Twitter solía representar lo mejor de Internet. Bajo el mando de Elon Musk, se convirtió en el hogar de la pornografía generada por IA y de la especulación por atención bajo el modelo de «pagar para interactuar», escribe Cory Doctorow.
Notas publicadas en Élites
Desde Paul Kagame, de Ruanda, hasta la monarquía emiratí, algunos de los regímenes más brutales del planeta eligieron usar el fútbol como herramienta de promoción.
Las deportaciones masivas pueden perjudicar tanto a las grandes empresas como a los trabajadores. Pero Donald Trump apuesta por que las consecuencias afectarán más a los demócratas y consolidarán una mayoría duradera de la derecha.
El apoyo a la guerra genocida sionista en Gaza terminó de socavar los últimos vestigios de credibilidad que tenían las potencias liberales occidentales en lo que respecta al respeto del derecho internacional.
Al igual que en las anteriores oleadas de automatización, la IA no va a desaparecer. Y tanto si prospera como si se derrumba, la lucha se centra en a quiénes beneficiará.
Elon Musk está a punto de convertirse en el primer trillonario del mundo. Aun así, los liberales se preocupan por los posibles inconvenientes de la redistribución de la riqueza. Deberíamos haber frenado el auge de los ultrarricos hace mucho tiempo, pero más vale tarde que nunca.
Los aranceles de Donald Trump equivalen a un impuesto encubierto a las clases medias y trabajadoras, envuelto en el lenguaje de la soberanía. En la práctica, se trata de una redistribución hacia arriba que alimenta la desigualdad y erosiona la democracia.
Los ataques contra el derecho a la libertad de reunión tienen una larga historia. Durante siglos, los gobernantes de la antigua Roma intentaron impedir que el pueblo se organizara en defensa de sus intereses, pero las protestas continuaron resurgiendo.
El expresidente colombiano Álvaro Uribe fue condenado este mes por sobornar a testigos, lo que lo convierte en el primer jefe de Estado de la Colombia contemporánea en enfrentar una condena penal. El caso agita el panorama político del país.
La administración Trump opera con frecuencia por fuera de la lógica del interés propio capitalista, impulsada por un apetito de crueldad y destrucción por la crueldad y la destrucción mismas, y por un resentimiento absoluto.









