La postura de la India con respecto a Israel y Palestina ha cambiado drásticamente. Otrora cimentada en la solidaridad antiimperialista, Nueva Delhi ahora intenta equilibrar la retórica con sus crecientes vínculos militares, económicos e ideológicos con Israel.
Notas publicadas en Israel

Nuestra comprensión de las raíces del genocidio perpetrado por Israel podría contribuir a renovar, de cara al futuro, el compromiso con la aspiración de que nunca vuelva a suceder.
Los sionistas suelen afirmar que llamar «genocidio» a lo que ocurre en Gaza banaliza otros crímenes del pasado. Pero, por su escala e intención, la destrucción de Gaza se ajusta a la definición histórica de genocidio.
Poner fin al genocidio de Israel en Gaza y aislar a Israel en la escena internacional debe convertirse en la causa de todos los países que dicen representar los valores humanos.
Negacionistas de la ocupación, defensores de la equivalencia de antisemitismo y antisionismo y «humanistas» varios hoy buscan desesperadamente reconvertirse. Pero el genocidio no es un giro desafortunado de la historia sino un factor constituyente del sionismo.
Los demócratas moderados defienden cada vez con más fuerza un sionismo «aceptable», afirmando que apoyan a Israel pero se oponen a Netanyahu. Pero los horrores de Gaza no se pueden resumir al problema de un líder de derecha.
Entender la violencia en Gaza como un caso de genocidio nos permite vincular el sufrimiento masivo de la población civil con la intención expresa de Israel, su política de Estado, sus relaciones económicas y su estrategia militar.
Al defender y armar a Israel durante los últimos dos años, los gobiernos occidentales han demostrado la vacuidad del derecho internacional. El genocidio será recordado como un momento decisivo en el colapso del liberalismo.

Ante la brutalidad del genocidio palestino, algunos sectores de la intelectualidad crítica han caído en una deriva apocalíptica que llama a «tirar la toalla». Aquí creemos lo contrario: en el valor de la esperanza como afirmación política de una humanidad aún posible.
¿Cuánto tiempo más vamos a seguir viendo cómo Israel mata de hambre a los niños y masacra a civiles que buscan comida antes de que los líderes políticos occidentales pongan fin a esta locura?