Hay una gran cantidad de prejuicios ignorantes contra la bandera roja. Es fácil de explicar. La clase gobernante de todo el mundo la odia, y sus aduladores, por lo tanto, deben denunciarla.
Es extraño que la bandera roja produzca el mismo efecto en un tirano que en un toro. El toro se enfurece al ver la bandera roja, su enorme cuerpo se estremece, sus ojos se convierten en bolas de fuego, y da zarpazos en el suelo y resopla con furia.
La razón de este peculiar efecto de un poco de color rojo en la especie bovina no nos interesa particularmente en este momento, pero ¿por qué resulta que excita la misma rabia en el zar, el emperador y el rey; el autócrata, el aristócrata y el plutócrata?
Ah, eso es muy sencillo. La bandera roja, desde tiempos inmemoriales, ha simbolizado el descontento de los oprimidos, la revuelta de la chusma. Ese es su siniestro significado para el tirano y la razón de su temor y frenesí cuando el «trapo rojo», como él lo caracteriza, insulta su visión.
No es que se oponga al rojo como color, ni siquiera como emblema, pues lo tiene en sus propias banderas y estandartes, y nunca enciende su pasión cuando se mezcla con otros colores; pero el rojo solo, sin mezclar y sin adulterar, el rojo puro que simboliza la sangre común de la familia humana, la igualdad de la humanidad, la hermandad de la raza, le resulta repulsivo y aborrecible porque es a la vez una impugnación de su título, una negación de su superioridad y una amenaza para su poder.
Precisamente por la razón de que el plutócrata delira ante la bandera roja, el proletario debe venerarla. Para el plutócrata es un peligro; para el proletario, una promesa.
La bandera roja es un presagio de maldad, una señal de terror para todo tirano, todo ladrón y todo vampiro que chupa la vida del trabajo y se burla de su miseria. Es un emblema de esperanza, un arco de promesa para todos los oprimidos y oprimidas de la tierra.
La bandera roja es la única bandera de la raza; es la bandera de la revuelta contra el robo; la bandera de la clase obrera, la bandera de la esperanza y de la alta resolución, la bandera de la libertad universal.