Existe un sorprendente paralelismo entre la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin y las aventuras de Saddam Hussein hacia Irán y hacia Kuwait. Ambas ayudaron a fortalecer al imperialismo norteamericano.
Notas publicadas en Guerra
El actual enfrentamiento en torno a Ucrania puede remontarse en gran medida al gran acontecimiento polarizador que fue el Euromaidán de 2014.
La invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin se basa en pretextos obviamente reaccionarios. La izquierda no tiene nada que ver con su agenda.
La última escalada de la crisis en Ucrania nos obliga a sostener dos ideas al mismo tiempo: que Vladimir Putin tiene mucha responsabilidad inmediata, y que la prolongada negativa de EE.UU. a aceptar los límites de la expansión de la OTAN contribuyó a provocarla.
La crisis ucraniana es compleja y difícil de comprender. El sociólogo Volodymyr Ischenko nos explica los motivos por los que la guerra todavía está lejos de ser inevitable.
El actual enfrentamiento entre Ucrania y Rusia es la crisis bélica europea más peligrosa de las últimas décadas. La retórica y la acumulación de armamento corren el riesgo de desencadenar una explosión devastadora.
En enero de 2002, hace veinte años, llegaron los primeros detenidos a la prisión militar estadounidense de Guantánamo. Treinta y nueve personas siguen recluidas allí.
Los funcionarios de Estados Unidos aterrorizan al mundo con advertencias de una inminente invasión rusa de Ucrania, aunque sea muy improbable.
Después de la Primera Guerra Mundial, las ideas esotéricas se convirtieron en una poderosa herramienta de movilización nazi.