En mayo de 1941, los trabajadores belgas iniciaron una de las primeras huelgas en la Europa gobernada por los nazis, demostrando la determinación de la clase obrera para resistir la ocupación.
En mayo de 1941, los trabajadores belgas iniciaron una de las primeras huelgas en la Europa gobernada por los nazis, demostrando la determinación de la clase obrera para resistir la ocupación.