Según Andreas Malm, debemos dejar de pensar en el cambio climático como un problema del futuro y debemos usar el poder estatal para imponer una reorganización drástica de nuestras economías.
Las clases trabajadoras deben comenzar por poner en cuestión el dogma del crecimiento económico incesante como vía para asegurar el bienestar humano. El buen vivir de la mayoría debe comenzar por asegurar que se conjuren los riesgos ecológicos y la crisis climática.