Gramsci es recordado como un gran teórico de la política y la cultura modernas. Pero no creía que las grandes ideas fueran solo cosa de intelectuales e insistía en que los trabajadores debían convertirse en los líderes de sus propias organizaciones.
Artículos etiquetados como Gramsci
El Partido Comunista Italiano se enfrentó desde su fundación a una violenta represión. Mientras las élites empresariales y los políticos liberales apoyaban a Mussolini, ningún partido resistió más a los fascistas que el PCI.
Debemos leer a Gramsci como un teórico de la subjetivación política, retomando la centralidad de la dimensión subjetiva en su filosofía de la praxis.
¿Cómo disputar, desde la izquierda, la dirección de la sociedad? Aquí van algunas ideas.

Cien años se cumplen desde que Antonio Gramsci asumió la dirección del Partido de Comunista de Italia en 1924, y la imagen de aquel mítico dirigente no ha cesado de provocar interés a nivel mundial.
Recientemente se ha descubierto que la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, es pariente lejana de Antonio Gramsci. Aunque políticamente se ubican en extremos opuestos, Meloni ha emprendido una campaña por el control de las instituciones culturales cuyas razones Gramsci comprendería bien.
El «eurocomunismo» buscaba construir una alternativa al agotado modelo soviético, pero fue incapaz de responder a las profundas convulsiones sociales que se estaban produciendo en Occidente.
Rosa Luxemburg y Antonio Gramsci nos ofrecen dos visiones diferentes. Sin embargo, se puede hablar de una «línea Luxemburg-Gramsci», por lo mucho que tienen en común, y todavía de vigente, ambos pensadores.
Compartimos un artículo inédito en español de Mario Tronti sobre Antonio Gramsci, en el que reivindica su crítica a la idea de establecer al marxismo como «sistema doctrinario de fórmulas fijas y de proporciones definitivas».