La teoría marxista de la dependencia surgió en un contexto muy particular, más de cincuenta años atrás. Aun así, todavía tiene mucho para decirnos sobre por qué el mundo es como es (y qué hacer para cambiarlo).
Notas publicadas en Desigualdad
La explotación de la clase trabajadora es fundamental para el funcionamiento del capitalismo. El argumento socialista es sencillo: podemos vivir en un mundo sin opresión.
Muchos oligarcas están convencidos de que la vida eterna es un derecho de clase. Y la búsqueda de la inmoralidad da lugar a una arquitectura social y jurídica que otorga a los ricos un poder inaceptable.
Para reforzar el euro y el dólar, los bancos centrales han subido el tipo de interés oficial. Para los países endeudados del Sur Global, esto significa costes desorbitados, austeridad y un empeoramiento de la desigualdad.
Necesitamos un urbanismo socialista y feminista. Socialista, en tanto capaz de movilizar tiempo y recursos de forma planificada para objetivos que desbordan la rentabilidad. Feminista, en tanto consciente y comprometido con la superación efectiva de la división sexual del trabajo.
Lucy Hutchinson estuvo entre los regicidas que hicieron ejecutar a Carlos I de Inglaterra y de Escocia y dieron comienzo a la república inglesa en 1649. Hutchinson sabía que era posible terminar con el derecho divino de los reyes.
Se suele definir a las élites comerciantes estadounidenses de fines del siglo XIX como elementos progresistas en una época de rápidas transformaciones económicas y sociales. Pero si consideramos el rol que cumplió el Ku Klux Klan, habría que definirlas como terroristas.

Esta es la historia de un grupo de blancos pobres de Chicago que se unieron a las Panteras Negras para luchar contra el racismo y el capitalismo.
En 1845, Friedrich Engels escribió una mordaz condena del capitalismo inglés, La situación de la clase obrera en Inglaterra. Allí acusaba a los patrones de llevar a cabo un «asesinato social» contra los trabajadores y los pobres.