Bajo el capitalismo, la automatización destruye empleos. Una sociedad socialista podría liberarnos del trabajo y brindarnos un tiempo de ocio nunca antes conocido.
Notas publicadas en Ciencia y tecnología
Las horribles escenas de la India y Brasil demuestran que cuando los países ricos aumentan los beneficios de las farmacéuticas, la desigualdad se convierte en un apartheid mundial de vacunas. Cualquier retraso no hará más que agravar una crisis ya catastrófica.
Para hacer frente al escepticismo sobre las vacunas habrá que hacer algo más que tachar a la gente incrédula de irracional. Requerirá un compromiso genuino con la duda y la incertidumbre, que es también un principio fundamental del método científico.
Las empresas farmacéuticas recibieron alrededor de 10 mil millones de dólares del gobierno de Estados Unidos para la producción de vacunas. No se les exigió a cambio que las ofrezcan a precios justos ni que compartan los derechos de propiedad intelectual.
La gestión de la pandemia es el enésimo reflejo del conflicto de fondo entre capital y vida, entre intereses privados y bienes comunes, entre mercancías y derechos.
Elon Musk es el propietario de más de un cuarto de los satélites activos que orbitan la Tierra en este momento. Tenemos que controlar a estos nuevos barones espaciales.