La profunda crisis de régimen que atraviesa Colombia guarda semejanzas con el fenómeno que Gramsci denominaba «crisis orgánica».
Notas publicadas en Colombia
Durante semanas, los colombianos han permanecido en las calles desafiando el violento modelo social y económico de su país.
La tenacidad del pueblo de Cali no se explica solo por la oposición a la reforma tributaria: estamos ante un acumulado histórico de luchas que parece haber encontrado, por fin, una ocasión para aflorar al unísono.
En Colombia, la propuesta de una reforma tributaria profundamente regresiva fue la gota que derramó la copa y que llevó a miles de personas a unirse a la masiva jornada de paro nacional de este miércoles 28 de abril.
En Colombia existieron 6402 civiles asesinados por militares y presentados como combatientes. El 78% de esas muertes tuvo lugar durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez.
En contraste con las falaces imágenes creadas por las élites y alimentadas por los medios de comunicación hegemónicos, Colombia es hoy un país al borde del estallido social, con crudas cifras de desigualdad, pobreza, desempleo y asesinatos políticos.
Desde el mes de septiembre, Colombia atraviesa por un nuevo momento de la movilización popular que ha puesto a relucir, de manera clara, el talante autoritario del gobierno de Iván Duque.
El uribismo deambula en un pantano de sangre y de lodo. La crisis neoliberal le ha impedido pararse firme ya pasados dos años del gobierno de Iván Duque, y su voraz deseo de guerra se promociona con la muerte de sus opositores.