Derechos

India, Israel y Palestina: nuevas ecuaciones y solidaridades

El hecho de que tres aliados incondicionales de Israel —el Reino Unido, Francia y Canadá— amenazaran con adoptar «medidas concretas» contra ese país como consecuencia de su campaña genocida en Gaza, mientras que la India sigue proporcionando armas y drones a ese país quizá tome por sorpresa únicamente a quienes han aceptado sin cuestionamientos las declaraciones oficiales de apoyo inquebrantable a la causa Palestina de los sucesivos Gobiernos indios desde la independencia del país.

Mientras que la India como nuevo Estado poscolonial había adoptado en un comienzo una posición de profunda solidaridad antiimperialista con la lucha por la liberación palestina, al mismo tiempo contenía elementos de reconocimiento parcial e incluso, en ocasiones, de defensa de la entidad sionista. La India también realizó consideraciones de realpolitik con respecto a mejorar las relaciones con Occidente o contrarrestar a Pakistán mediante una mayor influencia y apoyo de los países de Oriente Medio, que se volvieron más importantes con el paso del tiempo. Tras la caída de la Unión Soviética y la liberalización de la economía india, esta relación contradictoria se transformó en una colaboración más abierta con Israel mucho antes de que Modi asumiera el Gobierno. No obstante, con la promoción del hindutva neoliberal en los últimos decenios, incluso una condena simbólica de los delitos cometidos por Israel se está convirtiendo rápidamente en algo del pasado, a medida que los Estados indio y sionista están cada vez más alineados ideológicamente y mantienen una colaboración más estrecha en el ámbito económico y militar.

No cabe duda de que el Reino Unido, Francia y Canadá siguen brindando apoyo material a Israel, lo cual incluye la venta de armas a ese país. Pero vaya contraste entre sus respectivas declaraciones oficiales. Aunque su declaración conjunta publicada el 19 de mayo de 2025 no acusa a Israel de violar el derecho internacional, afirma que las operaciones militares de Israel en Gaza eran «completamente desproporcionadas» y que «no nos quedaremos de brazos cruzados mientras el Gobierno de Netanyahu comete estos actos atroces». Además, la declaración añadía: «No dudaremos en adoptar medidas adicionales, incluida la imposición de sanciones específicas». (Gov.uk 2025). 

Israel había firmado un alto el fuego con Hamás el 17 de enero de 2025, pero el 18 de marzo de ese mismo año renovó los ataques aéreos, rompiendo el alto el fuego. Horas más tarde, Netanyahu declaró que Israel había «reanudado plenamente el combate». En una declaración oficial realizada por la India dos días más tarde, no se mencionaba la ruptura por parte de Israel de los términos acordados con Hamás y, más allá de algunas proclamaciones anodinas, la India tuvo mucho cuidado de no hacer referencia a algo que pudiera implicar una crítica (mucho menos una condena) de Israel. La referencia más cercana a lo que estaba sucediendo en Gaza fue que «la India saludó el acuerdo alcanzado en enero de 2025 para la liberación de los rehenes y el alto el fuego en Gaza. La India ha destacado la necesidad de la entrega continua de asistencia humanitaria» (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2025). Durante un debate en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebrado el 30 de abril de 2025, el representante permanente de la India, P. Harish, reiteró los lugares comunes sobre la necesidad de un alto el fuego, la liberación de los rehenes y la entrega sin restricciones de ayuda humanitaria, pero se aseguró de condenar nuevamente el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 (a pesar de que ya habían pasado 20 meses). Lo que pone de manifiesto el doble rasero del Gobierno de Modi es que en ningún momento desde entonces hizo referencia a ningún acto cometido por Israel en Gaza como un acto terrorista; tampoco describió los asesinatos deliberados de civiles como una campaña terrorista, y está mucho menos dispuesto a calificarlos como actos de genocidio. De hecho, a pesar de que la India firmó y ratificó la Convención contra el Genocidio, el Gobierno de Modi se negó a aprobar o incluso realizar comentarios acerca de la iniciativa de Sudáfrica de instar a la Corte Internacional de Justicia (de la cual India es miembro) a que investigara el genocidio de Israel en Gaza y se pronunciara al respecto.

Eso no es todo. En Canadá, Estados Unidos y muchos países europeos, entre ellos Alemania, hubo manifestaciones públicas considerables en apoyo a la población palestina y de Gaza en particular. En la que se supone es la mayor democracia del mundo, la respuesta de la sociedad civil en la India ha sido, en comparación, mucho más limitada. Ello se debe en parte al temor a la coerción —en los estados donde rige el Partido Popular Indio (Bharatiya Janata o BJP) y en Nueva Delhi hubo represión policial de manifestaciones—. También es un testimonio del éxito de las fuerzas nacionalistas hindúes (o hindutva, que significa «calidad de hindú») en cultivar la islamofobia al representar a Palestina como supuestamente anti hindú y, por consiguiente, «anti nacionalista». A tal punto que de alrededor de 41 partidos y órganos electorales representados en la cámara baja del Parlamento, el Lok Sabha, 31 no se han pronunciado en absoluto sobre lo que está sucediendo entre Israel y Gaza desde el 7 de octubre de 2023. Para qué molestarse en abordar una cuestión de política exterior, especialmente una que puede ser considerada por muchos sectores de la comunidad y el electorado mayoritariamente hindúes como un «aplacamiento de los musulmanes». El hecho de que esa sea la opinión de tantas agrupaciones políticas pone de manifiesto cuán hondo ha colado el sentimiento hindutva en la sociedad civil. Incluso en los estados no gobernados por el BJP, como Karnataka, donde rige el Congreso Nacional Indio, los intentos de llevar a cabo manifestaciones públicas en apoyo a Palestina se han visto limitados, aunque no con tanta violencia como en el estado de Uttar Pradesh (dominado por el BJP), que debido a su numerosa población, si fuera un país, sería el quinto más poblado del mundo (The Hindu 2024; Hussain y Maik 2024).      

¿Qué sucedió con la India que era uno de los principales países del Sur conocido por su supuesto apoyo constante a la causa palestina? La India del pasado había apoyado a la causa palestina, pero su apoyo no era tan constante ni basado en principios como querían demostrar sus Gobiernos y grupos de seguidores. Incluso antes de que el BJP llegara al poder (1998 a 2004 y de 2014 en adelante), otros Gobiernos estaban dispuestos, en diferente medida, a vender los intereses palestinos para profundizar sus relaciones con Israel. De hecho, los Gobiernos del BJP aceleraron considerablemente las relaciones entre la India e Israel, dado que el hindutva, que es el núcleo del partido, de su principal organización basada en cuadros, la Rastriya Swayamsevak Sang (RSS) (o Asociación de Voluntarios Nacionales) y de sus numerosos órganos afiliados, siempre ha asumido una cierta afinidad ideológica con el sionismo[1]El segundo máximo lider de la RSS (1940-73) M.S. Golwalkar, en su libro We or Our Nationhood Defined de 2939, tomando inspiración de Hitler, afirmó que la India pertenece a los hindúes y que las … Continue reading. El BJP, bajo el mando de Narendra Modi como primer ministro, fue elegido en junio de 2024 por tercer mandato consecutivo de cinco años.

El presente artículo intenta presentar la trayectoria histórica de los cambios de Gobierno en la India. A continuación, intentaré dar seguimiento a la evolución de las relaciones entre la India, Israel y Palestina, realizando un paralelismo aproximado con los cambios en la gobernanza central. También examinaré brevemente la naturaleza de las relaciones entre Israel y sus vecinos de Asia Meridional: India, Sri Lanka, Pakistán, Nepal y Bangladesh.

Gandhi y Nehru

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y durante el auge del movimiento nacional indio contra el régimen colonial británico, sus líderes, como Gandhi y Nehru, también se identificaban con las luchas contra el imperialismo británico de otras partes del mundo. El apoyo a la resistencia palestina fue un resultado natural de ello, especialmente tras el gran levantamiento de 1936 que duró hasta 1939[2]Se trató de la lucha más larga y ferviente contra el régimen colonial británico en la primera mitad del siglo XX. Hubo una huelga general y resistencia armada durante seis meses que fueron … Continue reading. Además, Gandhi consideró que la creación de la unidad popular hindú-musulmana era un elemento clave para su perspectiva de cómo enfrentarse a los británicos. El partido del Congreso Nacional Indio se sumaría a las principales organizaciones musulmanas, como la Liga Musulmana Panindia, en su apoyo a Palestina. Pero, ¿qué ocurrió con el auge del nacionalismo judío y la ambición sionista de asegurar un Estado mayoritariamente judío en Palestina? Muchos de sus principales defensores intentaron obtener el apoyo de Gandhi para este objetivo y durante su estadía en Sudáfrica (1893-1914) mantuvo estrechas relaciones políticas y personales con muchos judíos que posteriormente apoyaron la causa sionista, como Herman Kallenbach y Henry Polak. Ello los convirtió en embajadores informales por intentar reclutar a Gandhi.

En 1931, durante la Segunda Conferencia de la Mesa Redonda celebrada en Londres para discutir posibles reformas políticas en la India, Gandhi aclaró en una entrevista con el semanario Jewish Chronicle que consideraba al sionismo o el regreso a Sion como una búsqueda de autorrealización espiritual que podía tener lugar en cualquier parte y estaba separada de la reivindicación geográfica de «reocupar Palestina» y que para migrar a Palestina hacía falta el consentimiento árabe. La visita de Kallenbach a Gandhi a mediados de 1937 en un áshram en las afueras de Bombay y su estadía allí durante más de un mes convencieron a Gandhi de que la realización espiritual sionista no podía estar desconectada del asentamiento en Palestina. Esto introdujo una ambivalencia en el pensamiento de Gandhi, que permanecería incluso cuando reafirmó que la Declaración de Balfour no podía justificar la ocupación y que esta solo debía ocurrir cuando «la opinión árabe esté dispuesta a aceptarla» (Imber 2018). 

Quienes en la India afirman que Gandhi nunca fue ambivalente, como los partidos de izquierda y sus intelectuales, suelen citar un editorial publicado el 26 de noviembre de 1938 en su propio periódico Harijan, donde dijo que Palestina pertenece a los árabes, del mismo modo que Inglaterra pertenece a los ingleses y Francia a los franceses. Esta había sido hasta hace poco la opinión dominante y básicamente no disputada de la gran mayoría de intelectuales que comentaban o escribían sobre la trayectoria histórica de las relaciones entre India, Israel y Palestina. Con el auge del poder político del BJP, algunos intelectuales que se alinearon con el partido intentaron reinterpretar el legado del «padre de la nación» como un modo de dar mayor credibilidad a la fuerte política proisraelí de la actualidad (Kumaraswamy 2010)

En marzo de 1946, Gandhi recibió al Sr. Honick, miembro del Congreso Judío Mundial y a S. Silverman, miembro del Parlamento británico de origen judío por el Partido Laborista. En la discusión que mantuvieron se le preguntó a Gandhi, lo cual fue registrado por su secretario personal, Pyarelal Nayyar, «¿Es cierto que simpatiza con nuestra aspiración de establecer una patria para los judíos?». La respuesta de Gandhi no fue registrada, de hecho tras su muerte en 1948, Pyarelal destruyó selectivamente algunos documentos sobre Palestina. Pero Silverman posteriormente informó de la respuesta al periodista estadounidense Louis Fischer, que unos meses después de esta conversación contactó a Gandhi y confirmó la veracidad de la respuesta. Gandhi había dicho lo siguiente: «Le dije a Silverman que los judíos tiene un argumento convincente con respecto a Palestina. Si los árabes tienen derecho a esa tierra, los judíos tiene un derecho anterior». Posteriormente, en la edición de Harijan del 21 de julio Gandhi sostuvo: «Es cierto que dije eso en el curso de una larga conversación sobre el tema con el Sr. Louis Fischer». Y a continuación dijo que los sionistas deberían abjurar del terrorismo y practicar la no violencia. «¿Por qué habrían de recurrir al terrorismo para justificar su desembarco forzoso en Palestina? Si adoptaran el arma inmejorable de la no violencia…su argumento sería el mejor y más brillante del mundo». No obstante, la evaluación más equilibrada de la postura general de Gandhi es que combinó el apoyo a Palestina como Estado soberano e independiente bajo el control árabe, mientras que a la vez consideraba que el deseo judío de migrar allí era natural y que sus derechos culturales debían protegerse. Si posteriormente se habría opuesto a la constante migración judía a Palestina, no hay forma de saberlo, pero es posible que hubiera añadido la salvedad de que dicho flujo de migración debería estar sujeto al consentimiento árabe.

Nehru, al igual que Gandhi, tenía una enorme compasión hacia el pueblo judío debido al modo en que había sido tratado antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Pero ello no se extendía a apoyar su esfuerzo de establecer un Estado sionista en colaboración con el imperio Británico. La India era uno de los 11 miembros de la Comisión Especial de Palestina en las Naciones Unidas, creada en mayo de 1947 para rendir cuentas a la Asamblea General cuando Gran Bretaña entregara su mandato. La India (junto con Irán y Yugoslavia) propusieron un plan para mantener la unidad federal y votaron en contra del plan mayoritario para dividir a Palestina. Ello hubiera dado un 55% del territorio a los judíos (que en aquel entonces representaba alrededor del 30% de la población), pero demarcado en un modo en el cual los palestinos en gran medida soportarían la carga del cambio. En todo caso, este plan era solo una recomendación y no una imposición. Además, el ejercicio fue repudiado por el lado Palestino, dado que violaba el compromiso de otorgarle plena independencia. Sin embargo, en 1950, Nehru reconoció a Israel aun cuando este, contrario al plan de partición, ya había asegurado por la fuerza un 78% del territorio. En septiembre de 1950, la Agencia Judía estableció una oficina de inmigraciones en Bombay (ahora Mumbai) dado que había alrededor de 60.000 judíos (bene y bagdadíes) que habían migrado a la India o se habían convertido al judaísmo en los siglos XVIII y XIX[3]Ahora se estima en general que quedan menos de 5.000 judíos en el país.. Esta oficina posteriormente se convirtió en la oficina de comercio y, más tarde, en 1953, en un pequeño consulado.

En primer lugar, tras la Nakba de 1947-1949 no hubo una entidad política verdaderamente independiente que pudiera realmente representar y priorizar los intereses palestinos[4]El entonces recientemente formado Gobierno de Toda Palestina estaba subordinado a la Liga Árabe y a Egipto. La Organización de Liberación de Palestina (OLP), como órgano integrado por diversos … Continue reading. En segundo lugar, la India después de la partición había reconocido a Pakistán, entonces, ¿por qué no reconocer a Israel? Dos países mayoritariamente musulmanes, Irán y Turquía, habían reconocido a Israel. Además, Israel fue aceptado como miembro de las Naciones Unidas en mayo de 1949 y, como condición de su ingreso, aceptó la Resolución 194 sobre el derecho al retorno de los palestinos desplazados, que, por supuesto, nunca cumplió. En tercer lugar, la Unión Soviética fue el primer país en reconocer legalmente a Israel en mayo de 1948, por lo que el Partido Comunista de la India, entonces la principal fuerza de la oposición, no puso ninguna objeción a Nehru. En deferencia parcial al sentimiento árabe, no estableció plenas relaciones diplomáticas con Israel. Fue un pragmatismo de realpolitik que primero presionó a Nehru a reconocer a Israel y luego a refrenarse.

En 1948, cuando había estallado la guerra de Cachemira entre la India y Pakistán, la India de Nehru intentó adoptar una postura no alineada para permanecer indiferente a la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética, mientras que Pakistán se mostró más abierto a las propuestas político-militares estadounidenses. Mantener las relaciones con Israel en el limbo no perjudicaría el apoyo musulmán a su Gobierno, pero, lo que resultó más importante para Nehru fue que en 1952 Gamal Abdel Nasser asumió el poder en Egipto, un país clave de Oriente Medio. Nasser era un defensor del nacionalismo árabe, tenía intenciones similares de no alinearse y era más cercano a la India que a Pakistán. Además, mejorar las relaciones de la India con los Gobiernos árabes para obtener apoyo comercial y diplomático era considerado más beneficioso que acelerar las relaciones con el incipiente Estado de Israel. Por otro lado, y algo que demuestra que el sufrimiento palestino comportaba escasa o ninguna relevancia en la política exterior, Nehru estaba dispuesto a lograr que Israel asistiera a la Conferencia de Bandung en 1955, el preludio de la posterior formación del Grupo de Países No Alineados. De hecho, en diciembre de 1954, los mandatarios de Indonesia, India, Pakistán, Birmania y Ceylán se reunieron en Bogor, Java, para preparase para la conferencia. Nehru presionó para que incluir a Israel en Bandung. Afortunadamente, Pakistán impidió este esfuerzo porque le preocupaban los sentimientos de los países árabes debido a su conflicto con Israel (Anderson 2024).

En 1955, Pakistán se sumó al Pacto de Bagdad y formalmente se alineó militarmente con Estados Unidos. Este pacto, que también incluía a Irán, Irak, Turquía y el Reino Unido (posteriormente renombrado Organización del Tratado Central (CENTO)) no contó con el apoyo de Egipto y la India, que firmaron su propio tratado de amistad ese año. Tras la invasión y guerra de Suez en 1956, lanzada por Israel, el Reino Unido y Francia, no había duda de que la India se encaminaba a estrechar sus relaciones con Israel. Esta pausa diplomática se extendería más allá del mandato de Nehru, ya que abarcaría el periodo de 1964 a 1984, en el cual también se desataron las guerras entre Israel y los países árabes, en 1967 y 1973, y la invasión israelí del Líbano en 1982. No obstante, a pesar de la congelación de las relaciones diplomáticas hubo interacciones entre bastidores entre India e Israel. Nehru falleció en mayo de 1964. Durante la Guerra con China en 1962, la India recibió morteros y municiones de Israel y adquirió más armas de ese país durante las guerras indo-paquistaníes de 1965 y 1971 (Bhattacherjee 2017; Essa 2022).

De 1965 a 1998

Tras el fallecimiento del líder interino del Congreso Nacional Indio, Lal Bahadur Shastri, en 1966 (concluyó el Tratado de Paz con Pakistán que puso fin a la guerra de 1965), la Sra. Indira Gandhi, hija de Nehru, se convirtió en la nueva primera ministra de la India. En 1968, se creó la agencia del servicio secreto, denominada Research and Analysis Wing (RAW), que comenzó a colaborar con el Mosad israelí. En aquel entonces, Pakistán y China eran considerados adversarios comunes por la India e Israel, y a la Sra. Gandhi le preocupaban los crecientes vínculos militares entre ambos países y, posteriormente, los vínculos entre Pakistán y Corea del Norte.

En cuanto a Israel, se creía que oficiales del ejército paquistaní estaban entrenando a soldados libios e iraníes en el manejo de equipamiento militar chino y norcoreano (RAW and Mossad 2003). Esta información se mantuvo confidencial, mientras que en 1974, la India proclamó públicamente el reconocimiento de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) como el único representante legítimo del pueblo palestino. En 1975, la India coauspició la Resolución 3379 de las Naciones Unidas que iguala el sionismo con el racismo[5]En 1991 la India votó para anular esta misma Resolución.. En junio de 1975, Gandhi impuso un estado de excepción y solamente restableció las elecciones generales en marzo de 1977, pero fue derrotada. En enero de 1980 Gandhi y su facción del Congreso Nacional Indio fueron reelectos en el Gobierno central y hubo algunos acontecimientos que acercaron más a la India y a Israel. Pero el intervalo entre 1977 y 1979, cuando un Gobierno de coalición del Partido Janata estuvo en el poder, tuvo una importancia particular.

El partido Janata era una alianza informal de diversos partidos y grupos políticos que habían acordado trabajar en conjunto. Su integrante principal era el nacionalista hindú Jan Sangh (el precursor del BJP, creado tras el colapso del partido Janata en 1980), que siempre había sido favorable a Israel, por considerarlo un baluarte importante contra los países de Oriente Medio de mayoría musulmana. Su dirigente principal A.B. Vajpayee fue ministro de Relaciones Exteriores, y ello contribuyó a allanar el camino para que el entonces ministro de Relaciones Exteriores israelí, Moshe Dayan, realizara visitas secretas a la India. En agosto de 1977 se reunió con Vajpayee y el entonces primer ministro Morarji Desai. Aunque la reunión no tuvo como resultado un cambio de política en la India, el hecho de que la visita ocurriera era testimonio de que soplaban nuevos vientos, por tenues que fueran.

La colaboración entre RAW y el Mosad ya se había puesto en marcha anteriormente, y sin duda tuvo que ver con la visita de Dayan. Se cree que volvió a visitar la India en 1978 para reunirse con importantes homólogos de ese país y quizá con altos miembros de RAW, posiblemente en Nepal[6]Véase el capítulo ’Crises and Debates‘  en Nicolas Blarel (2015) The Evolution of India’s Israel Policy.. Al parecer, entre los asuntos discutidos se trató el ofrecimiento de Israel de aunar esfuerzos para perpetrar un ataque contra la planta de enriquecimiento de uranio en Kahuta, Pakistán, para impedir la fabricación de una bomba nuclear. Únicamente la desclasificación de documentos secretos del Gobierno podrá confirmar o negar la participación de Dayan en estas discusiones. Por su parte, otras fuentes aclaran que el plan de operación conjunta para llevar a cabo el ataque existió en algún momento entre 1982 y 1984, pero posteriormente fue cancelado[7]El escritor indio sobre asuntos estratégicos, Bharat Karnad, ha escrito una explicación que registró de un ex director de inteligencia israelí retirado, el General Aaron Yaariv, de esta misma … Continue reading. Los periodistas británicos Adrian Levy y Catherine Scott-Clark, autores de Deception: Pakistan, the US, and the Global Weapons Conspiracy (2008) describen este plan en forma más detallada. Además, el artículo ‘India Thwarts Israeli Destruction of Pakistan’s Islamic Bomb‘, publicado por el Instituto de Estudios Estratégicos Nacionales en mayo de 1995, sobre el sistema de la Air University de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, hace referencia a la existencia de este plan en 1982 y al establecimiento en Negev de una simulación de Kahuta con fines de entrenamiento.)). Al final de cuentas, en 1981 Israel había llevado a cabo un plan similar, cuando destruyó el reactor nuclear de Osirak en Irak.  

Tras el asesinato de Indira Gandhi en 1984, el Congreso Nacional Indio obtuvo una victoria arrolladora en las elecciones y su hijo, Rajiv Gandhi, que anteriormente no había demostrado ningún interés en la herencia política de su familia, se convirtió en primer ministro. El 1 de octubre de 1985, Israel llevó a cabo un ataque contra la sede de la OLP en Túnez, en el que 60 hombres, mujeres y niños murieron. El ataque fue rápidamente condenado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El primer ministro Rajiv Gandhi llegó a Nueva York ese mes para el 40° aniversario de las Naciones Unidas y, a pesar del ataque brutal, no tuvo inconveniente en celebrar una reunión paralela privada con su homólogo, el entonces primer ministro israelí Shimon Peres. Fue la primera reunión de ese tipo celebrada entre los líderes máximos de esos dos países, lo cual indicaba una nueva falta de sensibilidad india con la causa palestina.

Esta desviación de la política de la India fue facilitada por el cambio de opiniones de la propia OLP. Después de la guerra de Israel en el Líbano en 1982, los dirigentes de Fatah en la OLP habían sido expulsados a Túnez. Además, sus líderes ahora tenían más claro que su estrategia de guerrilla no estaba logrando una victoria. De hecho, en 1987 la primera intifada llevada a cabo en los Territorios Ocupados fue dirigida localmente. Mientras que Fatah apoyaba la intifada desde el exilio, el Mando Nacional Unificado del Levantamiento estaba integrado fundamentalmente por consejos comunitarios locales y sus dirigentes, así como representantes y veteranos afiliados no solo a Fatah, sino a otras facciones palestinas como Hamás, la Yijad Islámica, el Frente Popular de izquierda, el Frente Democrático y el Partido Comunista.

Después de la intifada, la OLP bajo Arafat realizó un cambio estratégico fundamental dirigido a aceptar una solución de dos Estados con derecho a apenas el 22% del territorio que Israel había tomado, a saber, la parte que Israel ocupó después de la guerra de 1967. Se generó una nueva dinámica política que, posteriormente, daría lugar a los Acuerdos de Oslo de 1993-1995, cuyo resultado principal fue la transformación de Fatah, como el líder de la recientemente creada Autoridad Palestina, en un subcontratista en el mantenimiento de la ocupación israelí. Esto allanó el camino para que la India, bajo el Gobierno del Congreso liderado por el primer ministro Narasimha Rao (1991-1996) reconociera plenamente a Israel en 1992, tras lo cual se abrieron embajadas en Nueva Delhi y Tel Aviv. Posteriormente, los sucesivos Gobiernos indios, por un lado, apoyarían en apariencia, e incluso financiarían, a la causa palestina, mientras que, por otro lado, profundizarían progresivamente sus vínculos con Israel en materia política, económica, militar, de «ciberseguridad» y «lucha contra el terrorismo».

El ascenso de la extrema derecha

El Frente Unido, una coalición integrada por alrededor de 13 partidos que no era parte ni del Congreso ni del BJP, asumió el poder en junio de 1996 y cayó en marzo de 1998. Hubo acuerdos mutuos para el suministro por Israel de vehículos aéreos no tripulados, sistemas de radares de defensa antimisiles Green Pine y misiles tierra-aire de gran alcance. A este Gobierno lo sucedió el primer Gobierno del BJP de 1998 a 1999, que posteriormente fue reelecto por un mandato completo de cinco años de 1999 a 2004, ambos bajo el mando del primer ministro A.B. Vajpayee. Durante su mandato, ocurrió la primera visita oficial a la India de un primer ministro israelí, Ariel Sharon, en 2003. En 1999, durante la guerra de Kargil entre India y Pakistán, Israel proporcionó apoyo militar a la India, mientras que Washington ejerció presión en Islamabad para que retirara sus fuerzas. El enojo inicial de Estados Unidos por los ensayos nucleares que la India llevó a cabo en mayo de 1998 pronto se disipó y se comenzó a forjar una nueva alineación estratégica entre India, Israel y Estados Unidos. Pero los mayores avances llegarían más de diez años después, bajo el Gobierno de Modi.

Entre Vajpayee y Modi habría un intervalo de diez años (2004 a 2014) cuando una coalición liderada por el Congreso Nacional Indio bajo el primer ministro Manmohan Singh ganó dos elecciones consecutivas. Atrás quedó la época del Partido del Congreso al mando de figuras como Nehru e Indira Gandhi, cuando había un grado de verdadera compasión moral y política y de apoyo a la causa palestina, a pesar de consideraciones de realpolitik. Ahora se reforzaban las relaciones con Israel, mientras que la verdadera preocupación por la causa palestina en gran medida se había disipado. Mientras que no había surgido un verdadero Estado palestino, Israel se convirtió en un Estado capitalista poderoso y bastante desarrollado con el cual empresas de ambos países podían entablar relaciones económicas lucrativas. Además, aparte de ser una fuente de equipamiento militar de alta calidad, Israel era una especie de conducto a Estados Unidos. La relación más estrecha con ese país aumentó la posibilidad de entablar relaciones económicas y políticas más estrechas entre India y Estados Unidos. Tan solo quedaron algunos pronunciamientos retóricos sobre la «necesidad de una solución de dos Estados» y financiamiento para ella.

Tras el ataque terrorista perpetrado en Mumbai el 26 de noviembre de 2008 por dos grupos islamistas con bases en Pakistán, Israel ayudó a la India a establecer infraestructura de vigilancia bajo un Sistema de Vigilancia Central que permitió pasar de la vigilancia específica a la vigilancia masiva (Essa 2023: 48). En el momento de los ataques de noviembre de 2008 e inmediatamente después, además de mantener una frecuente comunicación política a alto nivel con la India, Israel le envió agentes de inteligencia, paramédicos, un equipo de reservistas y algunos voluntarios que ofrecieron asesoramiento, apoyo material y críticas de lo mal preparado que estaba el país para hacer frente a amenazas terroristas de este tipo. La presencia de actores israelíes en ese momento ayudó a generar un amplio consenso de que había graves fallas en la India que hacían necesarios los conocimientos especializados de Israel. Se había entablado un nexo cualitativamente nuevo y más estrecho (Machold 2024).

Entre 2003 y 2013, la India se había convertido en el principal cliente de armas de Israel. En febrero de 2014, unos meses antes de las elecciones generales y cuando el Congreso Nacional Indio seguía en el poder, se alcanzó un acuerdo formal (que se puso en marcha tras la victoria electoral de Modi en mayo de ese año) para el envío de personal policial y de seguridad indio a Israel para entrenarse en la «lucha contra el terrorismo», «control antidisturbios» y «gestión de fronteras», es decir que recibieron lecciones sobre cómo abordar los disturbios en la India, especialmente en las regiones afectadas por insurgentes en el noreste del país y en Cachemira. Aparte de negar todo «derecho a la libre determinación» de palestinos y cachemires, la enorme presencia de personal armado en Cachemira lo convierte en un lugar de ocupación y control militar permanente, al igual que los Territorios Ocupados. Y, en ambos casos, se ejerce violencia rutinaria, justificada legalmente contra palestinos y musulmanes cachemires mediante el uso de las leyes más antidemocráticas y autoritarias. Se están construyendo asentamientos para la población hindú en la parte india de Cachemira mediante una mayor apropiación de tierras destinadas a hindúes y a los diversos fines del Gobierno central. Además, la infraestructura utilizada para segregar a hindúes de musulmanes es muy similar a la política aplicada por Israel en Cisjordania (Essa 2022)[8]Azad Essa es un ex corresponsal de Al Jazeera en Sudáfrica, que informaba periódicamente sobre Cachemira..

Pero es en la era de Modi que la afinidad ideológica del hindutva con el sionismo daría lugar a una admiración más inequívoca y una emulación del modo en que Israel abordó al «enemigo» palestino en los territorios ocupados.

Antes de pasar a lo que puede describirse como un cambio considerable (y en ciertos aspectos cualitativo) en las relaciones entre India e Israel desde 2014, quisiera centrar la atención en los países vecinos de la India en Asia Meridional, y sus respectivos vínculos históricos y actuales con Israel. Este es un aspecto importante por diversos motivos. La importancia política del nexo entre India, Pakistán e Israel es evidente. Para una India dominada por el hindutva, Israel es un aliado importante contra su enemigo principal, Pakistán. Bangladesh se separó de Pakistán y se convirtió en un Estado independiente en diciembre de 1971. Desde entonces, Bangladesh, al igual que Sri Lanka y Nepal, ha tenido más motivos para temer las ambiciones subimperiales de la India para dominar la región y esto afecta su comportamiento en materia de política exterior. En el caso de Bangladesh, el factor musulmán explica su oposición política y diplomática a Israel y su incomodidad con la mayor alineación de la India con Israel a nivel político e ideológico. Las naciones mucho más pequeñas y más débiles de Sri Lanka y Nepal básicamente nunca han estado interesadas en la causa palestina y, a diferencia de la India en el pasado, no han tenido reparos en desarrollar mejores relaciones con Israel, aunque en Sri Lanka esto ha sido confuso debido a la presión ocasional de la izquierda nacional. En Nepal, el Gobierno integrado por una fuerza interna de izquierda asumió el poder en el nuevo milenio y esta izquierda ha sido rápidamente domesticada. Bangladesh, Sri Lanka y Nepal también consideran que mantener vínculos más estrechos con China constituye un contrapeso importante a la India, mientras que los dos últimos países, por motivos político-diplomáticos claros, no quieren que la India tenga un monopolio en Asia Meridional de los vínculos con Israel.

Sri Lanka

Sri Lanka (conocida como Ceylán hasta 1972, cuando cambió su nombre) logró su independencia formal en febrero de 1948. El primer ministro del país tras la independencia fue D. S. Senanayake, del Partido Nacional Unido. Sri Lanka fue el primer país que entabló vínculos con Israel. A comienzos de la década de 1950 compró armas e incluso una fragata a Israel. Esto no cayó bien al Partido de Libertad de Sri Lanka (SLFP), un partido de oposición más de izquierda, similar a los partidos socialdemócratas, que prefería la adopción de una postura de política exterior no alineada. Logró un éxito electoral frecuente, primero en 1956 bajo el mandato de S. W. R. D. Bandaranaike como primer ministro y nuevamente de 1960 a 1964 bajo el mandato de su viuda Sirimavo Bandaranaike, la primera mujer del mundo electa jefa de Gobierno. Sirimavo Bandaranaike y el SLFP estaban más inclinados a desarrollar relaciones con la OLP y se enfrentaron a la resistencia de partidos y grupos más a la izquierda del SLFP. Durante su campaña electoral de 1971, Sirimavo Bandaranaike prometió cerrar la embajada de Israel y, tras ser electa, cumplió su promesa.

A mediados y finales de la década de 1970 había una creciente resistencia de la población Tamil a la discriminación que sufrían, especialmente en la región de Jaffna, en el norte del país, a raíz de lo cual surgió una fuerza más militante: los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LLTE). El Partido Nacional de Unidad regresó al poder en 1977. Su principal dirigente J. R. Jayewardene fue primer ministro por un año y luego, mediante una enmienda constitucional, se convirtió en el Presidente más poderoso, que gobernó de 1978 a 1989. Jayewardene reestableció las relaciones con Israel. El motivo principal para ello fue garantizar su apoyo militar. India, bajo el Gobierno de Rajiv Gandhi, mientras procuraba entablar mejores relaciones con Israel, también consideraba al Asia Meridional como su esfera de influencia. El apoyo militar israelí fue reemplazado mediante el Acuerdo de Paz de 1987 entre la India y Sri Lanka, cuando la India envió por primera vez a sus fuerzas armadas a otro país para intervenir en la guerra civil contra la población Tamil. El objetivo era combatir a los LTTE, que el Gobierno indio había apoyado en otro momento, sensible a los sentimientos de su propia población Tamil en el sur del país. Al no lograr debilitar a los LLTE, el nuevo presidente de Sri Lanka R. Premadasa (1989-1993) pidió a Gandhi que retirara los soldados, y este accedió en marzo de 1990 (Amarasinghe 2021; 2023). 

No obstante, las posiciones políticas erráticas con Israel continuaron. Los musulmanes representan alrededor del 10% de la población de Sri Lanka y residen en su mayoría en el noreste del país. Para intentar ganar su apoyo político y distanciarlos de los LTTE, que fueron finalmente derrotados militarmente en 2009, Premadasa suspendió las relaciones con Israel en 1992. Estas se reestablecieron en 2000, dado que Sri Lanka quería volver a recibir apoyo militar de ese país e Israel estaba dispuesto a incumplir el embargo de armas que estuvo en vigor de la década de 1980 a 2009. Desde entonces no ha habido interrupciones graves en estos vínculos bilaterales. Después del 7 de octubre de 2023, Sri Lanka no dudó en ayudar a Israel al permitir que ingresaran trabajadores migrantes a ese país para reemplazar a trabajadores palestinos expulsados. La turbulencia política interna en los últimos años finalmente dio lugar a un levantamiento popular que derrocó al Gobierno anterior y lanzó al Poder Popular Nacional, un supuesto nuevo partido (y Gobierno) más de izquierda, que en noviembre de 2024 alcanzó dos tercios de la mayoría en las elecciones parlamentarias y obtuvo nuevo presidente, con trayectoria de izquierda, A.K. Dissanayake. Este nuevo Gobierno ha expresado más abiertamente su apoyo a un alto el fuego en Gaza y ha hecho un llamamiento a la libre determinación de Palestina. Sin embargo, la migración laboral a Israel continúa y se alcanzaron acuerdos recientes para enviar trabajadores de sectores específicos, lo cual el Gobierno de Sri Lanka justificó como beneficioso y dijo que otros países también mantenían vínculos económicos con Israel (Balachandran 2023).

Pakistán

Pakistán es uno de los países que hasta la fecha nunca ha mantenido relaciones diplomáticas con Israel. Oficialmente no debe comerciar con Israel, pero existe una ruta indirecta a través de terceros países, como los Emiratos Árabes Unidos. Aun así, el comercio es muy limitado y consiste fundamentalmente de prendas de vestir exportadas a Israel por un valor estimado en 37 millones de dólares en 2023. En 2022, Pakistán importó principalmente equipamiento médico por 39.000 dólares (TradingEconomics.com 2025a; 2025b). Ello contrasta considerablemente con los niveles de comercio indirecto entre Israel y Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos, que ahora, tras los Acuerdos de Abraham, es más directo y tiene un valor de varios miles de millones de dólares al año. Todos los Gobiernos de Islamabad han sido coherentes en su apoyo formal y material a Palestina. En las guerras de 1967 y 1973, pilotos de combate paquistaníes lucharon para que Jordania e Irak ayudaran a Palestina, y durante la guerra entre Israel y el Líbano de 1982, el país envió voluntarios para que lucharan con la OLP.

Pakistán ha sido bastante coherente en su apoyo a Palestina y, a diferencia de la India, hay poca presión interna para que se comporte de otro modo. Ha declarado en reiteradas ocasiones que solo consideraría entablar relaciones con Israel cuando haya un Estado palestino «viable», «independiente», y «contiguo» en las fronteras anteriores a 1967. Saludó cautelosamente los Acuerdos de Oslo y se distanció de los Acuerdos de Abraham, reiterando que mantenía su postura de apoyo a una solución de dos Estados antes de que se realizaran concesiones a Israel.

Sin embargo, no es que los intereses palestinos sean fundamentales e influyan en el pensamiento y la práctica del Gobierno, o que los responsables de la adopción de decisiones no realicen consideraciones de realpolitik. Durante la ocupación soviética de Afganistán (1979-1989), como parte de la «Operación Ciclón» organizada por Estados Unidos, se enviaron fondos y armas a Pakistán, provenientes de Israel, entre otros países, para ayudar a la resistencia muyahidín contra Kabul y Moscú. Pero eso tuvo más que ver con la relación entre Estados Unidos y Pakistán que con estrechar los vínculos con Israel. Tel Aviv, por supuesto, quería abrir las relaciones diplomáticas con Islamabad. Durante una visita a la India en 2018, Netanyahu dijo que su país no se consideraba enemigo de Pakistán, y que este no debería comportarse como enemigo de Israel.

No obstante, hay tres factores que dificultan que se produzca un cambio en la posición de Islamabad durante algún tiempo. Se ha mencionado anteriormente el plan de la India e Israel a comienzos de la década de 1980 de bombardear Kahuta y, para sorpresa de Pakistán, cuando los vínculos de Estados Unidos e Israel con la India se volvieron más estrechos. A diferencia de la India, en Pakistán existe un apoyo interno más fuerte a Palestina, no solo de grupos islamistas religiosos y políticos, sino también del público en general. Ello limita el margen de maniobra del Gobierno. Incluso Islamabad, para su propio beneficio, en ocasiones compara la ocupación brutal de Israel en Palestina con la ocupación india de las provincias de Jammu y Cachemira. Mitigar las críticas a Israel, especialmente tras su actual ataque genocida en Gaza, distraería la atención del argumento humanitario que intenta presentar contra la ocupación de la India. Por último, a una serie de países de mayoría musulmana con los cuales Pakistán tiene relaciones estrechas, como Turquía e Irán, le molestaría un cambio de ese tipo.

Bangladesh y Nepal

Bangladesh logró su independencia en 1971 y fue rápidamente reconocido por Israel. Sin embargo, Bangladesh no fue recíproco. Tiene una embajada palestina y defiende una solución de dos Estados. Al igual que otros países de mayoría musulmana, mantiene comercio indirecto con Israel mediante un creciente número de terceros países en Asia y Oriente Medio y, más recientemente, a través de Europa y Estados Unidos. Tiene un superávit comercial saludable: sus exportaciones a Israel (principalmente de textiles, calzado y productos de cuero) alcanzaron los 205 millones de dólares en 2023, mientras que sus importaciones de plástico y artefactos terapéuticos fueron de un valor de 148.000 dólares en 2022 (Tradingeconomics.com 2025c; 2025d). No obstante, ello no contempla el hecho de que hay motivos razonables para sospechar que Bangladesh ha adquirido equipos de vigilancia y ha recibido formación de personal de seguridad de fuerzas israelíes en terceros países, como Hungría y Tailandia (Globaldefensecorp.com 2023). Como consecuencia de un levantamiento popular, el Gobierno anterior de Hasina Sheikh fue derrocado en agosto de 2024 (la presidenta huyó a la India), se disolvió el parlamento y un Gobierno interino liderado por el ex premio nobel de economía Muhammad Yunus asumió el poder con la promesa de realizar cambios constitucionales para reformar el sistema electoral y profundizar la democracia. Sin embargo, no ha habido ningún cambio en el patrón de relaciones bilaterales con Israel.

De todos los Estados del Asia Meridional, Nepal es el que mantiene una relación más amistosa y menos complicada con Israel. Gran Bretaña reconoció a Nepal como Estado monárquico independiente en 1923. El movimiento democrático de 1951 finalmente logró que se celebraran las primeras elecciones generales en el país en 1959 y el líder del Congreso Nepalí, el primer ministro B.P. Koirala, visitó Israel por primera vez. Al año siguiente, Nepal se convirtió en el primer país del Asia Meridional en otorgar pleno reconocimiento diplomático a Israel. Israel estableció su embajada en Katmandú en 1961, aunque Nepal instaló la suya en Israel mucho después. Desde entonces, incluso cuando maoístas estuvieron en el poder de 2008 a 2012, las relaciones bilaterales entre ambos países han sido constantes. Es decir, Nepal se hace eco del llamamiento general a la paz en Oriente Medio y a una solución de dos Estados, según la cual Israel y Palestina coexistirían, y declara su apoyo a todas las medidas que promuevan la paz en la región. Pero durante todo este tiempo ha sido muy cauteloso de no forjar relaciones diplomáticas formales con la OLP.

A diferencia de sus países vecinos, Nepal se opuso a la resolución de las Naciones Unidas de 1979 en la que se igualaba el sionismo al racismo, y la cooperación económica ha sido periódica e incluye formación militar impartida por Israel. Además, el creciente turismo israelí en Nepal ayuda a ese país a compensar en parte su gran déficit comercial bilateral. Nepal exporta en gran medida productos de lana, tabaco, yute y productos vegetales, e importa artículos como equipamiento agrícola y maquinaria electrónica. Si bien las proveedoras de cuidados nepalíes son bienvenidas en Israel, la mayoría de las remesas de migrantes provienen de nepalíes que trabajan en la parte árabe de Oriente Medio, lo cual explica por qué en ocasiones Katmandú vota con la mayoría de los países de la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca de determinadas resoluciones relativas al conflicto entre Israel y Palestina, irritando levemente a Tel Aviv.

El Gobierno de Nepal condenó las acciones de Hamás del 7 de octubre de 2023, cuando 10 estudiantes agrícolas nepalíes fueron asesinados en el kibutz Alumim. Pero, al igual que la India, Nepal no utilizó la palabra «genocidio» o «genocida» para describir el ataque de Israel en Gaza, ni se sumó a Sudáfrica en apoyar la intervención de la Corte Internacional de Justicia. Cuando Israel atacó a las fuerzas de mantenimiento de paz de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) en octubre de 2024, Nepal se sumó a otros 33 países que habían aportado personal a la FPNUL en realizar una declaración conjunta que, aunque condenaba el ataque en el sur del Líbano, se aseguró de no mencionar a Israel. En mayo de 2025, sin perjuicio de lo que Israel está haciendo en Gaza, hubo garantías formales de que Israel y Nepal seguirían cooperando y brindando apoyo material y diplomático mutuos.

La era de Modi

Modi asumió el poder en junio de 2014 y no tardó mucho en demostrar que trataría a Israel en forma diferente. Un ejemplo de ello es el contraste entre las dos siguientes situaciones. El 31 de mayo de 2010, Israel había atacado a una flotilla de seis buques que llevaban ayuda a Gaza desde Turquía. Quince activistas internacionales murieron y otros resultaron heridos en el ataque. El entonces Gobierno del Congreso Nacional Indio emitió una declaración oficial de condena al ataque, en la que afirmó que no había justificación para «tal uso indiscriminado de la fuerza», aunque fue cauteloso de no mencionar a Israel. En julio de 2014, supuestamente en represalia por los ataques con cohetes lanzados por Hamás, en los que un soldado y seis civiles murieron, Israel lanzó la Operación Margen Protector, una invasión aérea y terrestre que duró 50 días y destruyó por completo gran parte de Gaza y dejó un saldo de 2.251 palestinos muertos (sin mencionar a los heridos), entre ellos 1.462 civiles. Días más tarde, cuando el partido de oposición en la Lok Sabha (cámara baja del Parlamento indio) propuso una resolución para condenar la respuesta desproporcionada de Israel, Modi la bloqueó. Mientras que, en el pasado, la India apoyaba las resoluciones de condena a Israel de la Asamblea General de las Naciones Unidos, ahora se abstenía más frecuentemente.

En 2017, Modi se convirtió en el primer mandatario indio en realizar una visita oficial a Israel de tres días, con lo cual la relación con ese país ascendió a la categoría de «alianza estratégica». También rompió con una tradición establecida durante visitas oficiales anteriores de la India al no visitar también a los dirigentes palestinos en los territorios ocupados. Por lo tanto, se envió un mensaje deliberado de que la cuestión palestina básicamente no es importante en lo que atañe a los vínculos entre la India e Israel. Según el New York Times ese fue el momento en que el Gobierno de Modi alcanzó un acuerdo para la compra de Pegasus —un programa espía (spyware) de grado militar suministrado por una empresa israelí, el Grupo NSO, que se vende exclusivamente a Gobiernos—. En 2018, el Citizen Lab de la Universidad de Toronto detectó que Pegasus[9]Muchos medios de noticias internacionales informaron que este sistema se había utilizado en 2021 contra la población india, lo cual fue posteriormente confirmado por Amnistía Internacional el 28 … Continue reading estaba siendo utilizado para instalar programas malignos (malware) y realizar vigilancia en 45 países, entre ellos la India. Nuevamente, en 2021, se detectó su uso ilegal para vigilar a al menos 300 indios, entre ellos activistas de derechos humanos, periodistas críticos del régimen de Modi y Rahul Gandhi, líder del partido del Congreso (Shantha 2019). El Gobierno indio no negó ni confirmó la compra y la Corte Suprema abnegó su responsabilidad de exigir una respuesta clara.

El 10 de febrero de 2018, Modi visitó Ramala durante tres horas, donde se reunió con Mahmoud Abbas, el presidente de la Autoridad Palestina. Allí, la India realizó su declaración oficial estándar de apoyo a un Estado palestino «soberano e independiente». Pero, por primera vez, esa declaración no hizo ninguna referencia a un Estado palestino «unido» ni a Jerusalén Oriental como su capital. Esta implicación fue clara. Nueva Delhi aceptaría cómodamente una resolución de dos Estados del estilo de Bantustán en los términos dictados por Israel, si ello ocurría en algún momento. La India ya no tenía un problema moral o político con la violencia israelí contra civiles, ya sea el sitio brutal de Gaza o la expansión de los asentamientos ilegales en Cisjordania. La India saludó los Acuerdos de Abraham de 2020 como un paso positivo hacia la normalización de las relaciones en Oriente Medio, y el 14 de julio de 2022 se creó oficialmente un grupo integrado por la India, Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, también conocido como I2U2, con fines de cooperación económica. Horas más tarde, el puerto de Haifa (el más importante de Israel) se vendió a Adani Ports para que lo operara conjuntamente con la empresa israelí Gador[10]Gautam Adani, gujarati y muy cercano a Modi, es el magnate multimillonario más rico de la India.. El Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC) fue creado durante la cumbre del G20 celebrada en Nueva Delhi el 9 de septiembre de 2023, mediante un memorando de entendimiento firmado por la India, Estados Unidos, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Francia, Alemania, Italia y la Unión Europea. Pero aún no está funcionando y su desarrollo se ha visto retrasado por la guerra en Gaza.

Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, el Gobierno de Modi ha hablado del «horror» y ha asegurado su pleno apoyo a Israel. A medida que continúa el genocidio, Nueva Delhi en ocasiones expresa, de manera imprecisa y endeble, obviedades sobre su apoyo a un alto el fuego y al envío de ayuda humanitaria. A nivel material, las empresas indias, con total connivencia del Gobierno, han proporcionado drones Hermes 900 y municiones a Israel, y le han enviado miles de trabajadores migrantes para sustituir a la fuerza laboral palestina, especialmente en el sector de la construcción (Ramachandran 2024; Marsi 2024; Indian Express 2025).

Desde que finalizó la Guerra Fría, los Gobiernos indios anteriores, no pertenecientes al BJP, habían intentado fortalecer sus vínculos con Estados Unidos y habían recurrido a la diáspora india allí para que ayudara en este esfuerzo. Además, Israel ha sido un vehículo en este sentido, habida cuenta de sus estrechos lazos con Estados Unidos. Pero el Gobierno de Modi ha invertido mucho más esfuerzo y recursos mediante sus propias organizaciones hindutva de la sociedad civil con filiales en Estados Unidos y el Reino Unido, para generar una base de apoyo más amplia allí. El crecimiento y la influencia relativos de los grupos de presión nacionalistas hindúes ha sido mayor en Estados Unidos. Allí, el Comité Estadounidense–Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC) es considerado por muchos grupos similares, incluido el supuestamente bipartidista Comité de Acción Política Estados Unidos-India (USINPAC) y la Fundación Hindú-Estadounidense (HAF), como un ejemplo a seguir. Las relaciones entre esos grupos con AIPAC y el Comité Judío Estadounidense (AJC) han crecido, con el aliento del Gobierno de Modi y de Israel, en el marco de un Congreso estadounidense cada vez más conservador e islamofóbico (Cockburn 2024)[11]Véase también A. Essa (2023) capítulo 4, ‘The Indian Diaspora and the Israeli Lobby in the United States’ in Hostile Homelands: The new alliance between India and Israel. Londres: Pluto Press..

¿Qué se puede esperar de cara al futuro?

Un momento decisivo a nivel mundial fue el fin de la Guerra Fría, con la caída del bloque comunista y su transformación en países capitalistas con diferente grado de control y orientación estatal de la economía. A partir de la década de 1990 hasta ahora hemos visto cada vez a más Gobiernos del mundo hacer un giro hacia una relación más estrecha con Israel, incluso cuando Tel Aviv ha traicionado sistemáticamente, en letra y espíritu, lo que debía hacer en virtud de los Acuerdos de Oslo y de acuerdos posteriores. Gaza se convirtió en la mayor prisión al aire libre del mundo; se expandieron los asentamientos en Cisjordania; el liderazgo de Fatah y la estructura de seguridad de la Autoridad Palestina se convirtieron en subcontratistas de la ocupación ilegal, y la reproducción económica de la Autoridad Palestina se volvió dependiente de la generosidad de Occidente.

Incluso países miembros de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y, ciertamente, países de Oriente Medio y el Norte de África, donde los regímenes dictatoriales y monárquicos han sobrevivido más que en otras partes, hicieron muy poco por impedir la «gestión» de Israel —un feo eufemismo del modo brutal en que ha mantenido y expandido su control de los territorios ocupados—. Además del «eje de la resistencia» liderado por Irán, la otra contratendencia a este cambio constante de los Gobiernos hacia una mayor adaptación a Israel ha sido el creciente apoyo de la sociedad civil a la causa palestina, especialmente en el Reino Unido, Europa Occidental, América del Norte y partes de América Latina, Asia Sudoriental y África, especialmente Sudáfrica, que logró superar el apartheid en el pasado.

Entonces, ¿qué ocurre en la India? Como mencioné al principio, las manifestaciones de la sociedad civil india en solidaridad con los palestinos en Gaza y Cisjordania han sido comparativamente menores que en otros países considerados democráticos. A fin de avanzar en una dirección más positiva y trazar el rumbo futuro debemos entender por qué esto ha sido así, para poder cambiarlo. Un lado de la historia consiste en la represión y las acciones judiciales del Gobierno del hindutva y sus grupos parapoliciales que acosan a grupos en las redes sociales, registran casos falsos en connivencia con la policía y tribunales inferiores, e incluso a veces atacan físicamente a activistas pro palestinos por considerarlos «antinacionalistas» (Gungor 2024). El otro lado de la historia está relacionado con el carácter socioeconómico de la sociedad india.

Si bien la población actual de la India es de alrededor de 1.400 millones de personas, la población activa es de cerca de 640 millones, la mitad de la cual trabaja principalmente en los sectores agrícola, pesquero y minero. Tan solo aproximadamente un 7% trabaja en el sector formal, por lo que recibe salarios periódicos, vacaciones remuneradas, prestaciones de seguridad social y seguridad laboral. El resto se encuentra en el sector informal y no cuenta con ninguna de las protecciones del sector formal, tiene una remuneración inferior y no puede ejercer formalmente el derecho de sindicación (Tehelka 2022). En la situación actual, tan solo alrededor del 3% de la fuerza de trabajo está sindicalizada; la gran mayoría de los sindicatos pertenecen a federaciones controladas por diversos partidos políticos, por lo que obedecen a sus respectivas líneas políticas. La mayor federación sindical está bajo el control del BJP, la siguiente más grande bajo el control del partido del Congreso y, por último, las federaciones más pequeñas están bajo el control de la izquierda y de otros partidos regionales. Lo que ello ha significado durante mucho tiempo es que la gran mayoría de la población ha estado preocupada por cuestiones básicas de supervivencia y cuestiones relacionadas con las libertades y derechos democráticos.

No obstante, este también es el motivo por el cual han surgido movimientos sociales independientes de los partidos políticos. Estos se han centrado en las preocupaciones específicas de las políticas de desarrollo que han provocado sufrimiento económico, en las violaciones de libertades específicas y las formas de discriminación social y regional. El público en general percibe las cuestiones de política exterior como lejanas de las preocupaciones y problemas internos más importantes. Lo que significa que, en general, siguen la línea de pensamiento de las organizaciones a las que están afiliados, ya sea partidos políticos, sindicatos u órganos socioreligiosos con los que se identifican, que brindan apoyo emocional y, en cierta medida, material.

El argumento es sencillo.

A lo largo de los años, las protestas y las grandes manifestaciones a favor de Palestina han tenido lugar esporádicamente en las principales metrópolis: Nueva Delhi, Calcuta, Mumbai, Hyderabad y, ocasionalmente, se han extendido a otros centros urbanos. Estas movilizaciones están siempre organizadas por los principales partidos parlamentarios de izquierda, que recurren a los sindicatos y, en mayor medida, sus ramas estudiantiles, para lograr una participación razonable. Algunos partidos políticos, organizaciones religiosas y órganos estudiantiles musulmanes también están dispuestos a expresar su solidaridad pública, aunque ven a la cuestión palestina desde un prisma religioso, y no desde el humanismo universal[12]Los tres mayores partidos son el Partido Comunista de la India (Marxista), el Partido Comunista de la India y el Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista) (Liberación). Los principales … Continue reading. No es sorprendente que un lugar donde la mayoría de la comunidad musulmana siente una afinidad especial con el sufrimiento de los palestinos en los territorios ocupados es el valle de Cachemira, donde durante decenios hubo una fuerte presencia de personal militar armado de la India. Poco después del 7 de octubre de 2023, tras el ataque israelí hubo plegarias y protestas en varias mezquitas de Cachemira (Zargar 2023). Sin embargo, las autoridades oficiales posteriormente impusieron restricciones para prohibir toda forma de solidaridad con Palestina en Cachemira, que incluyeron advertencias a clérigos musulmanes de no mencionar a Palestina en sus sermones. A pesar de ello, hubo estallidos de acciones de solidaridad, las más recientes en marzo y junio de 2025 (Yusuf 2025; The Wire 2025)[13]Véanse dos textos sobre cómo y por qué los cachemires se identifican con Palestina. Leoni Connah (2024)  y Ather Zia (2024)..

Hasta hace muy poco, las acciones de solidaridad con Palestina por parte de organizaciones laicas e independientes del control político jerárquico no habían sido características, a diferencia de lo que ocurre en Occidente. En las democracias liberales de Occidente la clase media más acomodada (en cuanto a sus ingresos) y con menos preocupaciones sobre sus medios básicos de supervivencia han sido el sector que más se ha preocupado por las cuestiones de política exterior y las posturas adoptadas por sus respectivos Gobiernos. El problema con la denominada clase media india, que en los últimos 20 años ha ido en aumento, es que en promedio su orientación política ha sido más reaccionaria que progresista, de ahí que haya un mayor apoyo a BJP y el hindutva en términos más generales, no solo entre la élite, pero también en las capas superior, media y más baja de lo que se denomina clase media.

No obstante, hay secciones progresistas dentro de la clase media, que se han vuelto más numerosas y, debido a las redes sociales, también se han vuelto más conscientes de lo que está sucediendo en el mundo y en Palestina, en particular. Esta sección, especialmente los jóvenes, ha ampliado la base sociopolítica más allá de los partidos de izquierda organizados y grupos y agrupaciones (que, debido al tamaño continental de la India, son numerosos) para defender una serie de causas progresistas y asumir compromisos con las luchas de las personas más desfavorecidas desde el punto de vista económico, político y cultural. Ahora ha surgido una variedad de grupos de solidaridad con Palestina en todo el país. 

Algunos están vinculados con órganos culturales, políticos o religiosos (musulmanes) existentes. Otros son agrupaciones de solidaridad independientes que son progresistas y, por consiguiente, generalmente más críticas del hindutva y del Gobierno de Modi. Estos grupos participan juntos en diferentes acciones organizadas por grandes partidos de izquierda y sus grupos afiliados de mujeres, estudiantes y sindicatos, que movilizan de cientos a miles de personas[14]Las grandes organizaciones musulmanas también pueden organizar movilizaciones similares. Por ejemplo, en el Día de Al-Quds, el 29 de marzo de 2025, la fundación Shia Isna Ashari Youth movilizó a … Continue reading. También llevan a cabo sus propias acciones individualmente o en ocasiones en colaboración con otros grupos similares. Han brindado información, análisis y videos en las redes sociales en inglés, hindi e idiomas regionales. También han realizado acciones callejeras de pequeña escala para distribuir folletos, generalmente en estados donde no gobierna el BJP. Pero incluso en esos estados se trata de protestas muy rápidas en un mercado o lugar con mucha gente, y se van antes de que llegue la policía. Entre mayo y mediados de junio de 2025, McDonald’s y Domino’s Pizza han sido blanco de protestas del movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS). Estas protestas tuvieron lugar en diversas ciudades, como Hyderabad, Pune, Nueva Delhi, Mumbai, Chandigarh, etcétera. Cabe mencionar también la formación de los Bailarines Indios por los Niños de Gaza, que a través de sus actuaciones recaudan dinero para ayuda humanitaria y están relacionados con el Princess Basma Centre para niños con discapacidad. Todo esto es bastante nuevo y es una expresión del modo en que Palestina ha captado la imaginación de un número cada vez mayor de indios, especialmente jóvenes[15]Algunos grupos que surgieron y están activos en diversas partes del país, o se han vuelto más activos después de octubre de 2023, son Amigos de Palestina, Indios por Palestina, el Foro de Amistad … Continue reading. Sigue siendo una dura batalla contra el Estado indio, pero se han logrado avances. 

Entonces, ¿cuál es el rumbo futuro? Casi todos los Gobiernos en sus posiciones oficiales dicen que están a favor de una solución de dos Estados para resolver el conflicto entre Israel y Palestina. Esta ha sido una excusa conveniente para encubrir el fracaso de estos Gobiernos, es decir, su desinterés y falta de voluntad para hacer algo significativo, ya sea a nivel individual o colectivo, para hacerlo realidad.

Dejando de lado a Gaza, la expansión de los asentamientos y las intervenciones armadas de Israel en Cisjordania, a menudo con el permiso y hasta la connivencia de Fatah, ha destruido efectivamente toda posibilidad de que los palestinos obtengan, en el mejor de los casos, una porción  reducida y sin recursos de su territorio —un Bantustán—, si acaso logran eso. Erradicar todos los asentamientos judíos ilegales en lo que denominan Judea y Samara es equivalente a pedirle a Israel que corra el riesgo de entrar en una guerra civil. De hecho, el ataque de Hamás en 2023 ha servido de excusa para defender abiertamente y perseguir práctica y sistemáticamente lo que muchos políticos de derecha y extrema derecha e incluso centristas en Israel consideran su «solución final».

Sin duda este es un proceso de largo aliento, pero uno que ahora se ha puesto en marcha. En Gaza implica apropiarse de gran parte o la totalidad del norte de la Franja de Gaza. Significa alentar a una mayor despoblación mediante el hambre, la desnutrición, las enfermedades, los ataques militares y más desplazamiento a un confinamiento en condiciones peores que una cárcel en partes restringidas del Sur. El objetivo es hacer que la vida sea imposible para la mayoría, o incluso para todos.

El plan más reciente es no permitir el ingreso de las instituciones de las Naciones Unidas y desembolsar una ayuda mínima tan solo en unos pocos puntos de distribución. Este plan no está destinado a satisfacer adecuada y plenamente las necesidades básicas de alimentación, atención de salud y vivienda de la población de Gaza, sino a tranquilizar a los aliados de Israel que luego pueden «con la consciencia más limpia» permanecer callados mientras continúa la limpieza étnica. De este modo, se crearán las condiciones para que cada vez más palestinos en Gaza opten por ser «trasladados voluntariamente» a otros países.

Aquí, el Gobierno de Trump está contactando a diversos países —Sudán, Somalia, Somalilandia (Estado secesionista), Libia e Indonesia aparentemente han recibido ofertas financieras y de otra índole—. En Cisjordania, se extenderán los asentamientos ilegales y el control de los palestinos se hará «gestionable» mediante una mezcla de represión y sobornos de sus dirigentes. Para Tel Aviv y Washington también existe la posibilidad de contemplar una versión específica de la «opción de Jordania». Ello implicaría aplicar una estrategia similar de incentivos y amenazas a sus dirigentes para que Jordania se convierta, en gran parte o en su totalidad, en la patria de los palestinos, es decir, donde reasentar a los palestinos de Cisjordania. No obstante, tanto en el caso de Gaza como de Cisjordania, aún falta mucho para poder hacer realidad las ambiciones israelíes.

Enfoque en el apartheid

Para anular completamente el proyecto israelí, la pregunta clave es ¿cómo cambiar la relación política de fuerzas y poder a favor de la lucha palestina y en contra de Israel? Para empezar, no se debería centrar la atención en el fin último —ya sea una solución de dos Estados o de un Estado—. Esa decisión corresponde a los palestinos. En cambio, la presión política debe centrarse en el carácter de Israel como el único Estado de apartheid colonial de asentamientos. Israel niega la igualdad de derechos a la población no judía y palestina dentro del territorio. Niega, incluso como ocupante ilegal, los derechos de la población ocupada en virtud del derecho internacional. Niega el derecho de retorno a las familias y descendientes de los palestinos que fueron desplazados por la fuerza, a pesar de que esa fue una condición que Israel aceptó formalmente para convertirse en miembro de las Naciones Unidas. El discurso de igualdad, derechos, justicia y democracia de algún modo se convierte en una forma de unificar tres ámbitos de lucha importantes, y en el caso de la India, el enfoque en el apartheid llega a una base más amplia.

El enfoque en la naturaleza de Israel como Estado colonial de asentamientos y apartheid también abre la posibilidad de hablar de los palestinos que son ciudadanos de segunda clase en Israel, y de la diáspora palestina, que se ha convertido en una fuente externa de apoyo más importante, habida cuenta de su creciente influencia en el público y los Gobiernos, especialmente en Occidente. La lucha por derechos democráticos también permite que se incluya en la conversación a los países árabes vecinos que, en su mayoría, siguen sufriendo dictaduras de diversos tipos. Hay una relación recíproca entre los avances progresistas y las resistencias exitosas, ya sea en los territorios ocupados o en el mundo árabe.

Las autocracias que gobiernan en Oriente Medio y el Norte de África tienen más motivos para temer estos acontecimientos, que el propio Israel. Si una de estas dictaduras fuera derrocada y reemplazada por un Gobierno democrático estable y duradero, todo el panorama regional e incluso mundial cambiaría para mejor. Daría gran impulso a la lucha palestina; tendría un gran efecto dominó en otras dictaduras; obligaría a los poderes externos más importantes a reevaluar los patrones existentes de alianzas y el pensamiento detrás de ellas. Aún no ha surgido un régimen democrático estable en la región, pero es seguro que a la primera y segunda ola de levantamientos árabes (comienzos de 2010 y 2018-2024) le sucederá una tercera ola que nuevamente tendrá la posibilidad de lograr el cambio más deseado.

El aforismo de que el camino a Jerusalén (en el sentido de la liberación y justicia para Palestina) quizá tenga que pasar por El Cairo y Ammán sigue siendo cierto. En cuanto a una mayor unificación de la finalidad y la práctica entre las diferentes facciones palestinas y una mayor rendición de cuentas democrática de los dirigentes a la población palestina dentro y fuera de los territorios ocupados, esperemos que se cumpla la promesa realizada en marzo de 2025 de celebrar elecciones del Consejo Legislativo Palestino y de un nuevo presidente de la Autoridad Palestina. Además, pronto se celebrará el Consejo Nacional Palestino (el parlamento mundial de la OLP que es un órgano que abarca a todos los grupos políticos palestinos y cuenta con más de 700 representantes), que se reunió por última vez en 2018 y que está a cargo de elegir al Consejo Ejecutivo de la OLP. El pueblo palestino se lo merece[16]En mayo de 2024 cuando Sudáfrica organizó una conferencia que reunía a representantes de diversos grupos de solidaridad y ONG que apoyan a Palestina, tuve la oportunidad de conocer personalmente … Continue reading.

Independientemente de si este cambio estratégico ocurrirá y cuándo, el camino para reforzar la labor de solidaridad en la India es claro. Israel es el único Estado de apartheid colonial de asentamientos del mundo. Todos los partidos de la India, incluido el partido nacionalista hindú Jan Sangh, precursor del BJP, se opusieron al apartheid en Sudáfrica y apoyaron la misma postura que todos los Gobiernos indios que impusieron un embargo diplomático, comercial, cultural y deportivo en su contra. Esta es una historia que ahora puede y debe utilizarse en contra del Gobierno actual y de la gran variedad de organizaciones hindutva. Es sorprendente que los principales partidos de izquierda de la India no hayan utilizado más este argumento[17]Ellos son el Partido Comunista de la India (CPI); el Partido Comunista de la India-Marxista (CPI-M o CPM) y  el Partido Comunista de la India-Marxista-Leninista-Liberación (CPI-ML-Liberación).. Habida cuenta de su relativo mayor tamaño y recursos que los grupos de izquierda más pequeños, en ocasiones han estado a cargo de organizar protestas públicas de apoyo a Palestina. Pero aún no están dispuestos, a pesar del genocidio actual, a instar a la India a que rompa relaciones diplomáticas con el Estado de apartheid que es Israel e imponga un embargo de armas y otras sanciones, incluido un llamamiento al retorno de todos los trabajadores migrantes indios.

Por supuesto que el Gobierno indio actual no lo hará, ni tampoco se sumarán a este llamamiento los partidos de oposición al BJP. Pero es una postura que debe adoptarse ahora para ganar a más miembros del público, ejercer presión para que Nueva Delhi retroceda y atraer a más seguidores a la política de la izquierda a nivel nacional.

Resulta evidente que existen similitudes fundamentales entre el Gobierno actual de inspiración hindutva y el régimen sionista israelí. Israel es un Estado de apartheid, no una democracia o una «etnocracia»[18]Sammy Smooha, un intelectual israelí, ha intentado mitigar y distraer la atención del carácter de apartheid de Israel al denominarlo “etnocracia” y, lamentablemente, Christopher Jaffrelot … Continue reading. India bajo el régimen de Modi aún no es un Estado de apartheid, pero está en camino de serlo (Vanaik 2022). Sin embargo, la posición de la mayoría de los judíos de Israel y los asentamientos es muy diferente de la de la gran mayoría de indios. No sufren ni por lejos el mismo nivel de pobreza ni de inseguridad material que la mayoría de los hindúes. Hay un sistema de castas pernicioso en la India que afecta mayoritariamente, aunque no únicamente, a los hindúes. Hay mucha más violencia diaria y corrupción generalizada en la India, y el poder de clase y de castas erosiona los derechos democráticos y manipula la ley en detrimento de los más pobres, que en el caso de los judíos de Israel, a pesar de la discriminación racial y las relaciones de poder desiguales entre ellos.

Para las organizaciones y los movimientos que se han centrado específicamente en promover la solidaridad con Palestina, la lección es clara. Deben unirse a las otras fuerzas que resisten al hindutva en los frentes político-democrático, económico y cultural. Es decir que para promover la causa palestina en la India no basta simplemente con centrarse en la solidaridad. Ese es también el modo de crear un ámbito más amplio de compasión humana e institucional y apoyo a la causa palestina.

¿Qué implicaría un enfoque de este tipo en términos prácticos? Hay una serie de organizaciones que participan en actividades que defienden las libertades civiles y los medios de subsistencia de la población. Uno de esos órganos que intenta operar a nivel extrarregional y nacional es la Unión Popular para las Libertades Civiles (PUCL), que ahora ha comenzado a abordar la cuestión del genocidio perpetrado por Israel. También existe la Alianza Nacional de Movimientos Populares (NAPM), una red de diversas luchas populares y progresistas con 30 años de trayectoria.

Para consternación e ira del Gobierno indio, el Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial ha afirmado en reiteradas ocasiones que el sistema de castas entra en el ámbito de aplicación de la Convención contra la discriminación racial, dado que es una forma institucionalizada de discriminación sobre la base de la ascendencia y la ocupación. Mientras que la Constitución india prohíbe la «intocabilidad», no considera que el sistema de castas sea ilegal en sí mismo. Nuevamente, aquí es donde la labor de solidaridad con Palestina puede alinearse no solo con fuerzas que luchan contra la islamofobia, sino también con los dalits, otras castas inferiores y grupos que se oponen al sistema de castas. No hay que olvidar que las políticas agrícolas y mineras neoliberales de la India están desplazando a medianos y pequeños campesinos y poblaciones indígenas en el cinturón del bosque central y en el noreste del país.

La cooperación tecnológica de Israel en la agricultura y sus conocimientos en materia militar probablemente promuevan este proceso de corporatización, habida cuenta de las relaciones de clase existentes en la India. Sus capacidades y equipamiento militares y de cibervigilancia están siendo desplegados de algún modo para enfrentar a quienes se oponen a ese desplazamiento forzoso. Es aún más necesario reconocer los patrones similares que afrontan muchos indios y palestinos. Construir estas solidaridades colectivas a nivel nacional es necesario y puede dar mayor peso a los esfuerzos actuales para establecer vínculos con otros grupos y redes de solidaridad palestina en diversos países a fin de intercambiar información y forjar declaraciones y programas de acción comunes.

Hay mucho trabajo por hacer. ¡Manos a la obra!

(Las opiniones expresadas en el presente artículo pertenecen a sus autores y no reflejan necesariamente las opiniones o posturas del TNI.)

 

Apéndice

Sionismo en Israel e hindutva en la India: semejanzas y diferencias

El mito fundacional

Estos dos nacionalismos supremacistas religiosos han inventado un pasado basado en mitos fundacionales.

Por un lado, Israel afirma que los judíos eran los habitantes originarios de su tierra. Esto es un mito. Incluso el Antiguo Testamento hace referencia a tribus predecesoras como los cananeos, los jebuseos y los filisteos. El famoso libro de Shlomo Sand La invención del pueblo judío refuta el mito de su exilio forzoso en el siglo I. Asia Occidental, al igual que Asia Meridional, estaba atravesada por diferentes patrones migratorios. Los judíos ashkenazi, sefaradíes y de origen negro son descendientes de conversos en Eurasia y África. A excepción de un número pequeño, no tienen historias familiares territoriales-generacionales de haber residido durante mucho tiempo en el territorio que hoy es Israel, y no se compara remotamente con la historia de los palestinos en ese territorio antes de su expulsión forzada.

Por su parte, para los ideólogos del hindutva, los hindúes supuestamente son descendientes directos de los arios, que a su vez supuestamente son originarios de la India. Se ha demostrado que esto es lingüística y genéticamente falso, y que la civilización más antigua del valle del Indo no es védica, y precede la era védica unos 2.000 años. Los vedas, en sánscrito antiguo, que era el idioma de ese pueblo caracterizado como ario, pertenecen la periodo conocido como era de bronce tardía, lo que supuestamente confirma la existencia de los arios como los habitantes originarios. Además, la comunidad religiosa hindú se construyó con el tiempo mediante la incorporación de diversas comunidades, sectas, tribus, etc., que se identificaban principalmente como no hindúes, y en muchos casos sigue siendo así.

Exclusividad fundacional

El sionismo no es antimusulmán, sino fundacionalmente antipalestino. Pero Israel no tiene inconveniente en subirse al tren de la islamofobia actual.

Por su parte, el hindutva es fundacionalmente antimusulmán.

Perpetuar la victimización

Ambas ideologías promueven constantemente un sentido de victimización, aunque en modos diferentes.

El Estado explícitamente judío tiene unas fuerzas armadas profesionales que técnicamente son las más sofisticadas y poderosas de la región, capaces, de ser necesario, de derrotar a todas las fuerzas militares convencionales de los países árabes vecinos en conjunto. Además, tiene armas nucleares y cuenta con el apoyo de la mayor potencia militar del mundo, Estados Unidos. Pero no deja de insistir en su «inseguridad existencial» y regional. Es un Estado militar con una mentalidad militar cultivada intencionalmente (por ejemplo, hay servicio militar obligatorio).

En la India, la idea de que una población musulmana minoritaria pueda en algún momento dominar a la población hindú resulta absurda. Entonces para cultivar un sentido de victimización entre los hindúes, la gran familia de fuerzas del hindutva (denominada Sangh Parivar) debe promover la política de venganza histórica, crear «conflictos» artificiales alegando el «aplacamiento» de los musulmanes mediante las políticas del Estado o de otros partidos que «discriminan» a los hindúes. Se debe cultivar el temor a los musulmanes mediante afirmaciones del estilo de que son propensos al terrorismo; que sus hombres seducen y se casan con mujeres hindúes; que su índice de población es mucho más alto; y que priorizan las lealtades externas, especialmente con Pakistán. 

Apoyo internacional

El sionismo goza de un apoyo considerable a nivel internacional. Al punto que el antisionismo es equiparado con el antisemitismo y, por consiguiente, igualado al racismo.

No obstante, hay mucho menos apoyo internacional al hindutva. Sin duda, ser anti hindutva aún no es considerado en el extranjero como ser antihindú. Pero los defensores del hindutva, en la India y en el extranjero, hacen cada vez más referencia a una supuesta expansión de la «hindufobia».

Derecho de retorno

En Israel, no hay derecho de retorno para los palestinos desplazados en guerras o de otro modo desde 1947-1948 en adelante. Pero existe un pleno derecho de retorno para los judíos de cualquier parte del mundo, lo que hace de Israel el único país del mundo que no es un Estado de sus ciudadanos, sino de todos los miembros de una religión específica.

En la India, independientemente de cuál sea la aspiración final de las fuerzas del hindutva, existe la Ley de Ciudadanía (enmendada), que ofrece la naturalización mediante procedimiento acelerado a minorías no musulmanas (mayoritariamente hindúes) provenientes de países vecinos de mayoría musulmana como Afganistán, Bangladesh y Pakistán. Este es el tipo de «derecho de retorno de vecinos», cuya naturaleza antimusulmana queda de manifiesto en su aplicación exclusiva a países vecinos islámicos y no a países con población mayoritariamente budista, como Myanmar o Sri Lanka. Por primera vez en la India, la discriminación religiosa ha quedado plasmada en una ley relativa a la ciudadanía.

Violencia y desorden

Hay violencia rutinaria contra palestinos en los territorios ocupados y también, en ocasiones, dentro de Israel. Pero para los judíos, el régimen no es anárquico; y, a pesar de las crecientes desigualdades económicas, existen medidas de bienestar y sus derechos cívicos están en general protegidos.

En la India, existe violencia contra los musulmanes, pero para la mayoría de hindúes y no-hindúes, la vida es difícil y la violencia de todo tipo —de castas, étnica, de género, de clase, religiosa, de pandillas, policial— atraviesa a toda la sociedad y es acompañada de medidas de bienestar insuficientes.

Partidos de la oposición

Todos los partidos no árabes en Israel defienden el sionismo y, por consiguiente, los principios fundacionales en los que se basa el Estado. Hay porciones, aunque cada vez menos, de antisionismo o pos sionismo en la sociedad civil israelí.

En la India, aparte de los partidos de izquierda, todos los demás partidos de la oposición al BJP responden a una forma atenuada del hindutva. Una postura de nacionalismo beligerante tiene aún más apoyo del público en general. Sin embargo, en un país con el tamaño y la diversidad de la India, hay una fuerte hostilidad generalizada hacia el hindutva en la sociedad civil.

Vigilancia y apartheid

Israel es un Estado de vigilancia con respecto a los palestinos. También es un Estado de apartheid de jure.

India está encaminado a convertirse un Estado de vigilancia y las fuerzas del hindutva intentan establecer al menos un Estado de apartheid de facto, en el cual las «comunidades enemigas» (especialmente los musulmanes) sean efectivamente ciudadanos de segunda clase.

La definición de apartheid del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, tras haber descrito un conjunto de actos inhumanos en el párrafo 1, más adelante dispone: «Por ‘el crimen de apartheid’ se entenderán los actos inhumanos de carácter similar a los mencionados en el párrafo 1 cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen».

 

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Notas[+]

Notas
1 El segundo máximo lider de la RSS (1940-73) M.S. Golwalkar, en su libro We or Our Nationhood Defined de 2939, tomando inspiración de Hitler, afirmó que la India pertenece a los hindúes y que las minorías del país, como los musulmanes deberían ser tratadas del mismo modo que los nazis trataron a los judíos. La posterior creación del Estado sionista de Israel ahora sirve de modelo para la creación de un Estado Indio Hindú. Para conocer un estudio sobre las similitudes y diferencias ideológicas y políticas entre los proyectos sionista e hindutva, véase mi artículo (Vanaik 2022).
2 Se trató de la lucha más larga y ferviente contra el régimen colonial británico en la primera mitad del siglo XX. Hubo una huelga general y resistencia armada durante seis meses que fueron reprimidas brutalmente. Posteriormente se crearon comisiones de investigación y propuestas para estabilizar el control. Véase Ilan Pappe, A History of Modern Palestine: One Land Two Peoples, capítluo 3, Cambridge University Press, 2004. Para más información sobre la reacción a la propuesta británica de los líderes del partido Congreso Nacional Indio que en ese entonces lideraba el movimiento nacional, véase Azad Essa, Hostile Homelands, (Pluto Press, 2023; pp. 3-7).
3 Ahora se estima en general que quedan menos de 5.000 judíos en el país.
4 El entonces recientemente formado Gobierno de Toda Palestina estaba subordinado a la Liga Árabe y a Egipto. La Organización de Liberación de Palestina (OLP), como órgano integrado por diversos grupos, se creó recién en 1964, y tan solo después de la derrota de los países árabes en la guerra de 1967, la OLP (bajo el mando de Yasser Arafat, como líder de la facción dominante Fatah) se convirtió en un órgano más autónomo que persigue los intereses palestinos.
5 En 1991 la India votó para anular esta misma Resolución.
6 Véase el capítulo ’Crises and Debates‘  en Nicolas Blarel (2015) The Evolution of India’s Israel Policy.
7 El escritor indio sobre asuntos estratégicos, Bharat Karnad, ha escrito una explicación que registró de un ex director de inteligencia israelí retirado, el General Aaron Yaariv, de esta misma propuesta que Indira Gandhi recibió en 1982, y consideró seriamente (Bharat Karnad (2016
8 Azad Essa es un ex corresponsal de Al Jazeera en Sudáfrica, que informaba periódicamente sobre Cachemira.
9 Muchos medios de noticias internacionales informaron que este sistema se había utilizado en 2021 contra la población india, lo cual fue posteriormente confirmado por Amnistía Internacional el 28 de diciembre de 2023, ‘India: Damning new forensic investigation reveals repeated use of Pegasus spyware to target high-profile journalists’.
10 Gautam Adani, gujarati y muy cercano a Modi, es el magnate multimillonario más rico de la India.
11 Véase también A. Essa (2023) capítulo 4, ‘The Indian Diaspora and the Israeli Lobby in the United States’ in Hostile Homelands: The new alliance between India and Israel. Londres: Pluto Press.
12 Los tres mayores partidos son el Partido Comunista de la India (Marxista), el Partido Comunista de la India y el Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista) (Liberación). Los principales partidos políticos musulmanes son: la Asamblea de la Unión de los Musulmanes de Toda India (AIMIM), en el estado de Telengana y la Liga Musulmana de la Unión India (IUML) en Kerala. Los grandes grupos religiosos son Jamiat Ulema-e-Hind y Jamiat-e-Islamia Hind. En Cachemira existe el grupo Anjuman-e-Islamia. Dos órganos estudiantiles musulmanes activos son la Organización Islámica Estudiantil (SIO) y la Federación de Estudiantes Musulmanes (MSF).
13 Véanse dos textos sobre cómo y por qué los cachemires se identifican con Palestina. Leoni Connah (2024)  y Ather Zia (2024).
14 Las grandes organizaciones musulmanas también pueden organizar movilizaciones similares. Por ejemplo, en el Día de Al-Quds, el 29 de marzo de 2025, la fundación Shia Isna Ashari Youth movilizó a varios miles de personas en una marcha por Palestina en Mumbai.
15 Algunos grupos que surgieron y están activos en diversas partes del país, o se han vuelto más activos después de octubre de 2023, son Amigos de Palestina, Indios por Palestina, el Foro de Amistad India-Palestina, Indian People in Solidarity with Palestine, BDS India, India-Palestine Solidarity Action Campaign y la Red de Solidaridad India-Palestina.
16 En mayo de 2024 cuando Sudáfrica organizó una conferencia que reunía a representantes de diversos grupos de solidaridad y ONG que apoyan a Palestina, tuve la oportunidad de conocer personalmente Mustafa Barghouti, que dirige la Palestinian Medical Relief Society en Cisjordania y también es Secretario General de la Iniciativa Nacional Palestina. Se mostró entusiasta de que se celebrarán las elecciones prometidas y dijo que consideraría presentarse como candidato a la presidencia.
17 Ellos son el Partido Comunista de la India (CPI); el Partido Comunista de la India-Marxista (CPI-M o CPM) y  el Partido Comunista de la India-Marxista-Leninista-Liberación (CPI-ML-Liberación).
18 Sammy Smooha, un intelectual israelí, ha intentado mitigar y distraer la atención del carácter de apartheid de Israel al denominarlo “etnocracia” y, lamentablemente, Christopher Jaffrelot también utiliza este término para describir tanto a Israel como a la India. No debería utilizarse para describir a Israel, aunque tiene un cierto valor cuando es utilizado para describir la situación de la India en la actualidad.
Achim Vanaik

Achin Vanaik, miembro y asociado del TNI desde 1987, es profesor jubilado de Relaciones Internacionales y exdirector del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Delhi, además de activista de toda la vida por el desarme nuclear. Es miembro activo de la Coalición para el Desarme Nuclear y la Paz (India) y de la Campaña India para el Boicot Académico y Cultural a Israel, que trabaja para presionar a Israel para que cumpla con el derecho internacional.

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