Un aporte crítico para comprender las transformaciones que impulsó la reforma laboral de 2019 en México.
Notas publicadas en Trabajo
Los patrones utilizan la tecnología para desempoderar a los trabajadores. Pero tomando el control del proceso laboral, los trabajadores pueden emanciparse
Las transferencias monetarias del tipo del ingreso básico universal dicen ser una alternativa al Estado del bienestar. Pero en la mayoría de los casos son promovidas por una izquierda que abandonó la esperanza en el socialismo y sectores de derecha.
Bajo el capitalismo, la automatización destruye puestos de trabajo. En el socialismo, sería un instrumento de liberación.
La inteligencia artificial está a punto de succionar el alma del arte. En un mundo en el que se permita a las máquinas sustituir a los artistas, toda la cultura será simplemente una versión cada vez más reducida y derivada de lo que ya existe.
El trabajo no está desapareciendo, pero las organizaciones construidas a su alrededor fueron sepultadas. Mientras que los antiguos partidos obreros rompen amarras con los intereses de los trabajadores, la derecha logra movilizar partes cada vez más grandes de la clase obrera.
El lanzamiento del smartphone por parte de Apple en el año 2007 fue un verdadero hito, cuya trascendencia puede ser comparada con la implementación de la cinta de montaje de Ford.
La nueva película Unrest ofrece varios condimentos poco habituales: un retrato magnífico del proceso laboral, un papel protagónico para el geógrafo anarquista Pyotr Kropotkin y una imagen precisa de la lucha por el control del trabajo en las fábricas.
La idea de que la IA acabará con todos los puestos de trabajo está generando muchos titulares apocalípticos. No es de extrañar: en una sociedad sin políticas favorables a los trabajadores, la reasignación de la mano de obra puede ser un desastre.