La era de la globalización neoliberal está llegando a su fin. Para los socialistas, sin embargo, puede que todavía no se vea la luz al final del túnel.
Notas publicadas en Armas de la crítica
Que los jóvenes, en particular los varones, fueron un segmento clave para el triunfo de Javier Milei en la Argentina es algo sabido. Sin embargo, poco esfuerzo se ha hecho por entender la concepción del mundo y las expectativas de futuro que enmarcaron esa decisión. Aquí, una primera aproximación.
Amplios sectores de trabajadores desplazados, atravesados por la informalidad y el emprendedurismo forzado, encontraron en la figura de Javier Milei un vehículo simbólico de ruptura con el viejo orden. Entre la promesa de libertad y el ajuste brutal, Milei articula un nuevo imaginario reaccionario que conecta con las transformaciones del trabajo y del deseo en la Argentina contemporánea.
La ruptura progresiva entre la clase trabajadora y sus partidos históricos es una marca del nuevo ciclo político global. La crisis actual del peronismo no es solo electoral ni coyuntural: expresa la descomposición de sus bases sociales y la fragmentación del sujeto obrero que le dio origen.
Mientras la extrema derecha avanza con su ofensiva autoritaria, gran parte de la izquierda queda atrapada en la defensa inercial de una democracia liberal en crisis. Pero ¿qué lugar ocupa esa democracia en un proyecto socialista?
¿Qué lugar tiene la juventud en un planeta que parece acabarse todos los días? ¿Con qué sueña la generación futura cuando ya nadie espera el porvenir?
Se cumple un año del gobierno de Javier Milei. Su llegada al poder fue el resultado de una crisis social profunda y, a la vez, de su capacidad para canalizar demandas de orden provenientes de los sectores populares.
El debate sobre la estrategia socialista ha resurgido en los últimos años, y la llamada «vía democrática al socialismo» cobra centralidad como enfoque alternativo tanto a la socialdemocracia como al leninismo. Pero no debemos dejar que sus virtudes nos hagan pasar por alto algunas de sus importantes debilidades.
Más allá de los cuestionamientos por izquierda y por derecha, el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela se caracterizó por una constante apuesta a la radicalización, aún bajo la constante ofensiva de Washington.
Entre el 1 y el 12 de junio de 1929 tuvo lugar en Buenos Aires la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, que reunió a delegados de los partidos comunistas de casi todos los países de la región con enviados de la Internacional Comunista y del PC de Francia y de Estados Unidos.