El malestar social en la isla ha aumentado y la vida se ha vuelto aún más difícil. ¿Pero las razones legítimas que llevan a la gente a la calle son un factor suficiente para caracterizar a estas movilizaciones como progresistas?
Notas publicadas en Política
Aún cuando parece que el poder instituido ha logrado controlar el proceso y conducirlo desde sus intereses, la potencia popular constituyente no ha dejado de disputar la iniciativa política en ningún momento.
Todas las comparaciones son odiosas, pero a menudo son también necesarias y constituyen un método de análisis sociohistórico legítimo que ayuda a comprender situaciones confusas.
El presidente haitiano Jovenel Moïse fue asesinado esta semana. El director de Haiti Liberté sospecha que algunas de las familias más ricas de Haití contrataron a los atacantes para adelantarse a una posible revolución, e incluso desencadenar la intervención militar de EE. UU.
Una foto icónica de 1978 muestra a Bob Marley en el escenario uniendo a los líderes de los partidos de izquierda y derecha pidiendo una tregua. Malinterpretado como apolítico, su gesto pretendía en realidad rescatar a un movimiento político socialista que estaba en peligro.
Para entender el éxito de la confrontación con los escombros autoritarios de la dictadura neoliberal de Pinochet es esencial observar el ciclo de luchas que implicó las protestas estudiantiles, indígenas y feministas.
Durante cien años el Partido Comunista de China logró consolidarse como un partido de poder en uno de los Estados más importantes del mundo.
El presente resulta incomprensible si no nos hacemos cargo de los espectros que lo habitan.
Este nuevo tiempo está en disputa y abierto a la contingencia. Lo que esperamos es posible, aunque también puede no realizarse. Pero como diría Alberto Flores Galindo, «hay espacio para la esperanza».