Internet no solo transformó el escenario político: también dio lugar a nuevos actores capaces de manipular emociones a escala masiva. Mientras la izquierda aún no sabe qué hacer en este nuevo contexto, los «ingenieros del caos» aprendieron a radicalizar el descontento y a torcer las reglas del juego.

Ingenieros del caos
Internet no solo transformó el escenario político: también dio lugar a nuevos actores capaces de manipular emociones a escala masiva. Mientras la izquierda aún no sabe qué hacer en este nuevo contexto, los «ingenieros del caos» aprendieron a radicalizar el descontento y a torcer las reglas del juego.
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