El historiador Geoff Eley nos cuenta por qué todavía tiene sentido hablar de «fascismo» y por qué las nuevas formas de reacción no son una mera repetición de las del pasado.
Notas publicadas en Sociedad
Lula ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil y todo indica que también ganará la segunda. Pero Bolsonaro y sus aliados superaron toda expectativa y la amenaza de la extrema derecha sigue pesando sobre Brasil.
En Cuba ganó el sí en un referéndum para poner fin a la discriminación de las parejas gay y permitir la adopción y el matrimonio igualitarios. Es un triunfo de los valores que sostienen el proyecto socialista.
Las dinámicas de distribución del ingreso y de la desigualdad están cambiando para peor. El economista Branko Milanovíc conversó con Jacobin sobre nuestro malestar y sobre por qué volver a la «época dorada» del capitalismo no es una opción.
El domingo hay elecciones en Brasil, y Bolsonaro dejó en claro que no reconocerá la legitimidad del resultado si pierde. Subestimar su autoridad carismática y el impacto de su discurso en las masas reaccionarias que lo siguen sería imperdonable.
Dejemos ya de extrañarnos: la extrema derecha ha llegado, está aquí, está normalizada y ha venido para quedarse. Es momento de abandonar la sorpresa y pensar cómo combatirla.
Sin una profunda y explícita articulación con la clase, las agendas identitarias o antirracistas terminan transformando un problema social en una etiqueta más de consumo.
El director Jean-Luc Godard murió a los 91 años. Muchas de sus películas exploran directamente las luchas del período posterior a 1968, pero sus obras menos explícitamente políticas también nos transmiten un mensaje utópico de libertad creativa.
El Brasil de hoy es diferente de aquel en el que Lula ganó las presidenciales por primera vez. Si el principal triunfo del progresismo brasileño es su capacidad de conciliación, ¿cuál es el pacto posible en este escenario?