La interpretación meramente geopolítica de los conflictos en la región resalta el choque entre un bloque agresivo unipolar y otro defensivo multipolar. Hay que batallar contra el imperialismo norteamericano pero sin idealizar a sus rivales.
Artículos publicados por: Claudio Katz
Economista, investigador del CONICET, profesor de la Universidad de Buenos Aires y miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página web es www.lahaine.org/katz.Las derrotas de Estados Unidos en Medio Oriente no implican victorias antiimperialistas. Los conflictos han sido desviados hacia confrontaciones de supuesto sesgo interreligioso y el proyecto progresista panárabe ha quedado sustituido por el ensueño fundamentalista del Califato.
Israel se ha integrado a la estructura geopolítica de Estados Unidos y desenvuelve una función coimperial fuera de sus fronteras. Con anexiones y apartheid retoma una modalidad ya inviable de colonialismo. La cultura judía no es equivalente al expansionismo sionista.
Tres países de la región reúnen las características del subimperialismo. Son economías intermedias que despliegan acciones militares y relaciones contradictorias con Estados Unidos.
¿Qué características particulares adquieren las potencias económicas alternativas a los EE. UU.?
Pasadas cinco décadas de sus primeras formulaciones, es necesaria una reconsideración de la Teoría de la Dependencia. Tras una irrupción en los años setenta y un declive posterior, en la actualidad esta perspectiva comienza a resurgir.
Las atrocidades cometidas por el ejército israelí suscitan nuevas protestas entre los herederos de la tradición humanista del judaísmo. Esa reacción es mayor en América Latina, frente a la importación derechista de los brutales métodos utilizados en Medio Oriente.
Los contagios y fallecimientos golpean al país en el dramático escenario latinoamericano. La derecha sabotea los cuidados con mensajes negacionistas y, frente a las vacilaciones del gobierno, redobla las apuestas destituyentes. La ambigüedad de la política sanitaria del oficialismo se explica por su ilusoria confianza en el capitalismo.
China incuba en forma sólo embrionaria los rasgos de un imperio. Los límites de la restauración capitalista inciden sobre su inmadurez imperial. Lucra con la primarización de América Latina, pero se ubica lejos del intervencionismo estadounidense.