Después de que la ultraderecha boliviana diera un golpe de Estado en 2019, un movimiento de masas restauró el gobierno socialista del país, prueba de que no son las élites las que protegen la democracia, sino los trabajadores organizados.
Artículos etiquetados como MAS

Cualquiera que piense la coyuntura de Bolivia en función de la lucha de clases sabe que el gobierno y la extrema derecha no lograrán clausurar el ciclo político únicamente neutralizando a Evo Morales.
El conflicto entre Evo Morales y Luis Arce por la presidencia de Bolivia en 2025 no solo divide al Movimiento Al Socialismo, sino también a los movimientos sociales y sindicatos que forman su base.
Las elecciones de 2020, que dieron como gran ganador al MAS, no fueron suficientes para recomponer todo lo que el golpe de 2019 había agrietado. El resquebrajamiento es tan profundo que ha llegado incluso a lo único que le faltaba dividir: el propio MAS.
La crisis política en Bolivia abierta con el golpe de 2019 no ha terminado. Con el MAS al borde de la ruptura entre una fracción «radical» y otra «renovadora», la políticas audaces brillan por su ausencia.
Ahora que el Movimiento al Socialismo vuelve a gobernar, el gobierno lleva finalmente a la expresidenta "interina" y a sus colaboradores más cercanos a los tribunales.
El golpe de Estado de 2019 en Bolivia tuvo causas históricas profundas. El problema central, sin embargo, estuvo en confundir el punto de partida con el de llegada.
En la ciudad de El Alto, la tarde del 19 de enero falleció Felipe Quispe Huanca, figura fundamental en la construcción política de la identidad aymara en Bolivia.