Las crueles políticas fronterizas de Donald Trump provocaron una oleada de compasión popular hacia los migrantes que los demócratas convirtieron en un elemento central de su plataforma de 2020. Ahora, el Gobierno de Biden y la campaña de Kamala Harris han hecho suyas las premisas xenófobas de Trump.
Notas publicadas en Desigualdad
El poder económico se traduce en poder político. La clase capitalista está subvirtiendo la democracia y controlando la vida de miles de millones mediante inversiones masivas en todo tipo de sectores, desde alimentos hasta armamento.
El gobierno británico adjudicó a la empresa privada Serco un contrato de 200 millones de libras para vigilar electrónicamente a los ciudadanos no británicos. Un hombre en el limbo de la inmigración explica lo que significa estar marcado y vigilado constantemente.
Si el orden mundial de mediados del siglo XX se caracterizó por asediar el principio de la igualdad democrática y sacrificarlo en nombre de la libertad, hoy parece redoblar la apuesta y sacrificar la democracia misma en nombre de la «verdadera» libertad.
El genocidio de Israel en Gaza corre en paralelo al rechazo popular de la presencia francesa en los países del Sahel. A la luz del apoyo francés al régimen israelí, muchos africanos consideran que los objetivos palestinos están en consonancia con los suyos.
Las protestas en Bangladés comenzaron por un sistema de cuotas que limita el acceso a los cargos públicos, pero tras una brutal represión gubernamental se convirtieron en un desafío político más amplio.
De Honduras a California, los sueños de los ricos están reconvirtiendo los espacios urbanos en exclusivos dominios privados. El futuro de nuestras ciudades no debe cederse a las élites que se esfuerzan por construir utopías amuralladas.
Hace tiempo que muchos temen que la inteligencia artificial y los robots sustituyan a los trabajadores. Pero se presta menos atención al creciente uso de sistemas algorítmicos que crean lugares de trabajo cada vez más autoritarios y explotadores.
Los datos empíricos indican que la clase influye significativamente en los patrones de voto, y que una creciente conciencia de clase provoca insatisfacción con los partidos del establishment.
El proyecto político del Pacto Histórico pone el dedo en la llaga de bifurcaciones históricas. En Colombia se juega buena parte del futuro de América Latina.