Millones de estadounidenses votan por correo a causa de la pandemia, y la participación podría incrementar dada la impopularidad del presidente. El Partido Republicano ha respondido acelerando su asalto a los derechos electorales y presentando demandas de última hora para detener el escrutinio.
El presidente Donald Trump sugirió que las elecciones serían fraudulentas dada la cantidad de votos emitidos por correo. Pero no pudo brindar evidencia de esto frente a la corte, porque se trata de un mito. Luego empezó a argumentar que el Senado debía confirmar a Amy Coney Barret en la Corte Suprema, con lo cual se aseguraba más control sobre el proceso electoral.
Hemos compilado una guía de algunos de los intentos más flagrantes que el Partido Republicano hizo para robarse las elecciones apelando a la corte.
El Partido Republicano también desafió la extensión del plazo para recibir los votos por correo aunque, a pesar de haber llevado el caso hasta la Corte Suprema de los EE. UU., no tuvo éxito.
Los funcionarios estatales de Pensilvania le dijeron al Washington Post que están separando preventivamente los votos que llegaron tarde para evitar cualquier intento del gobierno de socavar el resultado de las elecciones.
La enmienda constitucional había sido aprobada en 2018 con 64,4% de los votos, poniendo fin a una práctica que afectaba desproporcionadamente a los votantes negros del estado. Pero el gobernador republicano Ron DeSantis y la legislatura del estado actuaron rápidamente para aprobar leyes que añadían pesadas cargas sobre estas personas, incluyendo una que les exigía pagar sus deudas pendientes antes de emitir el voto.
El Partido Demócrata y los grupos de derechos civiles desafiaron la ley argumentando que implicaba, en los hechos, un impuesto al voto. Pero el Noveno Circuito pasó por encima de la decisión de una corte distrital que se había pronunciado en la misma dirección.
Estos republicanos –entre los cuales se cuentan Steve Hotze, Wendell Champion, Steve Toth y Sharon Hemphill– argumentaron que en caso contrario no solo se «dañaría la integridad de los resultados reportados a todos los candidatos y a todos los votantes, sino que también podría diluirse o disminuirse el porcentaje de votos decisivos a favor de sus candidatos en las elecciones generales».
Afortunadamente, el juez Andrew Hanen, designado por Bush y reconocido republicano, falló el lunes en contra de este pedido. Esto no evitó que Hanen sugiriera a los votantes de Texas que evitaran emitir sus votos desde el automóvil el día de las elecciones.
Este mes, Greg Abbott, gobernador de Texas, redujo el número de locales de votación a uno por condado. En 2019, Texas había cerrado más locales de votación que ningún otro estado (y ha cerrado 750 desde 2012).
Los cuerpos gubernamentales oficiales habían anunciado que los votos por correo que tuviesen la fecha del día de las elecciones en el sobre serían contabilizados, y las papeletas enviadas a los electores dicen que serán contabilizados todos los votos que cumplan con esta condición y sean recibidos dentro de los siete días posteriores al día de las elecciones.
Normalmente la ley de Carolina del Norte permite que los votos que tengan la fecha del día de las elecciones en el sobre sean recibidos solo tres días después. Pero el Cuarto Circuito de la Corte de Apelaciones ratificó la extensión del plazo, argumentando que «no hay ningún daño irreparable en la extensión de los plazos, en la medida en que todos deben emitir sus votos la misma fecha. La extensión simplemente permite que se contabilicen de forma legal más votos en caso de que el proceso se retrase por una avalancha de votos por correo». La Corte Suprema ratificó esto la semana pasada.
La jueza Elena Kagan escribió en disidencia: «Durante la pandemia de COVID-19, el plazo para recibir los votos establecido por el estado y la decisión de la corte que lo ratifica priva a los ciudadanos del derecho a voto garantizado por la constitución. Debido a que la corte se niega a rehabilitar el mandato de la corte del distrito, Wisconsin descartará miles de votos emitidos en tiempo y forma».
Durante las primarias en Wisconsin, el estado había aceptado los votos por correo hasta seis días después de las elecciones, siempre y cuando tuviesen la fecha del día de las elecciones en el sobre. Ochenta mil votos contabilizados –cerca del 5% de los votos emitidos– llegaron el mismo día de las elecciones.
Este cambio entre las primarias y las generales podría confundir a los votantes y resultar en que se descarten miles de votos en Wisconsin.
Los republicanos apelaron con éxito la decisión, asegurándose que la corte de apelaciones federal diera marcha atrás. Ahora, los votantes deberán firmar sus votos no firmados hoy mismo. El mes pasado, el condado de Maricopa informó que tenía 11 mil votos sin firmas o que habían sido mal emitidos.
Julia Rock es columnista en Daily Poster.
Walker Bragman es periodista y abogado. Sus escritos han aparecido en Paste Magazine, Intercept, HuffPost, Independent, Salon, Truthout, y Hill.
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