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El líder del partido La France Insoumise y líder de la coalición de izquierdas NUPES, Jean-Luc Mélenchon, y la diputada francesa de la circunscripción 15 del departamento de París, miembro de La France Insoumise, parte del intergrupo NUPES, Danielle Simonnet, se reúnen con profesores de la Escuela Secundaria Charles de Gaulle durante una manifestación contra el cierre de la escuela, en París, el 1 de diciembre de 2022. (Christophe Archambault / AFP vía Getty Images)

La coalición de izquierdas francesa corre el riesgo de dividirse

Traducción: Mariel Payo Esper

Las protestas masivas mostraron la fuerza de la ira popular callejera contra los planes de Emmanuel Macron de aumentar la edad de jubilación. Pero la coalición de partidos de izquierda, NUPES, presa de luchas internas, se arriesga a echar por tierra los avances que se han logrado desde la última primavera.

Por tercera vez en el último mes, cientos de miles de manifestantes salieron el martes 14 de febrero a las calles en varias ciudades de toda Francia, para expresar su oposición al plan del presidente Emmanuel Macron de retrasar la edad jubilatoria. Antes de las protestas, los diputados de la alianza de izquierdas NUPES (Nueva Unión Popular Ecologista y Social) se convocaron codo con codo frente a la Asamblea Nacional para mostrar su oposición conjunta a la reforma, antes de los debates parlamentarios.

Sin embargo, detrás de esta fachada de unidad se esconden fracturas crecientes en el seno de la izquierda francesa. Enfrentado a un destino cada vez más incierto, la NUPES se ha visto paralizado por las tensiones en el seno de los partidos que forman la coalición. Lo que en el momento de su creación fue saludado por el líder de La France Insoumise, Jean-Luc Mélenchon, como una «nueva página de la historia» podría resultar efímero.

Las cosas parecían bastante diferentes en el mayo pasado, cuando se lanzó la NUPES antes de las elecciones parlamentarias. El pacto de izquierdas surgió de un acuerdo entre La France Insoumise, los Verdes, los Socialistas y los Comunistas para unir fuerzas en torno a un programa común y ambicioso. Lo más importante es que el acuerdo preveía un único candidato de izquierdas en cada circunscripción. Las múltiples candidaturas rivales en las elecciones de 2017 habían dejado a la izquierda francesa impotente frente a la marea del partido neoliberal En Marche! del presidente Macron. Pero esta vez, de hecho en gran parte gracias a las candidaturas conjuntas de la NUPES, la izquierda revivió su presencia en la Asamblea Nacional, ampliando su cuota de escaños de una décima a una cuarta parte. Con 142 diputados -cincuenta y tres más que el segundo principal grupo de la oposición, la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen-, la NUPES se reafirmó como el principal adversario de Macron, cuyos partidarios han perdido ahora la mayoría en el Parlamento.

Desde su creación, la NUPES aspiraba a ser mucho más que un mero vehículo electoral. El acuerdo entre los partidos estipulaba que, tras las elecciones parlamentarias, La France Insoumise, Verdes, Socialistas y Comunistas tendrían cada uno su propio grupo en la Asamblea Nacional y que, además, los diputados se integrarían en un «interbloque» de la NUPES, con el objetivo de facilitar la cooperación entre los distintos componentes de la coalición. Ante la inesperada fuerza de la Agrupación Nacional, Mélenchon propuso abandonar la idea en favor de un único grupo parlamentario unificado de la NUPES. La propuesta, que habría aglutinado aún más a los diferentes componentes de la NUPES, fue rápida y unánimemente rechazada por los demás partidos. El temor de los aliados de France Insoumise a quedar relegados a un estatus de socio menor dentro del grupo parlamentario, unido a preocupaciones logísticas, motivaron el rechazo. El impulso hacia una cooperación de izquierdas cada vez mayor se detuvo.

Congresos partidarios

Con la celebración este invierno de los congresos de los partidos Comunista, Verde y Socialista, la NUPES ha sido objeto de encarnizados debates. El congreso socialista, durante el cual los miembros del partido eligieron a su primer Secretario, se transformó rápidamente en un referéndum a favor o en contra de la participación en la NUPES. Olivier Faure, defensor de la participación de su partido en la alianza, se impuso a Nicolas Mayer-Rossignol, que criticaba regularmente la coalición de izquierdas. Faure, que obtuvo una escasa mayoría del 51% en el congreso, se enfrentó a una ardua batalla para restaurar la unidad dentro de su partido. En una entrevista previa al congreso, Mayer-Rossignol advirtió que la elección de Faure generaría «un riesgo real de escisión». La declaración refleja la aversión de muchos socialistas -incluidos pesos pesados de la política como Carole Delga (presidenta de la región suroccidental de Occitane) y François Hollande, presidente de Francia en 2012-17- a participar en una coalición con La France Insoumise, a la que consideran demagógica y extremista. Al final, los dos protagonistas lograron llegar a un acuerdo al término del congreso, apaciguando los temores de ruptura. Sin embargo, el acuerdo, que eleva a Mayer-Rossignol a primer vicesecretario, plantea interrogantes sobre si la participación del otrora poderoso partido en la NUPES continuará sin trabas.

Los resultados del congreso de los Verdes son igualmente confusos. La recientemente electa Secretaria, Marine Tondelier, describió la NUPES como un «éxito relativo» y declaró crípticamente que los Verdes no serían «ni autárquicos ni hegemónicos»: no se aislarían ni buscarían un papel dominante. Paralelamente, en las filas del Partido Comunista, el actual secretario y tibio partidario de NUPES, Fabien Roussel, opta a la reelección. Defensor de la autonomía de su partido, el líder comunista se negó a apoyar a La France Insoumise en las elecciones presidenciales de 2022, promoviendo en su lugar su propia candidatura rival. Aunque aceptó participar en la alianza NUPES, ha mantenido un enfoque «inconformista» crítico, aunque ello disguste a sus aliados. En particular, Roussel criticó la campaña parlamentaria de la NUPES por no centrarse lo suficiente en las zonas rurales, denunció a la «izquierda bienestarista» y, en un movimiento que sorprendió a sus aliados, declaró que el Partido Comunista estaba abierto a participar en el gobierno de unidad nacional propuesto por el presidente Macron, declaración de la cual se retractó. Roussel se enfrenta a un desafío por parte de miembros del partido que simpatizan más con la NUPES, pero con el 82% de los miembros comunistas que votaron a favor de su plataforma a finales de enero, su reelección en abril parece una conclusión inevitable. Si es reelegido, esto marcaría, con toda probabilidad, la continuación de un ambiguo respaldo a la NUPES, limitado a una dimensión puramente electoral.

La contienda europea

Las próximas elecciones también han constituido una fuente de irritación dentro de la NUPES, con la coalición amargamente dividida sobre si deben unir fuerzas en el futuro. Mientras que los distintos componentes de la NUPES acordaron apoyar a Mélenchon en las elecciones parlamentarias tras su buena actuación en la contienda presidencial de la primavera pasada, el protagonismo de France Insoumise es más discutido cuando se trata de las elecciones locales y europeas, en las que este partido ha obtenido anteriormente malos resultados. A medida que se acercan las elecciones europeas de 2024, las conversaciones para crear una lista común NUPES exacerban las tensiones dentro de la coalición. La formación de dicha lista reuniendo a candidatos de los distintos componentes de la NUPES daría lugar a una amalgama de partidos con opiniones muy diversas sobre la Unión Europea: por un lado, los más euroescépticos France Insoumise y Partido Comunista y, por otro, los Verdes y los Socialistas, entusiasmados con la idea de una mayor integración en la UE. Los partidos superaron en parte estas divergencias durante las elecciones parlamentarias acordando un programa conjunto que declaraba ambiguamente que algunos componentes de la NUPES eran partidarios de desobedecer las normas de la UE, mientras que otros simplemente deseaban desistir de ellas temporalmente. Aunque la falta de una postura detallada y verdaderamente común sobre la UE podría pasarse por alto fácilmente durante la contienda de 2022 para la Asamblea Nacional de Francia, las elecciones europeas corren el riesgo de arrojar tales desacuerdos a la palestra. Además, a diferencia de las elecciones parlamentarias francesas, que utilizan un sistema de escrutinio mayoritario -incentivando a los partidos a unirse en coaliciones-, las elecciones europeas se basan en un sistema proporcional, lo que significa que los diferentes componentes de la NUPES obtendrían pocos beneficios de unir fuerzas en una lista común.

En conjunto, estos factores han empujado a un aliado clave de France Insoumise, el Partido Verde, a repudiar la idea de una lista NUPES común en favor de ir por separado. En respuesta a los repetidos llamamientos de France Insoumise para formar una lista común, la nueva Secretaria del Partido Verde, Marine Tondelier, rechazó la propuesta con firmeza y decisión. «[Los Verdes] pueden discutir muchas cosas cuando [France Insoumise] quiera, pero para las elecciones europeas, no», insistió Tondelier, «y es la última vez que lo digo». Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista, también se mostró contrario a la idea de una lista común, en parte para apaciguar las tensiones con los miembros del partido contrarios a NUPES.

Las consecuencias de tener diferentes listas de izquierdas siguen sin estar claras. «Sería políticamente interesante tener una lista común», argumentó un funcionario de La France Insoumise, «y al mismo tiempo, teniendo en cuenta el sistema de votación, no sería tan malo [tener listas separadas], ya que la UE es un tema tan divisivo». De hecho, desde un punto de vista electoral, las listas separadas pueden ser beneficiosas para la izquierda: como una lista NUPES implica adoptar una postura común sobre la UE, corre el riesgo de alienar a los euroescépticos de izquierdas o a los eurófilos de izquierdas. «En última instancia, las listas separadas podrían permitirnos tener más peso político que con una lista común, que tendría un efecto movilizador muy débil en el electorado», resumió el funcionario. «Sin embargo, [con listas separadas] es probable que se produzcan ataques entre las distintas listas de izquierdas para diferenciarse unas de otras», reconoció. El espectro de nuevas luchas internas en el seno de la izquierda francesa se cierne sobre ella, amenazando los cimientos de una NUPES ya debilitada.

Aunque de naturaleza interna, las ramificaciones de estos congresos se extienden mucho más allá de las estructuras partidarias. Los congresos obligaron a los líderes del partido a centrarse en asuntos internos, a expensas de la NUPES. Entre los daños colaterales de estas contiendas internas del partido se encuentra el llamado Parlamento de las NUPES. Creado antes de las elecciones de 2022, este parlamento (una asamblea informal, no votada por los ciudadanos) reunía no sólo a representantes de los distintos partidos de la coalición, sino también a representantes sindicales, líderes de organizaciones sin ánimo de lucro y destacadas figuras del mundo cultural y científico. Entre sus muchos objetivos, aspiraba a debatir y resolver los desacuerdos persistentes dentro de la coalición y fomentar «una cultura política común.» Tras un entusiasta lanzamiento en junio de 2022, «no ha habido nada desde las elecciones parlamentarias, salvo una reunión en octubre», lamenta un responsable del partido conocedor del funcionamiento del Parlamento de la NUPES. «En octubre había ganas de reiniciar el parlamento», explican, «pero luego los congresos del partido se interpusieron, dejando el parlamento en stand by».

El papel de Mélenchon

Jean-Luc Mélenchon, antiguo líder de la Francia Insumisa y viejo dirigente de la NUPES, se ha convertido cada vez más en una fuente de fricciones para la coalición de izquierdas. A pesar de haber abandonado los cargos electivos, Mélenchon ha seguido siendo políticamente activo y muy influyente dentro de su partido. Sus polémicas posturas, como su indulgencia pasada hacia Vladimir Putin o su reciente declaración de que, en referencia a Taiwán, «los chinos resolverán el problema entre ellos», han puesto en un aprieto a los aliados de France Insoumise. Más recientemente, la postura de Mélenchon ante la revelación de que el coordinador del partido, Adrien Quatennens, había maltratado a su mujer, suscitó duras críticas. En una declaración inicial, Mélenchon, sin mencionar a la víctima, expresó apoyo a su discípulo, alabando su «dignidad» y «valentía» por dimitir de su cargo de coordinador, una reacción que varios cargos electos de la NUPES denunciaron como una minimización de la violencia contra las mujeres.

Después de que Quatennens se declarara culpable y fuera condenado a cuatro meses de prisión en suspenso, dirigentes de los partidos Comunista, Verde y Socialista, a los que se unieron algunos responsables de La France Insoumise, argumentaron que Quatennens debía dimitir. Por su parte, France Insoumise se limitó a suspenderlo, provocando la ira de sus aliados. En un artículo de opinión, más de mil miembros de La France Insoumise y de la NUPES denunciaron la decisión como incompatible con los valores feministas y reiteraron sus peticiones de dimisión y exclusión del partido. Los testimonios indican que muchos cargos electos de France Insoumise, incluido el jefe de su grupo parlamentario, recibieron presiones de Mélenchon para que no excluyeran a Quatennens. La reciente reorganización de France Insoumise, que recompensó a los leales a Mélenchon mientras apartaba a otras figuras clave, pone aún más de relieve los defectos del proceso de toma de decisiones del partido.

En un momento en que la NUPES parece sumida en conflictos internos, es fácil pasar por alto sus logros pasados. La presidencia de la poderosa comisión de finanzas de la Asamblea Nacional, que tradicionalmente se otorga al mayor grupo de la oposición, fue conferida a un miembro de France Insoumise gracias a una coalición de cargos electos de la NUPES que se coordinaron para derrotar al candidato rival de extrema derecha. La NUPES también ayudó a aunar esfuerzos para introducir en el debate público la cuestión de los impuestos extraordinarios. Ni que decir tiene que si no hubiera sido por la NUPES y sus candidatos conjuntos en todas las circunscripciones francesas, no habría tantos diputados de izquierdas.

La magnitud de las recientes manifestaciones contra el plan del presidente Macron de aumentar la edad de jubilación indica un creciente descontento con el statu quo político. Una NUPES unida estaría bien posicionada para capitalizar este descontento, para movilizar a su electorado y asegurar futuras victorias políticas. En este sentido, una NUPES fragmentada dejaría un vacío que permitiría a la extrema derecha posicionarse como principal partido de la oposición. En un momento en el que Marine Le Pen sube como la espuma en las encuestas y Macron intenta socavar aún más el modelo de bienestar francés, la NUPES no solo puede actuar como un poderoso baluarte contra el neoliberalismo y la xenofobia, sino que también puede albergar la promesa de futuras victorias para la izquierda.

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