El presidente de izquierda de Colombia, Gustavo Petro, ha situado la justicia medioambiental en el centro de su agenda, uniéndola a la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Notas publicadas en Políticas
El programa neoliberal de Bill Clinton destruyó deliberadamente la seguridad social y facilitó la deslocalización de la industria, una política de la que la clase trabajadora estadounidense nunca se ha recuperado. Ahora, Javier Milei busca su consejo.
Suele decirse que las oportunidades de comer de manera sana y sostenible están al alcance de todos, y que quien no lo hace es por su propia elección. Esta narrativa es muy conveniente para la industria alimenticia, pero carece de todo fundamento.
Las mujeres musulmanas que se atreven a criticar al gobierno de Narendra Modi en India se enfrentan habitualmente al acoso sexual. Esto forma parte de una cultura de ataques violentos contra las mujeres defendida por el partido gobernante de extrema derecha.
Henry Kissinger, uno de los carniceros más prolíficos del siglo XX, murió como vivió: querido por los ricos y los poderosos, independientemente de su afiliación partidaria.
Es posible que el gobierno de Milei tome la forma de un «thatcherismo» puramente destructivo, sin la base económica que benefició a Thatcher. Es decir, un momento de caos muy intenso, acompañado de una creciente violencia por abajo, con destino incierto.
El río Sinú, en Colombia, ha proporcionado alimentos, agua y transporte a la población local durante miles de años. Pero en las últimas décadas un puñado de terratenientes ricos impulsó por la fuerza la construcción de una represa que provocó inundaciones desastrosas.
Las multinacionales energéticas llevan demasiado tiempo extrayendo recursos del desierto de la Guajira colombiana sin compartir los beneficios con los pueblos originarios. Una nueva iniciativa del gobierno de Gustavo Petro busca cambiar esta situación.
El trabajo moderno ha creado una epidemia de mala salud mental, y sin embargo cada caso es tratado como un problema individual. Solucionar esta crisis, creada y alimentada por el capitalismo, exige cambios políticos profundos.