Conversamos con Rafael Poch-de-Feliu, periodista y escritor catalán, sobre el estado de salud del periodismo y los asuntos más recientes de la política internacional.
Notas publicadas en Imperialismo
Es la rivalidad intercapitalista la que impulsa las tensiones entre Washington y Pekín, no las personalidades de Xi Jinping o Donald Trump.
Hasta hace poco, negar el derecho de asilo a los refugiado y mantener a los niños en jaulas eran políticas consideradas tan malvadas que para la América liberal no había mayor prioridad que acabar con ellas. Luego Joe Biden se convirtió en presidente.
Doce años después del golpe contra Manuel Zelaya, el pueblo hondureño que resistió a la dictadura logró que Xiomara Castro llegue a la presidencia.
Mucho antes de que se hablara del «precariado», el marxista brasileño Ruy Mauro Marini ya había asentado las bases para comprender las fuerzas globales que impulsan el deterioro, fragmentación y degradación de las condiciones laborales.
La transición hegemónica global ya se ha consumado, por más que la dirigencia estadounidense se resista a admitir esos cambios.
En medio del escándalo tras la toma del Capitolio, en enero de 2021, terminó la convulsionada presidencia de Donald Trump. Sin embargo, no desapareció su influencia política e ideológica.
Aclamado por los medios de comunicación como un patriota que ponía al país en primer lugar, Colin Powell puso la obediencia irreflexiva a los superiores por encima de la integridad moral. El mundo ha sufrido por ello.
La interpretación meramente geopolítica de los conflictos en la región resalta el choque entre un bloque agresivo unipolar y otro defensivo multipolar. Hay que batallar contra el imperialismo norteamericano pero sin idealizar a sus rivales.
No hay nada que celebrar. La llegada de Colón a las Américas, lejos de haber sido una aventura heroica, fue un vertedero de sangre.