Milei encara el cuarto intento de reorganización neoliberal, y el ajuste que propone augura una guerra contra el pueblo. Pero para evaluar si se trata o no de un viraje histórico habrá que aguardar al inicio de su mandato y conocer qué respuesta popular encuentra.
Artículos etiquetados como extrema derecha
Frente a la desazón de la militancia, es fundamental una rápida reacción. Ante el riesgo de que la aplicación de la «doctrina del shock» en la Argentina propine una derrota histórica a sus fuerzas populares, urge entender qué pasó en las elecciones y qué escenario se abre.
A partir de ahora estamos en terra incógnita, con la obligación de ir construyendo un nuevo mapa político y nuevas herramientas para el próximo período. Un resultado electoral no es suficiente para derrotar a los sectores populares. Tenemos por delante una gran batalla social y política.
Un descenso al espantoso planeta de la ciencia ficción reaccionaria.
Varios periódicos internacionales han etiquetado a Milei como un liberal radical en lugar de un representante de la extrema derecha global. Sin embargo, la realidad es precisamente lo contrario.
Es posible que el gobierno de Milei tome la forma de un «thatcherismo» puramente destructivo, sin la base económica que benefició a Thatcher. Es decir, un momento de caos muy intenso, acompañado de una creciente violencia por abajo, con destino incierto.
El individualismo autoritario y el liberalismo radicalizado hacia la derecha corroen la vida democrática e incluso el Estado de derecho. La amenaza política es también subjetiva. Y viene desde adentro del sistema, no desde afuera.
El candidato oficialista Sergio Massa comanda un ajuste y un giro conservador, pero su adversario, Javier Milei, auspicia mayores agresiones con sostén represivo. La consigna para la izquierda ante la segunda vuelta electoral en Argentina es votar contra la derecha.
Una victoria de la extrema derecha en Argentina podría poner fin al «empate hegemónico» que vive el país desde 2001. La izquierda debe priorizar la lucha para evitar esta posibilidad por sobre cualquier otra cosa.
Una de las principales figuras del conservadurismo dedica un capítulo de su libro al «desafío marxista». Pero parece pensar que marxismo equivale a «cualquier cosa que nos asuste».