfiguración profunda del orden político bien puede definirse como neofascista.
Amplios sectores de trabajadores desplazados, atravesados por la informalidad y el emprendedurismo forzado, encontraron en la figura de Javier Milei un vehículo simbólico de ruptura con el viejo orden. Entre la promesa de libertad y el ajuste brutal, Milei articula un nuevo imaginario reaccionario que conecta con las transformaciones del trabajo y del deseo en la Argentina contemporánea.
El nacionalibertarianismo es una deriva autoritaria y reaccionaria del neoliberalismo que, ante su fracaso, intenta reconfigurar el orden global para preservar los privilegios de una oligarquía económica.