Nuestra comprensión de las raíces del genocidio perpetrado por Israel podría contribuir a renovar, de cara al futuro, el compromiso con la aspiración de que nunca vuelva a suceder.

Nuestra comprensión de las raíces del genocidio perpetrado por Israel podría contribuir a renovar, de cara al futuro, el compromiso con la aspiración de que nunca vuelva a suceder.
Un rápido vistazo hacia América Latina deja en claro que los años dorados del progresismo quedaron atrás, pero sin retornar al Consenso de Washington. Vivimos en una puja entre fuerzas políticas por definir el sentido de la democracia y la libertad.
En una extensa entrevista, Alberto Toscano retorna sobre la historia del fascismo y reivindica el uso de la categoría en la actualidad, especialmente en un mundo conmovido por el genocidio en curso en Gaza.
Poner fin al genocidio de Israel en Gaza y aislar a Israel en la escena internacional debe convertirse en la causa de todos los países que dicen representar los valores humanos.
Al aferrarse a la primacía estadounidense mediante la fuerza y la intimidación, Donald Trump está, irónicamente, socavando el poder global de Estados Unidos. Un saboteador interno difícilmente podría hacerlo mejor que él con su incompetencia absoluta.
Malcolm X desafió la violencia del poder estadounidense, tanto en el extranjero como en su propio país. Su internacionalismo radical, que lo llevó a identificarse con los pueblos oprimidos desde el Congo hasta Palestina, hoy es relevante más relevante que nunca.
¿Cuánto tiempo más vamos a seguir viendo cómo Israel mata de hambre a los niños y masacra a civiles que buscan comida antes de que los líderes políticos occidentales pongan fin a esta locura?
En el panorama político europeo contemporáneo, nuestros gobernantes parecen cada vez más decididos a llevarnos hacia la catástrofe, con un enfoque de «ojos bien cerrados» que ignora por completo las lecciones del siglo XX.
En su discurso ante la Conferencia de Bogotá a principios de esta semana, Francesca Albanese, Relatora Especial de las Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados, explicó por qué las naciones del mundo debían suspender todos sus lazos con Israel.
Reconstruyendo de manera sustantiva su soberanía nacional, Canadá puede desvincularse de la dominación económica y política de Estados Unidos.