Si Javier Milei saltó de los márgenes al centro, fue porque logró hablar el lenguaje de vastos sectores sociales que tuvieron que hacerse cargo de sí mismos mientras la pandemia, la inflación y la clase política los dejaban a la intemperie.
Notas publicadas en Sociedad
En febrero de 1924 nacía E. P. Thompson. Su obra ofrece perspectivas vitales sobre el desarrollo de la conciencia de clase, pero también refleja el modo en que parte de la izquierda del siglo XX fue perdiendo el interés por el análisis clasista.
Algunas tecnologías aumentan la productividad, pero otras remodelan nuestra sociedad y nuestra fisiología. Sea cual sea el futuro de la IA, la estrategia socialista debe ser la misma: incrementar el poder del trabajo.
Tras participar en el levantamiento de la izquierda radical italiana, Franco Ramella se dedicó a escribir sobre la historia temprana del capitalismo y la resistencia de la clase obrera en Italia. Su brillante obra tiene fuertes ecos del famoso trabajo de E. P. Thompson.
En Argentina volvieron las asambleas, con debates democráticos en plazas públicas, capacidad de movilización y divisiones. Un regreso a la historia de 2002 puede ayudarnos a entender el origen de esas ganas de participación directa y autoorganización.
El salvadoreño Nayib Bukele, uno de los grandes aliados de Javier Milei en la región, no tuvo ningún problema en recurrir a los más variados métodos de fraude electoral cuando vio que las elecciones podían no resultar tan favorables para su partido.
Las élites colombianas están decididas a no dejar que Gustavo Petro cumpla todo su mandato. Mientras los funcionarios judiciales lo atacan, los vínculos de la extrema derecha con los cárteles de la droga siguen sin ser investigados.
Los conservadores suelen invocar la ética del trabajo para atacar a los pobres y a los desempleados. Pero, en un principio, el concepto implicaba una crítica a la ociosidad de los ricos. Debemos recuperar su sentido original.
La causa palestina no es tan solo una lucha por la defensa de los más básicos derechos humanos, sino una de las luchas antimperialistas más significativas de nuestro tiempo.
La CIA y los militares chilenos han sido considerados, con razón, los principales culpables del golpe contra Salvador Allende. Pero no debemos pasar por alto el importante papel que desempeñó la clase media chilena.