El cierre de un ciclo histórico para la izquierda global deja un panorama de desilusión. Mientras la extrema derecha avanza, la izquierda enfrenta su mayor crisis en décadas. Pero la situación sigue abierta e inestable. Es fundamental recoger pronto las lecciones del periodo pasado.
Notas publicadas en Número 10
Por primera vez en la historia, una debacle económica de dimensiones globales se combinó con el ápice de una crisis subjetiva del proletariado. Este es el contexto en el que la extrema derecha está ganando terreno.
/tɹoʊl/, /tɹɑl/: En la mitología escandinava, ser maligno que habita en bosques o grutas. En internet…
Durante su primer siglo de existencia, la izquierda organizada se movilizó en torno a la «cuestión obrera»: quien determina qué y cómo se produce. Pero en los últimos años ha abandonado esta cuestión en favor de la desigualdad… Por su propia cuenta y riesgo.
La izquierda global ha atravesado transformaciones profundas desde los años setenta, que fueron desde el auge de los movimientos sociales hasta los ciclos de protestas sin líderes y el retorno al populismo. El resultado ha sido el agotamiento estratégico, y para revertirlo resulta indispensable volver a poner en el centro la organización política de clase
Tras el fin del «momento populista» que permitió un crecimiento tan masivo como fugaz de numerosas organizaciones de izquierda, es necesario un balance riguroso de los pocos beneficios y muchos problemas que dejó esa apuesta.
Aunque existen circunstancias en las que es posible lograr una distribución del ingreso menos desigual, pensar que el capitalismo puede ser domesticado hasta convertirlo en un sistema justo es una fantasía.
El debate sobre la estrategia socialista ha resurgido en los últimos años, y la llamada «vía democrática al socialismo» cobra centralidad como enfoque alternativo tanto a la socialdemocracia como al leninismo. Pero no debemos dejar que sus virtudes nos hagan pasar por alto algunas de sus importantes debilidades.
El triunfo de Javier Milei expresa una profunda crisis social previa, canalizando sentidas demandas de orden de los sectores
populares. Las tensiones derivadas del núcleo autoritario de su proyecto chocan con la democracia y lo empujan objetivamente
a una ruptura institucional.
Más allá de los cuestionamientos por izquierda y por derecha, el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela se caracterizó por una constante apuesta a la radicalización, aún bajo la constante ofensiva de Washington.