Allí donde es posible servirse de las instituciones democráticas para conquistar reformas significativas, no es fácil aplicar una política marxista intransigente sin convertirse en una secta marginal en el proceso.
Allí donde es posible servirse de las instituciones democráticas para conquistar reformas significativas, no es fácil aplicar una política marxista intransigente sin convertirse en una secta marginal en el proceso.