En la guerra de 1967, Alemania Occidental se vio a sí misma marchando junto a los tanques israelíes. Incluso los antiguos nazis podían identificarse con el expansionismo israelí y utilizaron este apoyo para absolver su propio pasado.
Notas publicadas en Relaciones internacionales
La izquierda estadounidense debe luchar contra Trump no solo por su propia supervivencia, sino por la de todos. Jean-Luc Mélenchon explica cómo su partido, La France Insoumise, construyó su poder electoral y derrocó a un gobierno de derecha.
La postura de China sobre el conflicto israelí-palestino experimentó un viraje clave entre 1950 y 1976, pasando de la evaluación de una relación diplomática con Israel al apoyo incondicional de la lucha palestina.
En lugar de marcar el comienzo de una nueva era de unidad latinoamericana, los aranceles, las políticas antiinmigrantes y la retirada de la ayuda humanitaria de Donald Trump pusieron de relieve, sobre todo, sus divisiones.
Aunque hoy el avance de las extremas derechas regionales suele percibirse como un fenómeno inédito, valdría la pena preguntarse desde cuándo este monstruo fascista nos viene respirando en la nuca.
Históricamente hablando, ¿cabe considerar la posibilidad de que exista un Estado que no sea ni una república de los trabajadores ni una república burguesa?
Los comentaristas liberales instan a los demócratas a no hablar de las medidas ilegales de Trump para desaparecer gente en un calabozo salvadoreño. Esto no solo es incorrecto por una cuestión de principios, sino que además es un error político.
Después de que el dictador indonesio Suharto invadiera Timor Oriental en 1975, los comunistas australianos crearon una emisora de radio ilegal que transmitía al mundo informes sobre la resistencia, sacando a la luz las atrocidades cometidas.
El errático despliegue de aranceles de Donald Trump parece que va a aumentar la dependencia mundial respecto de China y a ahuyentar a las inversiones para la reindustrialización de Estados Unidos, socavando los objetivos declarados de su propia administración.
El presidente salvadoreño Nayib Bukele es visto por Donald Trump como un autoritario de extrema derecha que tiene algo que él no tiene: un verdadero mandato popular.