La política arancelaria del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos representa una reconfiguración del comercio global y plantea serios desafíos para los movimientos contra los tratados de libre comercio en todo el mundo.
Notas publicadas en Crisis
El sobregiro de la hegemonía neoliberal hizo colapsar al propio mantra que tranquilizó por décadas a los jerarcas de Occidente: al fin de la historia le llegó su propio fin.
Hace ochenta años, Europa celebraba la derrota del fascismo tras una lucha titánica. Sin embargo, como señala el historiador Enzo Traverso, este aniversario llega en el momento de máxima fortaleza de la derecha desde 1945.
Los países en desarrollo aún se están recuperando de sucesivas crisis pospandemia. Y la interrupción del comercio mundial causada por los aranceles de Trump amenaza con agravar los problemas.
En lugar de marcar el comienzo de una nueva era de unidad latinoamericana, los aranceles, las políticas antiinmigrantes y la retirada de la ayuda humanitaria de Donald Trump pusieron de relieve, sobre todo, sus divisiones.
La nostalgia por un régimen de género ya desaparecido es más que una extraña tendencia de redes sociales. Refleja presiones sistémicas más amplias, tanto sobre las élites como sobre las mujeres corrientes abrumadas por el peso del trabajo.
El sociólogo británico Simon Clarke propuso uno de los análisis más sofisticados acerca de cómo y por qué los sistemas capitalistas caen en crisis. Su trabajo sobre las contradicciones del capitalismo es una guía valiosa al enfrentarnos a una nueva era de agitación económica global.
El errático despliegue de aranceles de Donald Trump parece que va a aumentar la dependencia mundial respecto de China y a ahuyentar a las inversiones para la reindustrialización de Estados Unidos, socavando los objetivos declarados de su propia administración.
Michael Löwy comparte con Jacobin un breve comentario crítico al artículo de Samuel Farber «En defensa del progreso», recientemente publicado. Una defensa de Walter Benjamin, del romanticismo revolucionario y del ecosocialismo.
Estados Unidos no vive una «crisis de migración», sino una suspensión del estado de derecho. Pero Trump no es el único con esta agenda.