La semana pasada, una moción de censura de los partidos de izquierda franceses derribó al primer ministro conservador Michel Barnier. Pero ahora el Parti Socialiste amenaza con romper la alianza de izquierda en favor de una coalición con Emmanuel Macron y la centroderecha.
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La moción de censura contra el Gobierno de Michel Barnier pone de manifiesto el fracaso del proyecto neoliberal de Emmanuel Macron. Lejos de reactivar el centro liberal, el presidente ha sumido a Francia en una crisis política de dimensiones históricas.
En nombre de una oposición constructiva, Marine Le Pen ha dado a conocer sus condiciones para tolerar al nuevo primer ministro Michel Barnier. Su partido quiere demostrar que está preparado para gobernar, pero su postura respecto a los planes de austeridad de Barnier es ambigua.
Luego de que Macron nombrara primer ministro al conservador Michel Barnier hubo protestas en toda Francia. La decisión alimenta las acusaciones de que Macron ignora el resultado de las elecciones de julio, pero también pone a la victoriosa alianza de izquierda en la cuerda floja.
Las elecciones de Francia en julio dieron un primer lugar sorpresa al Nuevo Frente Popular, que ahora exige el derecho a gobernar. Para cambiar realmente el país, necesita ampliar su base de apoyo entre los no votantes y la clase trabajadora.
Emmanuel Macron afirma que «nadie» ganó las elecciones francesas. En un artículo de opinión, Jean-Luc Mélenchon insiste en que la izquierda fue la primera, y tiene derecho a gobernar.
Ante el auge de la extrema derecha en Francia, Frédéric Lordon reflexiona sobre los riesgos de la situación política actual, el posible papel del Nuevo Frente Popular y los límites de las posiciones ultraizquierdistas en estas coyunturas.
La crisis política que vive Francia ha entrado en una fase aguda. La extrema derecha parte con ventaja para las elecciones, pero el Nuevo Frente Popular puede plantarle cara si los movimientos sociales intervienen activamente en la contienda.
El Nouveau Front Populaire de los partidos de izquierda tiene una posibilidad real de detener a la extrema derecha, y ha presentado un programa radical para reconstruir la deteriorada democracia francesa.