El intento de asesinato de Cristina Kirchner es un hecho gravísimo que no se zanja con simples comunicados de repudio. Hay que registrar la terrible dimensión de este acontecimiento, frente a todas las maniobras para minimizar, banalizar o despolitizar lo ocurrido.
Artículos publicados por: Claudio Katz
Economista, investigador del CONICET, profesor de la Universidad de Buenos Aires y miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página web es www.lahaine.org/katz.El liderazgo norteamericano está socavado por el deterioro económico y los fracasos bélicos, mientras que Rusia no participa de ese circuito dominante pero motoriza la gestación de un imperio no hegemónico y China plantea un protagonismo que no es sinónimo de expansión imperial.
Es central clarificar el status internacional de Rusia, porque el hecho de ser hostilizada por la OTAN y Estados Unidos no la excluye automáticamente de una dinámica imperialista.
Las miradas que dan por consumada la reconstitución de un imperio ruso pierden de vista que Putin no hereda seis siglos de feudalismo, sino tres décadas de convulsivo capitalismo.
Rusia no integra el circuito dominante del imperialismo contemporáneo pero desarrolla una activa intervención geopolítica acorde a su poderío bélico.
Un triunfo de la OTAN fortalecería el imperialismo. Una victoria de Putin dejaría una dramática herida en el pueblo ucraniano. La tregua es el mejor sendero para evitar esos infortunios y construir un proyecto popular contra el belicismo imperialista.
La crítica al operativo de Putin es insoslayable en cualquier pronunciamiento de la izquierda. Pero ese posicionamiento debe ser antecedido por una contundente denuncia del imperialismo norteamericano como principal responsable de la escalada bélica.
El gobierno argentino legitimó la estafa y la renegociación eterna de un pasivo impagable. De esta forma, dilapidó un contexto favorable para apuntalar la reactivación, aislar a la derecha y forjar un frente latinoamericano de resistencia a los acreedores.
Sometimiento, resignación o resistencia.
Las venas abiertas de América Latina comienza con una frase que resume la esencia de la Teoría de la Dependencia: «La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder».